Conocido por “Vaya Semanita” y “8 apellidos vascos”, Borja Cobeaga presenta “Negociador”, una comedia muy personal con la que ganó el Premio Irizar al Cine Vasco en el Zinemaldia 2014.
Resulta imposible hablar con Borja Cobeaga sin que le acabe a una entrando la risa. No importa lo serio que intente ponerse, la comedia es algo de lo que no se separa en ningún momento. Abrumado, y en parte sorprendido, por el gran éxito de “8 apellidos vascos”, repite una y otra vez que “Negociador” es de otra pasta. Y que todo ha de ser perfecto no, perfectísimo.
¿En qué momento surge la idea de “Negociador”?
Borja Cobeaga: “Estaba viendo Salvados, el programa de Jordi Evole, y entrevistaron a Eguiguren (Aranguren en la película). Yo lo conocía de antes, lo había visto en la prensa, pero hasta el momento no me había percatado de que se había quedado como “tocado” por este tema, que tenía sobre los hombros el peso de los asesinatos de amigos suyos. Coincidió también con la fecha en la que publicaban un libro suyo, y de repente me vi con que tenía mucho material. Más que la idea de la negociación, la parte digamos más técnica, me interesaban los detalles. Y resultó que el libro era muy prolijo en detalles cotidianos. Sabía que la historia tenía que venir de ahí y no de la mesa de negociaciones.”
¿Tuviste que andar con pies de plomo al tratar un tema tan delicado como este?
B.C.: “Claro que sí, no fui nada inconsciente. Todo fue muy meditado y el tono estaba pensado hasta el mínimo. La historia de origen la acabo de contar, pero venía precedido por las ganas de darle un tono diferente a la historia. Encajaba con lo que quería hacer. Además, la forma de hacerla ha sido muy pequeña, con mi propia productora. Sabía que si contaba con “las grandes” vería mi punto de vista… no alterado pero si tendría que ser más colaborativo. Que no vas por libre, vamos. Y yo no quería comprometerme, porque quería hacer una película honesta y no demasiado política, pero tampoco quería acabar con una película “bien queda” entre las manos.”
La película habla del entendimiento y también brinda conocimiento para quienes no conocen cómo son los vascos. ¿Crees que la ignorancia afecta a estos estereotipos tan anclados dentro del país?
B.C.: “Pues no sabría decirte porque yo he jugado a ambas cosas. “8 apellidos vascos” es un topicazo total. Ponedlo en mayúsculas, TOTAL. Es muy de pincelada gruesa, mientras que “Negociador” es más sutil. Era una película muy personal y no tenía afán didáctico, por lo que no se explaya demasiado. Supongo que si no conoces bien los detalles te puedes perder, pero hacerla más explícita era traicionar la vena que seguía. Tampoco quería meter rótulos, pero tuve que poner uno al principio para explicar que había cosas inventadas. No quería una película enciclopédica sino, por encima de todo, una película sobre los personajes. Lo único que sirve para tener un buen punto de vista sobre los vascos es fijarse en el lenguaje: Euskadi, Euskal Herria, Vascongadas… seguimos volviéndonos locos con esas cosas.”
¿Te has sentido más presionado al hacer esta película después del éxito de “8 apellidos vascos”?
B.C.: “Yo creo que no tienen nada que ver. Espero que la gente no espere ver otro “8 apellidos vascos” o la decepción va a ser bestial. El tema puede basarse en lo mismo, pero nada más. La única responsabilidad, o presión, ha sido por el tono, que lo quería de una forma muy concreta. ¿Que hay que dar al público lo que quiere? ¡Si a veces ni ellos mismos saben lo que quieren! Nadie hubiera dicho que el público quisiera ver una película sobre topicazos regionalistas. Y mira.”
¿Piensas que te estás convirtiendo en uno de los grandes cineastas españoles?
B.C.: “Sí, definitivamente. Me levanto por las mañanas y es lo primero que pienso. No, a ver, que yo he tenido también mis fracasos, que no se os olvide. Además, después de “8 apellidos vascos” he intentado despegarme de ese estilo. Las dos películas tienen elementos cómicos, claro, pero una es mucho más caricaturesca. Esta es más seca. Mira el cartel, parece drama. Un medio puso un titular que decía: “Cobeaga intenta repetir el éxito de “8 apellidos vascos” con «Negociador”. Pues no, para nada. Quiero hacer lo que me apetece.”
