El documental más pequeño e independiente del cine español, “Hard as indie”, se ha estrenado el pasado 26 de enero por ese motivo entrevistamos a su realizador.
Antes de empezar a leer esta entrevista os recomendamos ver el documental si es que aún no lo habéis visto. Lo tenéis disponible de forma gratuita en la plataforma digital Filmin y en la web del largometraje. Es todo un ejercicio de metacine, pero estamos aquí no para criticarlo sino para hablar en profundida de él con su creador, así que vamos a ello…
¿Cuándo fuiste consciente que con el material que tenías podrías construir una película?
Arturo M. Antolín: “Creo que desde el inicio sabía que había suficiente material para contar la historia de “El Cosmonauta”, de los acontecimientos. Yo había sido parte del proyecto en los años 2012/2013 y como parte de ello había realizado un montaje de lo que iba a ser el making of del rodaje, que luego nunca se llegó a publicar; así que conocía todo el metraje que había cubriendo ese período. Tenía la sospecha de que con todas las cosas que habían grabado durante el resto de tiempo de proyecto podría completar la historia, pero fue un poco más corazonada que otra cosa. Hubo un instante de miedo, de pensar que quizá acabaría con los primeros 20 minutos de la película siendo sólo gente hablando y fotos, pero una vez obtuve la mayoría de material de archivo que tenían, fue cuando vi que sí que podía hacerse. Para llevar a buen puerto un filme de este calado hay que saber tener un equilibrio al editar la película para llevarte por los diversos temas sobre los que tienes material. Se podría contar la historia entrando en más profundidad en unas cuestiones u otras. Así que una parte importante del trabajo en la sala de montaje fue crear una estructura para que resonara verdadera la historia que quería contar, y que a la vez me fuese ayudando para llegar al material que sí que tenía y que quería mostrar, aunque fueran pequeñas pinceladas. Me refiero a la campus party o las fiestas cosmonauta; dos de los eventos en los que tenía imágenes con ellos interactuando y hablando a cámara. Pero fue cuando hice las entrevistas con Bruno, Carola y Nico cuando me di cuenta del aspecto humano del documental. Hablando con ellos sobre lo que sentían al respecto del proyecto, y sus trayectorias, etc. Así me di cuenta de que había una historia a contar más allá de la narración de los pasos que tuvo el proyecto. Yo me marché de Madrid a finales de 2013, cuando la peli estaba aún coleando, por ese motivo nunca había hablado con ninguno de ellos sobre sus sentimientos al respecto. Así que ese aspecto humano es algo que me encontré por azar, aunque quiero pensar que en el fondo sabía que estaba ahí, pero fue sólo al hacer las entrevistas cuando me di cuenta de ello a nivel racional.”
¿Cómo obtuviste el material? ¿Cuál fue la entrevista más dura que has realizado para tener material necesario?
A.M.A.: “Los miembros de Riot Cinema (y todo el resto de gente relacionada) fueron increíblemente abiertos conmigo. Me dieron acceso total a todo lo que pudieron, tanto metraje como contactos de gente que podía estar interesada en participar. Y sobre todo, libertad, lo cuál fue maravilloso. Desde el inicio la condición por ambas partes fue que ninguno de los tres tuviese influencia alguna en lo que acababa por salir en la película, que el proyecto fuese independiente y que yo decidiese. No recuerdo ninguna entrevista siendo dura, pero creo que sí que era muy consciente del punto de equilibrio que quería tener como entrevistador / director. Me había preparado material y sabía lo que quería preguntar. También me mostré abierto a reaccionar a sus respuestas; pero no quería dejar pasar por el aro a nadie. No quería dejar ningún tema sin tratar, ni quería evitarles enfrentarse a cosas de las que sucedieron, buenas o malas. Creo que en esta medida el momento de las entrevistas con el que estuve más preocupado fue hablando con Nico sobre toda la movida que había sucedido con el envío del currículo, porque sabía cómo lo quería retratar y para ello era fundamental que él lo leyese en voz alta en cámara. Por mi cabeza pasó la posibilidad de «me va a mandar a la mierda» y de haber sido así el resto de la entrevista hubiese ido por un camino totalmente distinto. Pero no ocurrió. Creo que todo el mundo confió en mí para abrirse al máximo, hasta el punto que yo a veces pensaba «¿por qué me cuentas esto en cámara?». Fue ese ejercicio de confianza lo que hizo que lograra toda la honestidad que creo que el documental refleja.”
