Llega a nuestras pantallas la adaptación del famoso juego de ordenador realizada por Duncan Jones. Tristemente, ha recibido bastante malas críticas no faltas de razón.
World of Warcraft es el videojuego de rol masivo más famoso del mundo. A lo largo del siglo XXI numerosos jugadores se han enganchado al mundo mágico propuesto por Blizzard Entertaiment. Teniendo en cuenta cómo funciona Hollywood en la actualidad, no resulta extraño que hayan terminado llevando a cabo una adaptación que ya llevaba un tiempo dando vueltas, primero de la mano de Sam Raimi, que terminó bajándose del carro en favor de Duncan Jones, el realizador de la aclamada “Moon” (2009) y de “Código fuente” (2011). Esto hacía augurar buenas expectativas, aunque finalmente su recepción por parte de la crítica ha sido bastante negativa. Entonces, ¿ante que nos encontramos realmente?
La fantasía medieval está muerta
Lo primero que hay que admitir es que esta crítica se escribe desde el desconocimiento total del famoso juego en el que se basa. Seguramente aquellos que han pasado horas en ese mundo virtual encuentren más alicientes, pero los novatos tendrán que admitir que toda la mitología está expuesta y desarrollada de manera torpe y aburrida, llenando la trama de nombres y figuras que carecen de cualquier tipo de profundidad. Y es que realmente, y antes de entrar en detalles, se puede afirmar que Warcraft sigue la corriente nacida tras la trilogía de “El señor de los anillos” (Peter Jackson, 2001-2003), en el que cualquier intento de llevar a cabo una fantasía medieval bélica presenta conflictos de lo más endebles. Jones, por desgracia, no ha sido capaz de aportar nada de personalidad o corazón al asunto.
Visualmente la cinta no aporta nada nuevo y presenta un CGI totalmente deudor de la franquicia (cualquiera puede comprobarlo visionando algún tráiler de alguna entrega del juego). Esto seguramente sea apreciado por los fans, pero los demás encontraran sus colores chillones y su estética de dibujos animados un aire hortera y feista. No hay intención de adaptar visualmente la saga al lenguaje cinematográfico de acción real, esto es, darle un aire de veracidad, sino replicar lo ya visto. Eso sí, no deja de ser una superproducción con un abultado presupuesto y se nota a pesar de lo excesivo. Podemos tomar como ejemplo de la sosería del conjunto la banda sonora de Ramin Djawadi, que apenas consigue destacar en ningún momento.
Personajes desdibujados
Pero independientemente del aspecto visual que convencerá más a unos que a otros, los peor de la cinta es ese guión endeble de filme directo a video, que recoge todos los tópicos probables, bastantes momentos absurdos y una construcción demasiado pobre de los acontecimientos, que se basan básicamente en personajes yendo y viniendo por los lugares del reino sin ton ni son. Personajes en su mayoría dibujados de la manera más torpe imaginable (la relación de los hombres principales con su descendencia es deplorable), por no hablar de un alarmante error general de casting: todos los protagonistas humanos son jóvenes atractivos, independientemente de que sean reyes o hechiceros de gran poder. La integración de estos con el entorno digital tampoco resulta demasiado realista, y es que poco pueden hacer los actores ante unos caracteres tan desdibujados. Mejor parados salen los orcos digitales, bastantes más expresivos que sus contrapartidas reales, lo que no deja de ser curioso.
Finalmente, “Warcraft” resulta una película que se ve sin que resulte aburrida pero sin ningún tipo de pasión y una pobreza alarmante en todos los aspectos. Para colmo, deja bastantes hilos abiertos para secuelas sobre las que no hay ningún interés, otro de los males de las superproducciones americanas en la actualidad. Hay algún apunte interesante que se pierde en la nada y algún momento de épica funcional aunque mil veces visto. Un bagaje demasiado pobre de una película cuyos productores no quisieron vender los derechos a Uwe Boll, ya que estaban preocupados en que no les saliese una mala película. Finalmente, el resultado no es demasiado distinto del que hubiesen obtenido si le hubiesen dado los 160 millones a Boll por desgracia. Con todo, una pregunta viene a la cabeza: ¿se hará alguna vez una gran película que sea a su vez adaptación de un videojuego? De momento aún estamos lejos de ello.
Frases de la película
- «Para los orcos, no hay más vida que la guerra»
- «Si piensa hacer algo… ¡Hazlo ya!«
Desde todo el respeto, pienso que lo único que sueltas en esta crítica son falacias, como el resto de críticos que no han tocado el juego para nada, y al no tener ni idea, habrás consultado sus criticas para realizar la tuya. Creo que lo mínimo para poder criticar es ser jugador, por que creo que las cientos de personas que acudieron ayer al evento que se realizo en Cinesa Méndez Alvaro de Madrid (entre los cuales me incluyo) no estarían absolutamente en nada de acuerdo con tus palabras.
Creo lícito que cualquier película tenga que tener valor por si misma y ser capaz de atraer a todo tipo de espectadores, aquellos que sean seguidores del videojuego y aquellos que no lo hayan tocado nunca. Uno no puede jugar a todos los videojuegos del mundo, igual que tampoco leer todos los libros, ni novelas gráficas, etc. Pero aquí juzgamos la película por su valor cinematográfico, y como tal es un producto muy pobre por las razones que ya he dado arriba y que para nada pueden ser consideradas falacias, aunque tú puedas no estar de acuerdo. Te digo también que no me ha hecho falta consultar ninguna crítica para escribir la mía, la opinión que quería dar la tenía muy clara desde que salí de ver esta película, un comentario bastante poco respetuoso por tu parte a pesar del comienzo de tu párrado. Que los fans se conformen simplemente con una recreación visual fiel y con un guión deplorable como el de esta película (que seguramente no haga justicia al juego) me parece perfecto pero flaco favor se le hace al cine de entretenimiento.