Premio en Sitges al mejor cortometraje, “Óscar desafinado” mezcla comedia y terror para hablar de la necesidad de hacer borrón y cuenta nueva.
Óscar (Julián López) es un profesor de física excesivamente preocupado por la muerte. Vive con su novia Violeta (Bárbara Santa Cruz), con quien habla de qué pasaría si alguno de los dos se muriese y el otro entablara una nueva relación. Violeta le dice a Óscar, en tono de broma, que si ella muere antes que él, deberá esperar al menos dos años para salir con otra mujer, y que si no lo hace, ella volverá del más allá para vengarse. El problema viene cuando Violeta muere, y un año, 364 días y 23 horas después, Óscar conoce a Ana (Bárbara Goenaga).
Comedia amable con pequeñas dosis de terror
Mikel Alvariño dirige y co-escribe junto a Susana López Rubio esta pequeña pieza de 20 minutos cuya mayor baza es su tono, una mezcla entre humor amable que recuerda a las películas de Borja Cobeaga y Diego San José (“Pagafantas”, “No controles” y “Siete apellidos vascos”), acompañada por pequeños momentos terroríficos muy bien integrados. “Óscar desafinado” transcurre en dos tiempos diferentes y casi íntegramente en un único espacio (salvo la primera secuencia): el piso de Óscar y Violeta. Estos medios le valen a Alvariño y a López Rubio para hablar sobre la necesidad de olvidar el pasado y mirar con esperanza hacia el futuro.
Óscar es un tipo contradictorio; un hombre de ciencia supersticioso que cree que el espíritu de su novia está acechándole en cada rincón de su casa. Eso le impide vivir el presente junto a Ana, quien le da un ultimátum: o deja de vivir con miedo al espíritu de Violeta, o ella se marcha. Para ello Óscar tiene que besar a Ana antes de que se cumplan esos dos años de supuesta maldición. Elegir entre el pasado o el presente. Óscar tiene que decidir, enfrentándose a sus miedos. Es en ese lapso de tiempo (una hora antes de cumplirse los dos años de “maldición”) donde transcurre la mayor parte de la acción de “Óscar desafinado”. Sus idas y venidas con Ana, y la tensión de la aparición del espíritu de Violeta durante esos momentos: estanterías que se caen, pasillos donde se escuchan ruidos sospechosos o incluso la esperada aparición del espíritu (quizá no necesaria).
¡Deja de mirar al pasado!
Merece ser destacada la construcción del guión y sus anticipaciones y cumplimientos bien ejecutados, además de repeticiones de movimientos de cámara para determinados momentos que expresan la misma sensación desde el punto de vista de Óscar y sus miedos. En cuanto a las anticipaciones, Alvariño y López Rubio se valen de una estantería que es presentada al principio del relato para más tarde darle una utilización terrorífica a modo de susto. También son destacables los imanes de la nevera, que dan mucho juego expresivo acorde con el tono de la obra, y cuya utilización es vital para su desenlace.
“Óscar desafinado” tiene una premisa divertida muy bien aprovechada. Y tiene más elementos cómicos que terroríficos. Pero lo importante es que tiene un fondo, algo que contar. Y lo hace de manera clara, sencilla y efectiva. Por cierto, lo podréis ver el día 6 de noviembre con otros cortos en Madrid, en el Capitol.
Frases destacadas de «Óscar desafinado»
- Óscar (a Violeta): «Dos años de luto es una pasada. A mi con dos meses me basta»
- Violeta (a Óscar): «Si rompes el plazo yo me enteraría»
- Óscar (a Ana): «¡Pues claro que no creo en fantasmas! Qué tontería. Pero es que tú no conoces a Violeta…»
- Ana (a Óscar): «Si no nos estamos enrollando antes de las doce, no me vas a volver a ver nunca más»
- Violeta (a Óscar): «Pero mira que eres tonto».
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