“En el fondo, hay que ser bastante naif para querer hacer cine.”
El documental me ha sorprendido porque es algo más que un cuaderno de rodaje. ¿Hasta qué punto has querido reflejar un periodo de la explosión del mundo «2.0» que ya no existe, o que se ha transformado? ¿Crees que un proyecto como «El cosmonauta» sería posible hoy en día? ¿Por qué?
A.M.A.: “Es curioso porque mi intención al inicio no era para nada hablar sobre esa explosión 2.0, sobre crowdfunding o sobre Creative Commons. De hecho, desde el inicio tuve que pelearme para conseguir crear un equilibrio para explicar estas cuestiones lo suficiente para que alguien nuevo comprendiese de qué iba el tema, pero sin meterme mucho en ello. Hay ya muchos libros al respecto o documentales tratando eso, no quería el mío ser uno más de ellos, no era lo que me interesaba. Quería contar la historia de ellos en particular. Ahora, tres años más tarde, con la película acabada, a casi 10 años de que comenzaran el proyecto. Con la distancia que otorga el tiempo podemos ver que fueron días muy locos, en el que todo el mundo vio una oportunidad, pero no sabíamos del todo cómo explotarla, muy wild west. A día de hoy hubiese sido imposible un proyecto como “El Cosmonauta”, creo yo. Porque sabemos lo que es crowdfunding, conocemos lo bueno y, sobre todo, lo malo. No tenemos la inocencia de ese tiempo. Hay que recordar que cuando empezó todo no había ni siquiera webs de crowdfunding en España. Indiegogo estaba comenzando en US, Kickstarter no era una cosa. Ni siquiera Lánzanos se había creado. Todos teníamos la ilusión por cambiar cosas de manera colectiva. Ahora ya lo hemos intentado, y no hemos visto tanto cambio. El crowdfunding entre desconocidos ya no es lo mismo. ¿Más de 4.000 poniendo pasta a una película de tres jóvenes que no han hecho nada antes? No lo creo.”
¿Hasta qué punto los errores del rodaje se pueden achacar a la inexperiencia o la falta de asesoramiento de sus protagonistas?
A.M.A.: “Creo que hubo muchos problemas de rodaje que vienen derivados de la inexperiencia, sí, pero no es algo nuevo. Cualquiera que haya estado en un rodaje sabe que esos errores pasan. Creo que el problema real fue la escala de la película. Era demasiado grande para los recursos que tenían: era un equipo enorme, coproducciendo con otra empresa, en un país que no conocían y cuyo idioma no hablaban, rodando ingentes cantidades de material con nada dinero. Podemos fijarnos en las cosas que se hicieron mal durante el rodaje, y hubo muchas. Pero yo me quito el sombrero sobre las que hicieron bien, porque he organizado rodajes a pequeña escala sin dinero y hay tantas cosas que tienes que planear, que tienes que predecir, y nunca puedes hacerlo. Creo que mucha gente se fijará en lo que se hizo mal y hubo mucho, pero me gustaría que también la gente viera lo que se hizo bien, sobre todo en materia de producción durante el rodaje, porque no era para nada fácil. Y la calidad del material en sí es innegable.”
El cosmonauta tiene 140 horas de material bruto (casi seis días seguidos), transformados en una hora y media de película de las cuales 20 minutos son créditos. Este desequilibrio es muy llamativo. Desde tu experiencia como editor, ¿crees que un montaje diferente hubiese hecho la película mejor?
