Mar. Mar 19th, 2024
David Giner El amor me queda grande

Javier Giner escribe y dirige «El amor me queda grande», un divertido y emotivo homenaje al cine negro y al imperecedero arte de contar historias. 

Samuel (Izan Corchero) es un niño de 10 años que está enamorado de Lucía (Lucía Caraballo), una niña un tanto atípica. Un día, mientras los dos juegan en el parque de siempre, Lucía le pide a Samuel un gran favor: matar a su madre. Solo así logrará ser escritora, crítica cinematográfica y crítica.

Javier Giner El amor me queda grande

La virtud del contraste

En un pequeño parque situado en una zona céntrica de Madrid, los niños corretean y juegan entre ellos. Todo parece tranquilo. Pero hay unos atentos ojos observando cada movimiento, cada sonrisa, cada palabra de los inocentes chavales que disfrutan de su tiempo libre. Son unos ojos fríos y calculadores que miran a través del cristal de sus gafas de pasta, eligiendo minuciosamente la próxima víctima a quien manipular por puro goce personal. Podría tratarse de Bárbara Stanwyck, Jane Greer o Laura Tarner. Pero no. Ella es Lucía, una femme fatale de tan solo diez años que protagoniza el cortometraje “El amor me queda grande”, dirigido por Javier Giner. Un divertido y peculiar homenaje al cine negro de los años 40 y 50 y a los ilustres nombres de Billy Wilder, Jacques Tourneur, Otto Preminger o Fritz Lang.

El mayor acierto de “El amor me queda grande” es juntar dos universos que en apariencia parecían antagónicos: el cine negro y la infancia. La teórica fragilidad de un niño de diez años contrasta con la frialdad de la manipuladora Lucía, que ansía, o eso dice, matar a su madre con tal de conseguir sus objetivos. Este peculiar cóctel que podría dar desastrosos resultados, en manos de Giner resulta hábil e ingenioso. El inevitable tono cómico de la obra aporta ternura a los dos personajes, Samuel y Lucía. Y a nivel técnico el cortometraje no se queda atrás. La producción es sobresaliente, empezando por los títulos de crédito, continuando con la música (muy característica del género que homenajea el director), y terminando con los títulos del final. Y los sutiles y elegantes movimientos de cámara aportan un plus de significado a los sentimientos de los personajes. Un primer visionado al corto es suficiente para palpar el trabajo y el mimo que han impregnado Giner y su equipo a los 19 minutos que dura este elaborado cortometraje.

Pero “El amor me queda grande” es mucho más que un claro homenaje al cine negro. Es una pequeña oda a la imaginación, al arte de contar historias. Y también, como dice el propio Giner en sus títulos de crédito, a los niños que son adultos y a los adultos que son niños. A todos aquellos que, en lugar de dejarnos llevar por una corriente de pesimismo, preferimos volar con nuestra imaginación.

David Giner El amor me queda grande

Frases destacadas de “El amor me queda grande”

  • Samuel: “Me estoy volviendo loco, Lucia. No como, no duermo. No puedo dejar de pensar en ti. Lucía, te quiero” 
  • Lucia: “Tú no sabes lo que es querer, Samuel”. A mi el amor me queda grande. Ni siquiera he empezado a fumar” 
  • Lucía: “Tenemos grande impedimentos con los que debemos acabar, Samuel. Antes de poder amarnos con libertad. Mi madre, por ejemplo».
  • Samuel: “Lucía, yo no quiero a nada como te quiero a ti. Ni a la PSP”.
  • Lucía: “¡Qué nos tenemos que cepillar a mi madre, Samuel!”
  • Lucía: “No tendrás que preocuparte por nada, Samuel. Lo tengo todo pensado. Compraremos una plastilina tóxica que solo venden en Holanda. Y que no deja rastro en el cuerpo. Ahora, con la comunidad económica europea, aunque el euro está en crisis, se puede comprar de todo en cualquier país.”
  • Samuel: “¡Su madre no está gorda!”

Por Álvaro Icaza

Guionista y comunicador audiovisual perteneciente a la nueva generación perdida. Cinéfilo empedernido y tan amante de la ciencia ficción que aún sueño en casarme con la teniente Ripley. Luchador y romántico, porque no me queda otra.

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