Entrevistamos al realizador valenciano Alex Montoya con motivo de su nominación a los Premios Goya 14 en la categoría de mejor documental de ficción.
Lucas realizado por Alex Montoya es uno de los cortos nominados este año al Goya al mejor cortometraje de ficción. Autodidacta, cabal, sincero así es este joven director valenciano. Con doce cortos a sus espaldas es una de las grandes promesas de nuestro cine. Sus cortos son un auténtico éxito en la red. En su currículo puede jactarse de haber ganado premios tan prestigiosos como Mención Especial del Jurado en Sundance por Cómo conocí a tu padre y esperamos que en unos días pueda decir que tiene un Goya en su casa. Así que no dudamos dejar la ocasión de hablar con Alex de su excelente trabajo Lucas y del mundo del cine.
Lucas- cortometraje
Videodromo: ¿Cómo surge Lucas?
Alex Montoya: Nace como una idea para un largometraje que le conté a Sergio Barrejón en un viaje en coche a Salamanca, adonde íbamos para dar una clase conjunta en el Master de Guion de la UPSA.
La idea principal era el plan de un tipo para crearse una sólida identidad falsa en las redes sociales. Hoy en día, con los potentes buscadores de imágenes que tenemos es difícil robar imágenes de foros u otros perfiles, porque te acaban pillando.
Pensé que una buena opción para un pedófilo sería contratar a un chaval guapete, sin presencia en internet, para sacarle las fotos necesarias: imágenes inocentes, nada raro.
Pero las cosas se complican cuando una de las chicas con las que el pedófilo había contactado desaparece y la policía encuentra su ordenador repletito de fotos de Lucas, lo que les pone sobre su pista.
Ese giro da paso al segundo acto en la peli. El corto termina justo antes.
V: ¿Y por qué se quedó en el formato cortometraje?
Alex Montoya: Bueno, hacía poco que se me había caído un proyecto de largometraje, una comedia de boda titulada No os caséis, y estaba buscando y valorando nuevas vías de financiación.
Se me ocurrió que podía lograr la financiación como corto de este primer tercio de la peli. Si todo iba bien, podríamos levantar el dinero a tiempo para rodar el resto del largo.
Lo cierto es que no llegamos a intentarlo demasiado. El guión del largo siguió evolucionando mientras hacíamos el corto y, cuando lo terminamos, el primer acto del largo ya era muy diferente. Además, Javi, el prota del corto, crecía a ojos vista. Así que decidimos centrarnos en hacer el mejor corto posible para que funcionara por sí solo y nos sirviera como tarjeta de visita para el proyecto de largo.
V: Siendo tan compleja la trama entre pederastia y grooming ¿cómo te asesoraste?
Alex Montoya: Bueno, Sergio y yo nos hemos documentado siguiendo casos reales de pedófilos que operaban en Internet, pero no hemos hecho trabajo de campo. También hemos visto películas como la fantástica “Trust”, un trabajo muy valiente de David Schwimmer, el Ross de “Friends”, pero sobre todo he mirado a mi alrededor. Al final se trata de desbrozar el comportamiento humano, de ponerse en el lugar del otro y de mirar hacia dentro: es la mejor forma de documentación.
V: ¿Cómo encontraste a Javier Butler? ¿Te costó mucho?
Alex Montoya: Tuvimos mucha suerte porque la verdad es que dejamos para muy tarde la parte de casting. Buscamos por redes sociales y por institutos de Valencia que conocíamos bien. Pero lo de Javier fue un golpe de suerte: mi amigo David me puso sobre su pista con unas fotos del chaval del año anterior. Físicamente era perfecto y en los castings funcionaba muy bien. Es un chaval muy, muy intuitivo y ya había hecho algo de teatro.
Lo menos bueno es que desde el verano anterior había crecido un montón, en madurez y altura. Nos sacaba diez centímetros a todos y tuve que falsear la altura de Luis y del resto de los chavales en muchos planos.
V: ¿Cómo preparaste el papel con los actores para obtener, sobre todo de Javier, una interpretación llena de frescura?
Alex Montoya: Como los personajes de Luis y Javi se conocen por primera vez en el corto, decidí que prácticamente no tuvieran contacto hasta el rodaje, no quería que hubiera una complicidad inicial, quería que el recelo de Lucas resultara natural, que hubiera cierta distancia emocional entre ellos.