Siguiendo con este tema, ¿te has llegado a sentir limitado anteriormente?
B.C.: “Hombre, las fuerzas cuando llegas a según qué rodaje las has utilizado antes de tiempo, porque tienes que poner a mucha gente de acuerdo. En “No controles”, por ejemplo, hubo problemas para encontrar actores, movimientos de fechas, de repente tocaba grabar una tormenta de nieve en pleno verano… si no tomas las decisiones tú, solo tú, todo se vuelve más complicado, limitado.”
¿Qué nos puedes contar de Josean Bengoetxea?
B.C.: “Lo primero que os puedo contar es que iba a tener un papel en “No Controles” que al final se cayó del guion. Y eso es una putada. Lo conocía hacía mucho y teníamos muchos amigos en común, y yo quería trabajar con él, así que en “Negociador” estuvo muy implicado desde el primer minuto. El apoyo de los actores es muy importante para continuar con un proyecto así. Josean es un entusiasta en general y hablamos muchísimo, y las conversaciones con los actores aportan mucho a la escritura. La verdad es que aportó mucho al personaje, no quería hacer solo de tipo duro, de tipo seco, sino darle humanidad.”
La elección más chocante a primera vista, es la de Carlos Areces…
B.C.: “Es lo que más llama la atención, ¿que no? Es Carlos Areces, ¡ni siquiera es vasco!, no te lo esperas. Como decía antes es una película familiar y por lo tanto he cogido actores con los que ya había trabajado, que ya conocía, ya os he contado el caso de Josean, con Ramón Barea había trabajado en “Éramos pocos”, que el tono era muy parecido al de “Negociador”… En cuando a Carlos Areces, aparte de la amistad, buscaba a alguien que pudiera mostrar ese lado oscuro en la comedia. Que pudiera parecer muy campechano y muy majo pero que después se le congelara la sonrisa de golpe.”
Y uno de los momentos más graciosos envuelve a Secun de la Rosa… a pesar de que esa escena no ocurrió así en la realidad.
B.C.: “Resulta que justamente uno de los mecanismos que hacía en el guion al ficcionar era pensar: “¿qué hubiera pasado si…?” En este caso el camarero no los reconoció. Y punto. Y yo quería darle la vuelta. Además, el personaje original era de Valencia, pero dije que el personaje de Secun de la Rosa era de Logroño porque allí pillan ETB y así era creíble que reconociera a Eguiguren (Ramón Barea) de haberlo visto de pasada en la tele… En un momento pensé que tal vez fuera una escena demasiado cómica, pero lo quería así para destensar. Es una película en la que no sabes si la siguiente escena va a ser cómica y dramática, y Secun resultaba desarmante para el momento. Su presencia desconcierta y hace reír.”
¿Por qué comienza la película en Donosti? Si no me equivoco los hechos transcurrieron en…
B.C.: “En Ginebra y Oslo, me has pillado, sí. Por temas de presupuesto pasamos la acción principal a una Francia ficticia. Es cierto que nos fuimos a Biarritz y a San Juan de Luz para grabar algunas de las calles, pero el hotel por ejemplo es el Billasoro, que está aquí mismo en San Sebastián. Lo bueno es que está aislado y rodeado de árboles y no se nota donde es. Eso sí, las pocas pinceladas de San Sebastián que puse quise que fueran muy icónicas: la Concha, Igueldo… Me parecía importante que de fondo se viera lo más reconocible para dar a entender que son personas hablando de un tema que afecta a esas personas que no se ven, a las que están en el fondo. Me parecía fundamental contextualizar.”
¿Qué es lo bueno de “jugar en casa”?
B.C.: “La película se rodó aquí, el tema es de aquí, lo que pasó, pasó aquí… la coherencia es bestial. Además aquí siempre me veo en casa, incluso mis fracasos en taquilla han funcionado bien en San Sebastián. Nunca había rodado antes aquí, las otras las había grabado en Bilbao, y mi padre es de San Sebastián y estaba muy enfadado.”
