Mar. Mar 19th, 2024

Pierre Deladonchamps obtuvo merecidamente el premio al mejor actor en el Festival de Sevilla, y es uno de los principales motivos para recomendar este filme.

Un romance en la ciudad de la luz

Robin Campillo hace un par de años nos sorprendió con “120 pulsaciones”. Un largometraje de clara vocación reivindicativa, que se centraba en el movimiento Act Up en París y el impacto del SIDA en la comunidad homosexual en los locos años noventa. En aquellos momentos, los pacientes con VIH acababan falleciendo por las infecciones oportunistas porque los retrovirales no eran tan efectivos. Campillo apostaba por una estética cercana al cine documental para narrarnos la lucha de esos personajes que se resistían a morir. Ahora, el escritor y director Christophe Honoré bucea en la misma temática desde otra óptica más romántica. Para ello se sirve de dos personajes. Por un lado, tenemos a Jacques, un escritor poco conocido en la treintena, que tiene SIDA. Vive en un apartamento en la ciudad de París con su hijo, Louis. Todo ello no le impide llevar una vida sexual muy activa. Por motivos laborales acudirá a la región de la Bretaña. Allí conocerá a Arthur, un joven veinteañero, que está teniendo sus primeras relaciones sexuales. Poco a poco, a través de sus breves encuentros Arthur acabará enamorándose de Jacques, y acabará mudándose a la capital francesa.

Lo hago porque te quiero mucho

Jacques, a diferencia de Sean (personaje central de “120 pulsaciones”), es más positivista. Es un romántico empedernido. Esto se deja entrever en los líricos diálogos. Honoré crea un relato conmovedor, donde se luce Pierre Deladonchamps que se entrega descarnadamente a su personaje. El cineasta crea un gran lazo sentimental entre el espectador y el treintañero escritor. Este es tan fuerte como la forma en que Jacques se abraza a la vida. Le ayuda un asiduo de la cartelera española, el joven actor Vincent Lacoste, del que recientemente hemos visto “Mentes brillantes”. Lacoste le sirve en bandeja replicas de altura para que se pueda lucir. Ambos actores construyen una relación veraz y tierna, que trasluce un amor sincero.

Christophe Honoré se mueve entre la comedia sutil y la tragedia reflejada en ese primer amor que se funde con una última relación. Arropa a los dos personajes con una banda sonora con grandes temas de la década de los noventa. El espectador disfrutará de grupos como Massive Attack y su «One Love», Prefab Sprout y su «Cars And Girls», Technotronic y el famoso «Pump up the jam» o Aimee Mann y su tierno «One» versionado por Harry Nilsson, que acabará tocando el corazón del respetable. Tiene momentos de gran belleza narrativa como la secuencia donde Honoré hace un montaje interno en la secuencia donde Jacques está leyendo un texto por teléfono. También, resulta muy curioso el detalle de que los personajes fuman como símbolo de rebeldía, es ahí donde se enroca el personaje de Jacques con Sean, dos rebeldes que se comen la vida a bocados.

Frases destacadas

  • Arthur Prigent: “Yo no le importo, pero le haré cambiar de opinión
  • Jacques Tondelli: “¿Has leído alguna de mis novelas?

Tráiler oficial de “Vivir deprisa, amar despacio”

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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