Por otra parte quizá no le di a Javi y al resto de chavales el tiempo de ensayos suficiente para que internalizaran el personaje, las escenas, para que pudieran llegar más tranquilos a set. Les traté como actores con más experiencia, leyendo y releyendo el guión y hablando de subtexto y motivaciones. Luego les ponía en parejas y, si veía que podían sacarlo, les dejaba libres hasta el rodaje. Salvan la papeleta, porque son muy buenos, pero si hacemos la peli trataré de corregir esto. Sobre este tema hay un artículo muy bueno en Nofilmschool.
V: La banda sonora de Lucas la ha compuesto Fernando Velázquez ¿Cómo ha sido el método de trabajo?
Alex Montoya: Fernando es muy majo y había trabajado con mucha gente que conocía. Le pasé mis cortos y me dijo que sí, pero que estaba muy liado, así que tendríamos que trabajar principalmente vía email y wetransfer.
Quedamos a comer y charlamos un poco, aunque casi nada sobre el corto. Es un tío con tanta experiencia y talento que simplemente le pasé los bloques y acordamos muy rápido el tono, que estaba más cerca de ‘Little Miss Sunshine’ que de un thriller al uso.
Rápidamente me pasó maquetas, la pasé algunas notas, cambiaba cosas. Era divertido, porque Fernando es como el Rey, muy campechano. Yo le decía que no me gustaba un banjo, que parecía un western, él se reía, me decía que no tenía ni puta idea y luego lo quitaba.
La verdad es que no se tocaron muchas cosas: fue un trabajo muy rápido, muy fluido y me reafirmó en mi idea de que los buenos son gente práctica, accesible y sencilla, que van per feina, que dicen los catalanes.
V: ¿Cuáles son los referentes reales de Lucas? Nosotros vemos mucho de los hermanos Dardenne.
Alex Montoya: Me encantan los hermanos Dardenne, sobre todo en el tema de la actuación, pero lo cierto es que en mi trabajo hay mucha más estilización. Visualmente tenía un referente muy claro para Jon, el dire de foto, que era el videoclip de ‘Time to Dance’ de The Shoes, dirigido por Daniel Wolfe.
Time to Dance-The Shoes
Consistía en mucho grano, iluminación existente reforzada quizá con muy poquito aparato, con muchas bombillas desnudas y lámparas del set apuntando a cámara, mucho velo, contaminación lumínica y una cámara siempre al hombro y casi siempre armada de angulares.
Es un naturalismo algo impostado, porque la composición del plano está muy buscada. En el clip aberran más, desencuadran, lo hacen más de publi, pero en mi corto es más pulido, más clásico, más Fincher, que es siempre una referencia importante en mi trabajo.
De hecho con ‘Lucas’ hacemos algo que él hizo con ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’. Rodamos a 5K con la EPIC-X, pero encuadrábamos con un recuadro 1:2,45 de unos 4800 pixels de ancho. Eso nos daba un margen importante, sobre todo en vertical, para reencuadrar en pospo o hacer sutiles zoom ins, etc…
V: Eres un auténtico hombre orquesta, diriges, montas, escribes e incluso has interpretado en dos ocasiones. ¿Cuál es el motivo de esta decisión?
Alex Montoya: Lo empecé haciendo porque me encanta todo el proceso de hacer películas, desde la escritura del guión hasta la posproducción, pasando por la dirección de actores. Por eso, por la falta de pasta y también por la comodidad. Me encanta tener todo disponible para mí y poder montar y lanzar un nuevo teaser en cualquier momento. El problema es que, con trabajos cada vez más largos, esta comodidad se está transformando rápidamente en incomodidad e incluso en imposibilidad.
Me ha costado varios meses tener una versión razonable de ‘Lucas’, que, recordemos, es un corto de media hora. No es práctico ni razonable. Si lo del largo sale adelante, voy a tener que encontrar la forma de conciliar mis inquietudes con sacar las cosas adelante en un plazo muy limitado.
V: Posees un abrumador número de galardones y una extensa carrera como cortometrajista ¿Qué más necesitas para saltar al terreno del largometraje?