¿Qué nos puedes contar de los “chistes reciclados”? Sabemos que los había en “8 apellidos vascos”… ¿ocurre lo mismo con “Negociador”?
B.C.: “Verdad, “8 apellidos vascos” es un poco timo, hay muchos chistes de “Vaya Semanita”. Lo de Vitoria, por ejemplo. En “Negociador” creo que no hay ninguno. Yo pensaba que “8 apellidos vascos” no triunfaría aquí precisamente por eso, porque ¿quién va a ir al cine a pagar por algo que puedes ver gratis por la tele? Yo creía que pensarían que era más de lo mismo en versión light. Pero parece que les interesó disfrutar de algo que ya conocían todos juntos en una sala. Volviendo a “Negociador”, lo más parecido que hay al tono de “Vaya semanita” es la escena con los escoltas, donde hablan de lo genial que sería conseguir la paz pero, oye, que eso también los iba a manar al paro…”
¿Podrías describir “Negociador” en cinco palabras?
B.C.: “Ostras, cinco. A ver. Comedia. Amarga. Trágica. Personal. ¿Cuántas llevo? ¿Tres? ¿Comedia no vale? Ah, vale. A ver. Comedia amarga y trágica en lo que hecho lo que me ha dado la gana. No sé si por personal o por libre. Y honesta. Joder, he dicho 18.”
¿Cómo llevas las críticas?
B.C.: “Si son buenas mejor, claro. He estado más atento que otras veces por la polémica que podía traer el tema, o porque esperaran “8 apellidos vascos” una vez más. Me preocupaba esa percepción. Todos nos leemos, nos googleamos demasiado, pero… depende del crítico, también. Si te gusta un crítico, si te fías de su criterio y te pone bien, pues bien. Pero si un crítico con el que no te sientes identificado hace una mala crítica de tu película… pues te importa mucho menos.”
Hablemos ahora de proyectos futuros. Uno, “Fe de etarras”:
B.C.:”Es una película anterior a “Negociador”, más industrial, vamos a intentar hacerla más ambiciosa, loca, otro tono. Hay gente que me pregunta si esto era “Fe de etarras”. Me apetecería hacerla pero estoy pendiente de las reacciones. Escrita está, y quiero hacerla. Llevo mucho tiempo diciendo que será mi próxima película pero… será mi próxima película… en un futuro. Cuando vuelva a tener el mono de dirigir. En diciembre o así.”
Dos: “8 apellidos vascos 2”:
B.C.: “A ver. Se trata de los mismos personajes, espero que los mismos actores… es que el guion está todavía en proceso y no lo han leído, creo que tenemos un par de gags bastante memorables. La acción empieza en Sevilla pero se traslada rápidamente a Catalunya. Me gusta jugar con la idea de que vascos y catalanes se sienten hermanos pero ahora que nos acaban de adelantar en el tema de lo de la independencia, que ya no somos el centro de atención… estamos un poco mosqueados. Que se nos han subido a la chepa, vamos. Pero sobre todo quiero tratar el tema de las comidas. Coge a un vasco que come lo que comía el personaje de Karra Elejalde en la primera parte y llévatelo a un restaurante de diseño catalán… lo va a flipar mucho.”
Y para acabar, hagamos una lluvia de palabras. Yo empiezo una frase y tú dices lo primero que te venga a la mente.
Un día en la vida de Borja es… “intentar mantener una rutina”. Guionizar es… “un trabajo de pico y pala”. Escribir en… “en mi casa, muy tranquilo”. Un humorista: “Will Ferrell”. Un guionista: “Alexander Payne”. Un director: “Alexander Payne”. Una película: “Nebraska”. Una ciudad: “Lisboa”. Un sueño frustrado: “irme de Erasmus.”
Florian Henckel von Donnersmarck: «Siento que toda la locura del siglo XX, en Alemania tuvo lugar de una manera intensificada»
Xacio Baño: «la pelea entre el yo bueno y el yo malo, está en el origen del proyecto»
Javier Ruiz Caldera: “Hace mucha ilusión adaptar un cómic que has querido tanto”
Deja tu opinión
Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.