«Y de repente tú» (Trainwreck) es la nueva película de Judd Apatow. Pretende ser gamberra y desenfadada pero es en realidad, una rom-com facilona y previsible.
Amy (Amy Schumer) es una treintañera que vive la vida loca. Sale con un chico distinto cada noche, fuma, bebe y dice muchísimos tacos. Trabaja, además, de redactora en una revista de moda masculina junto a una jefa psicópata con ínfulas de Anna Wintour (Tilda Swinton). Un día le encargan un reportaje sobre un simpático doctor de deportistas: Aaron (Bill Hader). Cuando se conocen surge una química especial entre ellos que les llevará a involucrarse en una relación sentimental. Mientras que Aaron lo dará todo para que la cosa salga bien, Amy empezará a plantearse si debería sentar la cabeza con el médico o seguir con su desenfrenada vida de soltera.
Amy Schumer: el nuevo descubrimiento de Apatow
Nos declaramos fans del cine de Judd Apatow des de que dirigió su desternillante opera prima «Virgen a los 40» (Judd Apatow, 2005). Esta comedia centrada en un hombre que a los 40 años sigue siendo virgen, nos descubrió un tipo de comedia americana, gamberra y absurda, que además, contenía una pequeña dosis de romanticismo y encanto. Los gags subidos de tono, personajes loosers y actores cómicos en estado de gracia hicieron de Apatow un nuevo paradigma de la comedia americana. Entre sus producciones se encuentran las magníficas «Supersalidos» (Greg Mottola, 2007), «Paso de ti» (Nicholas Stoller, 2008) y «Todo sobre mi desmadre» (Nicholas Stoller, 2010). Locuras salidas de mentes creativas y retorcidas con las que nos partimos de risa. Apatow volvió a la dirección algunas veces más, siendo la penúltima «Si fuera fácil» (Judd Apatow, 2012) , basada en su propia experiencia familiar y personal. Ahora nos ofrece «Y de repente tú» (Trainwreck), la primera cinta que dirige sin ser el autor del guión. Éste ha recaído en la americana Amy Schumer.
Una de las características más impresionantes de Jud Apatow es su capacidad para encontrar diamantes en bruto y pulirlos hasta convertirlos en estrellas de la comedia gamberra. Apatow fue quien nos descubrió a Seth Rogen, Jason Segel, Lena Dunham y Paul Rudd. Ahora, nos presenta a Amy Schumer, una actriz de comedia televisiva, gamberra, regordeta y sin pelos en la lengua, que debuta como guionista y actriz principal en la gran pantalla con «Y de repente tú«.
Para escribir el guión de la cinta, Amy decidió basarse en su propia vida, algo que entusiasmó a Apatow y que la convirtió para siempre jamás en su nueva protegida. Así pues, en «Y de repente tú» encontramos muchas pinzeladas de la vida real de Schumer, una looser en toda regla que tiene una hermana perfecta, un padre casanova pero enfermo de esclerosis múltiple y muchos problemas con la bebida, las drogas y las relaciones sentimentales.
La petarda, el caballero y unos secundarios de lujo
La Amy cinematográfica es una chica bastante repulsiva. Una auténtica petarda. Seguramente, Schumer ha querido exagerar sus rasgos más característicos, pero los ha llevado a tal extremo que nos resulta muy difícil empatizar con este personaje que siempre mete la pata, pero que, además, tiene una actitud muy destructiva. Amy va de mujercita liberada y hiere a todo hombre que le pasa por delante. No negamos que Schumer borde el papel, pero éste nos parece tan insoportable, que nos impide darle el aprobado.
En cambio, Bill Hader se convierte de nuevo, en la sorpresa agradable de la cinta. Después de sorprendernos en «The Skeleton Twins» (Craig Johnson, 2014), en la cúal encarna al gemelo gay, depresivo y suicida de Kristen Wiig, vuelve a agradarnos como el médico inseguro, enamoradizo y atractivo de «Y de repente tú«. Hader, cómico profesional, demuestra tener soltura en el cine y ser capaz de llevar el peso de la trama romántica de una película. Su personaje es tierno y adorable, y durante el filme recibe más palos que alegrías, pero aún y así, él siempre recibe el día con una sonrisa. Lo único que nos molesta del papel de Hader, es que sea tan perfecto. Es aquí dónde se nota que el guión ha sido escrito por la cómica Schumer: Ella es una petarda y él un caballero. Personalmente, opino que la cosa hubiera sido más equilibrada sin cada uno fuera un poco de cada. Por ejemplo, si la relación entre ellos dos hubiera sido parecida a la que mantienen Anna Faris y Chris Evans en la simpática «Dime con cuántos» (Mark Mylod, 2011).
El universo de «Y de repente tú«, se completa con una serie de personajes secundarios interpretados por actores de lujo. En especial, Tilda Swinton como jefa malévola de la revista y Brie Larson como hermana sufridora de la protagonista están maravillosas. Swinton parodia des de Anna Wintour hasta la Meryl Streep de «El diablo viste de Prada» (David Frankel, 2006), elaborando una caricatura mordaz de las editoras jefa. Larson ofrece un contrapunto dulce y amable a la trama familiar de Amy. Kim, su personaje, lleva una vida tranquila con su marido y su hijastro en el campo, es decir, mantiene una vida totalmente opuesta a la de su hermana mayor. Sus escenas juntas resultan ser de lo mejor de la cinta, consiguiendo las dos actrices, una intimidad propia de hermanas.