A.M.A.: “No he visto las 140 horas, así que no puedo saberlo. En el documental no se entra mucho en ello, pero hubo un momento en el que había un montaje mucho más narrativo y cronológico de la película, el que se llamaba «montaje lineal», pero nunca llegué a verlo. Es una de las espinas que se me quedan clavadas. En su momento no quise verlo porque no era la película y no me parecía justo para Nico y Carlos (el montador) valorar un trabajo que ellos no consideran adecuado. Ahora, con tiempo, me hubiese gustado ver la diferencia. Creo que muchas piezas del transmedia, que son de carácter más narrativo convencional, demuestran que había potencial para hacer una película distinta e interesante. No puedo decir si hubiese sido mejor o peor, pero creo que de continuar ese camino la película hubiese sido del agrado de más gente. Pero en el fondo, para bien o para mal (dependiendo de a quién preguntes) no era lo que le interesaba a Nico y fue él el que llevó las riendas creativas finales.”
Cuando una persona está haciendo un proyecto cooperativo. ¿Crees que es lógico dejarse llevar por intereses personales?
A.M.A.: “Depende de lo que consideremos «intereses personales». “El Cosmonauta” nunca pidió a la gente su participación en el guion. No era esa la idea, no era la La Wikipeli (https://www.youtube.com/user/wikipeli/videos). Y eso me parece adecuado, muchas voces en un proyecto acaban por hacerlo caótico o pasable y vacío. Creo que tener una visión está bien. El problema que veo en lo que ocurrió al final es que lo que se entregó no es en realidad lo que se prometió. Y sé que Nico opina lo contrario, pero creo que es válido decir eso. Siempre se hablaron de referencias muy de autor, así que no creo que el problema sea tanto el hecho de que fuese una peli de autor al final, sino que la realidad es que antes del rodaje el guion de “El Cosmonauta” estaba en la web, disponible para todo el mundo, y la semejanza entre el guion y la película final es muy menor. Si vamos al transmedia encontramos muchas de las escenas, pero la película en sí es un ente distinto, que nadie que no estuviese cercano a la producción podía anticipar, hubo gente que confiaba en Nico y aceptó lo que él les dio, pero muchos otros se sintieron defraudados, y lo comprendo. Creo que ese fue el problema de cara a la gente que había puesto dinero. Y es de lo que no estoy de acuerdo a nivel personal, entregar algo que no es lo que la gente te ha comprado.”
¿Crees que “Hard as Indie” puede ser disfrutado por el público mayoritario? ¿o por el contrario es un filme para una gran minoría?
A.M.A.: “Eso espero. Sé que el público inicial de la película puede parecer minoritario por la temática y desde el inicio sabía que había un grupo un poco niche de gente dispuesto a verlo. Pero según el documental se fue formando, y viendo lo que la gente que lo ha visto ha dicho, creo que la historia humana detrás de él es lo suficientemente interesante y atrayente para un público más amplio. Con un poco de suerte podrá pasar gracia a Filmin estrenando el documental a la vez que lo hacemos en nuestra web. Creo que de haberlo sólo movido mediante la web y las redes sociales hubiésemos llegado sólo al público base de la película (lo cuál es genial), pero Filmin nos permitirá llegar a gente a la que quizá no hubiésemos alcanzado de otra manera. Veremos qué ocurre ahí.”
“Imagino que en el fondo se me había olvidado el fenómeno que fue (y es) “El Cosmonauta”. Nunca pasa desapercibido.”
Si el cosmonauta hubiese sido un éxito, ¿Cómo crees que hubiese influido al mundo del cine español?
A.M.A.: “Esta es la pregunta clave, ¿verdad? ¿Hubiese cambiado las cosas? Puede. Hay muchas definiciones de éxito. ¿Hablamos de éxito de crítica y audiencia, de que a la gente le hubiese gustado? Si el éxito se hubiese quedado ahí, si hubiese sido una película que gusta a gente, pero no hubiesen sacado mucho dinero, no creo que hubiese cambiado nada. De haber sido un hit a nivel monetario y sacado un pastizal, entonces quizá hubiese logrado que ciertas productoras o empresas se abriesen más a un modelo más abierto de producción y de distribución. Yo con el tiempo me he convertido bastante cínico y creo que incluso de ser un éxito, no hubiese habido mucho cambio. Creo que por dónde iba encaminado a nivel de distribución va bien, pero llegó un pronto para España. Hubiese sido interesante ver cómo reaccionaba la gente ahora al VOD gratuito con pago posterior, en la era de Netflix y Filmin donde estamos ya más hechos a la idea de pagar por contenidos online. O con la distribución en cines bajo demanda. Pero a nivel total del proyecto en sí… no. Creo que a nivel personal hubiese abierto más puertas a los miembros de Riot Cinema de haber funcionado mejor, pero no tanto el esquema de «nuevo sistema» en sí. Visto ahora a posteriori, creo que todos éramos un poco naif. Y no me arrepiento de ello ni un segundo. En el fondo, hay que ser bastante naif para querer hacer cine.”