Alex Montoya: Bueno, la industria española no es un ente unitario con un ojo puesto en los cortometrajistas, a los que premia cuando cree que han acumulado méritos suficientes. Se trata más bien de grupitos de gente que trata como puede de sacar sus proyectos adelante, por lo que no se puede decir que la ‘industria’ esté cometiendo una injusticia.
Además, como estoy en Valencia y siempre he tenido proyectos con los que mantenerme ocupado, quizá no he hecho el trabajo necesario de mover mis guiones de largo entre la gente adecuada.
Aún así, ha habido tres ocasiones en las que he estado relativamente cerca de dirigir un largometraje, dos de ellas con guión ajeno.
Y eso está bien y cada vez sucede más, que productores avezados junten un buen guión con el director adecuado. Me encanta escribir, pero es durísimo desarrollar un guión de largo propio hasta una tercera, cuarta versión en el vacío, sin fechas de entrega ni dinero para desarrollo. Aún así lo he hecho en seis ocasiones, y considero que tres de esos guiones son interesantes, podrían convertirse una buena película.
Quiero seguir escribiendo, pero también me encantaría que, por ejemplo, Adrián Guerra, Enrique Lavigne o Gervasio Iglesias me mandaran un guión para dirigir en cinco meses, como le ha ocurrido hace poco a Manuela Moreno. Sería muy liberador.
V: Sinceramente, ¿qué representa para ti esta nominación a los Premios Goya? ¿Crees que tienes opciones?
Alex Montoya: Por una parte es muy divertido por la repercusión que tiene en tu entorno inmediato: en el barrio, con los amigos y la familia. Es algo que no pasa con ningún otro premio, excepto los Oscar.
Te hace más visible y te da cierta pátina, cierta respetabilidad, incluso tratándose de un corto.
Profesionalmente, lo más inmediato sería que supusiera un empujón par el proyecto de largo de ‘Lucas’, pero cualquier cosa que llegue de rebote es bienvenida.
Sobre las opciones, el año pasado había un claro y muy merecido favorito, que era el corto de Esteban Crespo ‘Aquel no era yo’, recientemente nominado al Oscar. Este año no pasa eso: creo que los cinco trabajos tienen opciones muy similares, así que será emocionante.
V: Diriges, produces, escribes, interpretas ¿con cuál de todas estas facetas te quedas? ¿Cuál te gusta más?
Alex Montoya: Lo realmente agradecido es montar. Es el proceso más divertido. Hay una escena que no funciona y cortando dos líneas, dándole la vuelta a una acción… de pronto funciona como un tiro. Es como un puzzle que hago en casa, con todo el tiempo del mundo.
Rodar es mucho más exigente, física y mentalmente. Es totalmente agotador, pero es lo más emocionante. Se te queda grabado a fuego. Es una experiencia brutal, muy euforizante, que te exige estar al cien por cien.
V: ¿Cómo convences a actores como Ramón Barea o Luís Callejo?
Alex Montoya: Al final es tu trabajo el que habla por ti, porque el contacto no es difícil de conseguir. Mi primer corto fue entre amigos y logró cierta repercusión. Ganó sus premios y mi nombre empezó a sonar.
A partir de ahí, puedes tratar de acceder a prácticamente cualquiera. Otra cosa es que lo consigas o se avengan a tus condiciones.
El otro día comentaba Asunción Balaguer que ya no hacía otro corto sin cobrar. Y me parece bien, aunque sea un mínimo. Si confías realmente en tu guión, deberías poder conseguir el dinero necesario para pagar a los actores, igual que pagas a los de sonido o a los eléctricos.
Creo que, si se confirma, es una tendencia que ayudará a elevar la calidad media de los trabajos, porque la gente trabajará más el guión antes de lanzarse a rodar.
¿Más clásico? ¿Fincher? Si al menos fuera el de «Seven» y no el de «El club de la lucha»…
En todo caso, si la referencia «clásica» tiene que ser Fincher, el cine está mucho peor de lo que pensaba. La verdad, me quedo un poco «a bolos» con los referentes que se manejan hoy en día. Por eso estamos como estamos.
No sé si has visto el corto, pero es realmente bueno, y tienes que echarle un ojo porque su narrativa funciona como un tiro