Entre los secundarios también encontramos a la joven promesa Ezra Miller, que, cómo bien dice Apatow, en unos años se avergonzará de lo que le han hecho hacer en este filme. No diré nada más sobre el tema, pero teníamos muchas esperanzas puestas en Miller. Y aún las tenemos, después de este papel bochornoso.
¿Pero esto no era una comedia gamberra?
Llegamos a «Y de repente tú» esperando ver una comedia gamberra protagonizada por una mujer, más parecida al estilo de «La boda de mi mejor amiga» (Paul Feig, 2011) que al de «Tenías que ser tú» (Anand Tucker, 2010). Y la verdad… nos sorprendió como el marketing del filme nos había engañado.
Es innegable que el inicio de «Y de repente tú» es lo mejor de la cinta. Un padre le explica a sus hijas que se divorcia de su madre porque le ha sido infiel mediante una elaborada metáfora con muñecas Barbie. Las primeras escenas de la película nos muestran una Amy desatada y sinvergüenza, que se acuesta con cualquiera y baila al son de «Do my thang» de Miley Cyrus. Un comienzo prometedor y que nos confirma que estamos delante una gamberrada de féminas. Sin embargo, des de que Bill Hader aparece en escena, la película deriva en una rom-com totalmente previsible que nos recuerda a filmes como «Sin compromiso» (Ivan Reitman, 2011). El chico está enamorado, ella no está segura y el amor al final puede con todo. También incluye trama familiar sensiblona, jugadores de básquet reconocidos como LeBron James, un baile final de risa (mientras suena «Uptown Girl» de Billy Joel) y un beso apasionado en la última escena. En definitiva, que las gamberradas del primer tramo desaparecen paulatinamente para adentrarnos en una comedia romántica sin nada en particular.
«Y de repente tú» (Trainwreck) se promociona como la comedia romántica que tu madre no quiere que veas, pero en realidad, es la que todas querrían ver. Una chica descarrilada que de repente sienta la cabeza cuando encuentra el amor de su vida. Un cuento de hadas con un príncipe azul llamado Bill Hader, que sin ser guapo ni atractivo, nos enamora por su «normalidad».
PD: Sólo queríamos advertir que la mayoría de las películas románticas gamberras comentadas en este artículo, aún y haber sido dirigidas por hombres, han sido escritas por mujeres, cosa que nos confirma que, cada vez más, este es un género que las féminas no tienen miedo a abordar y que lo hacen des de la naturalidad, la sonrisa y el descaro.
Frases destacadas de «Y de repente tú».
- Gordon: «No sé qué os habrá dicho vuestra madre, pero dejadme que yo os lo explique con palabras que podáis comprender. Tú tienes tu muñeca, tienes esa muñeca».
- Kim (con 9 años): «Si».
- Gordon: «Y es tu muñeca ya que te gusta. ¿verdad? La quieres.»
- Kim: «Si».
- Gordon: «Pero ¿y si te dijera que solo jugarás con esta muñeca el resto de tu vida? ¿Cómo te sentirías?»
- Kim: «Triste».
- Gordon: «Eso es. Triste. Hay otras muñecas que os gustan. Las fabrican nuevas todos los años. ¿Queréis una muñequita azafata?»
- Amy y Kim (niñas): «Si».
- Gordon: «¿Y una muñeca camarera un pelín gordita?»
- Amy y Kim: «Si».
- Gordon: «¿Y una muñeca que sea la mejor amiga de vuestra muñeca?»
- Amy y Kim: «Si».
- Gordon: «¿A que podría pasar? ¿Y una con la que jugáis solo un día y no la volvéis a ver?»
- Amy y Kim: «Si».
- Gordon: «Por eso mama y yo vamos a divorciarnos. La monogamia es un mito».
- Aaron: «Oye, sin que salga de aquí. ¿Te apetecería ir a cenar hoy?»
- Amy (adulta): «Emmm… la verdad Aaron, creo que eres estupendo, pero soy periodista. Escribo sobre ti. Y tu eres mi artículo. Será mejor que nos ciñamos a lo profesional».
- Aaron: «Si nos gustamos deberíamos empezar a salir. Te entiendo pero discrepo. Yo te gusto y tu a mí un montón, así que creo que deberíamos ser pareja».
- Amy: «No, no… ya tengo planes.»
- Amy (adulta): «Ay, dios mio, quiere tener hijos, en plan ahora.»
- Kim (adulta): «Tranquila, respira. Aaron es genial, me encanta, me cae fenomenal.»
- Amy: «Él es demasiado bueno, es demasiado bueno para mí y lo sabes.»
- Kim: «No, Amy, no, es todo lo bueno que tú te mereces.»
- Amy: «Pero hay cosas que no me molan del todo. En la cama está bien, en plan superbién, genial, pero tampoco es el mejor que he tenido, ¿sabes?»
- Kim: «Entiendo, pero nadie quiere al tio que funciona mejor en la cama. Un tio así da miedo. El que se lo monta mejor en la cama, está en la cárcel, ¿entiendes lo que quiero decir?»