¿Cómo es que se enuncia, pero no explora el tema de lo ocurrido con el Crowdfunding?
A.M.A.: “Fue una decisión que tomé al inicio del proyecto. Cuando comencé me debatí cuánto debía de hablar de crowdfunding fuera de “El Cosmonauta” o incluso si debía tratar de hablar con alguien que fuese «experto» en la materia pero ajeno a la producción. Llegué a hacer primer contacto con alguien, pero al final pronto lo descarté. No me interesaba lo suficiente a nivel personal, no era la historia que quería contar. Creo que es un tema digno de investigar y sin duda interesante, pero no creo que fuese yo la persona adecuada para ello. Ni soy experto, ni increíblemente interesado en la materia. Lo que quería era hacer un documental que te enseñaba lo de detrás de la cortina. Me encantan ese tipo de documentales y creo que esa visión, más la historia de amistad-socios que se daba era mucho más interesante. Irse a hablar de conceptos como «crowdfunding», «Creative Commons» o similares, fuera de lo que era el contexto de su proyecto, hubiese sido una desviación total sobre la historia que la película trataba de contar. Además de que hubiese significado que al estreno del documental mucha de esa información hubiese sido ya seguramente totalmente obsoleta. Hice las primeras entrevistas de «Hard as Indie» en 2015 y el documental se ha estrenado en 2018. Estoy seguro que parte de lo que hubiésemos hablado en ese momento ya no tendría sentido ahora mismo.”
La película lleva ya una andadura de una semana, hemos visto hilos en redes sociales comentando la película en tiempo real, ¿te lo esperabas?
A.M.A.: “Para nada. No me esperaba que mis pocos amigos fuesen a verla, ¿cómo iba a esperar algo como esto? Lo de los comentarios a tiempo real fue algo super extraño, que nunca se me había ocurrido porque no es algo que practico o sobre lo que suelo tener interés. Pero, vaya si lo disfruté en este caso. No paraba de leer los hilos, partiéndome de la risa al ver las reacciones en ciertos puntos distintos de la película. Creo que también fue mi forma de confirmar que parte del documental funcionaba en los sitios donde tenían que funcionar. En otro tipo de películas, con un estreno más convencional, puedes ver la reacción de la gente en la sala de cine cuando la están viendo, pero en este caso por la cuestión del VOD, esto lógicamente no es posible. Así que, para mí, aparte del buen rato que pasé, fue la confirmación de que la película funcionaba narrativamente en ciertos puntos concretos. Generaba lo que se había querido.”
¿Ha superado «Hard as Indie» tus expectativas en la acogida por parte de los medios de comunicación?
A.M.A.: “Totalmente. No pensaba que apenas ningún medio iba a hablar al respecto. El proyecto en sí es super pequeño y el estreno aún más. Me quito el sombrero por el equipo (duo) que ha llevado la parte de prensa, porque lo han conseguido ellos más que yo. Yo sé hacer películas (y esto podemos abrirlo a discusión), pero si por mi fuese, las acababan por ver cuatro. En el momento en el que se termina la película y está dispuesta para ser vista, ya no sé qué hacer con ella y cómo hacer que llegue a gente. Que tenga visibilidad es algo complicado. Para nada me imaginaba que tantos medios iban a hablar al respecto y mucho menos del calibre de algunos de ellos. Imagino que en el fondo se me había olvidado el fenómeno que fue (y es) El Cosmonauta. Nunca pasa desapercibido.”