El polaco Andrzej Wajda nos presenta con “Walesa, la esperanza de un pueblo” un ejemplo de lucha por la dignidad de las personas muy necesario en nuestros días.
A pocos les sonará el nombre de Lech Wałęsa, polaco, cofundador y primer dirigente del movimiento sindical Solidaridad. Pero gracias a él comenzaron gran parte de los movimientos que nos dejaron la Europa democrática que conocemos. El filme comienza con la periodista italiana Oriana Fallaci (Maria Rosaria Omaggio) que se dirige a entrevistar a Wałęsa. La conversación comienza y según se van realizando las preguntas, una serie de flashback nos van contando la historia que le ha llevado a este ese punto, hasta convertirse en un premio Nobel de la Paz en 1983.
Dignidad y democracia
El biopic arranca en 1970 con las protestas de los obreros en Gdansk. Detienen a Wałęsa y le obligan a firmar un compromiso de colaboración con los servicios de seguridad, pero él rompe ese compromiso y se vuelca en Solidaridad. En la película se entremezclan escenas del movimiento social y escenas familiares. Wałęsa está, prácticamente recién casado con Danuta (Agnieszka Grochowska) y comienzan a formar una familia, hasta llegar a tener ocho hijos. Podemos ver como Lech sufre por todo el pueblo, pero no menos sufre Danuta que se encuentra, en la mayor parte del tiempo sola, criando a sus hijos. Detrás de Lech, un hombre fuerte, hay una mujer mucho más fuerte: su esposa.
Hay que destacar varias escenas en las que se nos muestra cómo se realizaba la revolución tanto por parte de los obreros, cuya cara visible era Wałęsa, como por la autoridad y la represión policial. Una de estas escenas la encontramos cuando Wałęsa es detenido junto con su hija de pocos meses, mientras lleva en el cochecito folletos clandestinos. O una en la que Danuta debe soportar de nuevo que los agentes de los servicios de seguridad registren su piso con sus hijos dentro. Con los discursos, Lech se convierte en el líder de las masas que reclaman dignidad en su trabajo. En agosto de 1980 lidera una huelga en el astillero de Gdansk y se convierte en el dirigente del movimiento Solidaridad, la cabeza visible de la oposición y el símbolo de la lucha por la democracia.
No fue un camino fácil y en 1981, se impone la ley marcial y Wałęsa pasa un año recluido. A su regreso se le comunica la concesión del Premio Nobel de la Paz. Finalmente en 1989 en los Acuerdos de la Mesa Redonda consigue la llegada de la democracia que provoca el cambio definitivo del régimen político.
El papel del director
Andrzej Wajda, director de la película nos cuenta su experiencia: «Soy muy consciente de que Wałęsa es el tema más difícil que he abordado en mis 55 años de carrera cinematográfica, pero no me imagino a otros directores haciendo una película sobre Lech que me parezca satisfactoria. No tengo otra opción. El guión de Janusz Głowacki fue el primero y también el único. Ha experimentado algún cambio, pero es un proceso natural e inevitable cuando haces una película cuyo tema, en este caso Lech Wałęsa, suscitará reacciones importantes por parte del público. Lo he admirado desde el momento en que lo conocí, durante las conversaciones entre Solidaridad y el Comité del Gobierno. Esta película reflejará todo esto. Está dirigida a todo tipo de público, pero sobre todo me gustaría llegar a los espectadores más jóvenes, ya que creo que Lech Wałęsa es un buen ejemplo para convencerlos de que deben participar activamente en nuestra vida política.»
El reparto cuenta con actores importantes como es el caso del prestigioso actor polaco de teatro y cine Robert Więckiewicz como Lech Wałęsa, Agnieszka Grochowska: una de las mejores actrices polacas de su joven generación en el papel de Danuta Wałęsa y Maria Rosaria Omaggio, popular actriz italiana de cine, teatro y televisión.
Nos encontramos ante una película que no podemos dejar de ver. Recordar a este personaje histórico nos sirve de aliento y esperanza para nuestros días. Siempre se puede cambiar a favor de la sociedad.
Frases destacadas de “Walesa, la esperanza de un pueblo”:
- Oriana Fallaci: “Es una persona llena de contradicciones.”
- Wałęsa: “Soy un hombre de fe y sé que es la hora de los hombres como yo.”
- Wałęsa: “La gente se está matando ahí fuera.”
- Wałęsa: “Hay que estar lleno de ira para controlar el odio de los demás.”
- Wałęsa: “La cárcel es un buen sitio para pensar.”
- Wałęsa: “Puedo exponerme a mi mismo, pero no a la gente.“
- Wałęsa: “Mátenme y la gente me santificará.”
- Wałęsa: “Hoy la gente salta vayas y tira paredes porque la libertad es un derecho humano.”