Mar. Mar 19th, 2024

Nos trasladamos a la librería 8 y ½ para entrevistar a Carlos Agulló que ha realizado uno de los documentales más interesantes que hemos visto este año.

Se trata de «Los demás días«, una cinta que consigue colgar el cartel de no hay entradas en sus proyecciones en el Cine Princesa de Madrid. Es el típico largometraje que está funcionado mucho con el boca-oreja, y nosotros recomendamos mucho su visionado. Ya tuvimos el placer de charlar con él con motivo del estreno de «Plot for Peace» en el Festival de Gijón. Ahora, en un marco más tranquilo, el director madrileño nos cuenta los pormenores de esta nueva producción tomando un café.

¿Cómo surge la idea de este curioso documental?

Carlos Agulló: “Ha sido un guion reescrito a diario. La idea surge de conocer a Pablo. Había oído hablar de él porque había acompañado en sus últimos dos meses a mi suegra. Le pedí a mi cuñada su teléfono, me puse en contacto con él y me recibió en su casa. Tras una larga charla de cuatro horas sobre su trabajo diario y así entré en contacto con el mundo de los cuidados paliativos. De esta manera, empecé a tener claro lo que quería contar. Y en eso no ha cambiado nada la película desde el principio hasta el final. Mi largometraje no es sobre los cuidados paliativos, versa sobre la vida y sobre cómo enfrentarnos a la idea de que vamos a morir. Obviamente, los cuidados paliativos tienen un protagonismo importante, eso no lo vamos a negar, ha sido el medio de contar el mensaje final. Podía haber contado la misma historia realizando un análisis de antropología comparativa, para ello me habría ido a India, África, Estados Unidos o Inglaterra y haber mostrado cómo se vive el final de la vida y así es la muerte en esos distintos países y culturas. Pero decidí quedarme en España y me di cuenta que los cuidados paliativos me iban a ayudar mucho a contar la historia y a aprender yo por dónde iban los tiros.”

“Yo creo que la labor principal de un director, más allá de la técnica y el oficio, es la de escuchar y observar.”

¿Cómo fue el proceso de elaboración del guion?

Carlos Agulló: “El guion empieza realmente por la investigación. Estuve casi seis meses investigando, en los que prácticamente no rodé nada. Tenía la entrevista de Pablo de cuatro horas y alguna prueba con un par de personajes, que no eran pacientes de Pablo: Fátima, la madre de Youssef (El boxeador) y Ángela, la más joven de todos. Ambos eran del entorno de mis amistades. Hasta que conseguimos que entrase la Administración Pública no tuvimos acceso a los pacientes de Pablo. Como podrás imaginar hubo muchas reuniones, muchos permisos, muchas esperas y muchos correos electrónicos. Obviamente, el paciente está super protegido. No me puede facilitar sus datos personales o contarnos qué le pasa. Así entró en juego Humanización de la Salud, prensa, la Consejería de Sanidad y un sinfín de entidades. He de reconocer que fue vital la ayuda de Magdalena Sánchez Sobrino, Coordinadora General de Cuidados Paliativos. Ella entendió perfectamente el guion y la idea, nos ayudó en las reuniones posteriores. Lo cierto es que para pedir permisos y subvenciones, tuve que sentarme y escribir un guion previo, que curiosamente no se ha alejado mucho del resultado final. Podríamos decir que las expectativas de la película están ahí, y el resultado está muy por encima de lo que yo esperaba en un principio. Hubo pacientes que decidieron en algún momento no grabar más, pero realmente yo no necesitaba ni quería mostrar un cadáver para hablar de cómo alguien se enfrenta a la muerte. Necesito saber cómo se lo plantea cuando está vivo no muerto. Ya lo dice Pablo en el filme: «La gente se enreda mucho con el tema de la muerte, pero nosotros de lo que nos ocupamos es de la vida. No se trata de morir bien, nosotros queremos que cuando están vivos, vivan bien.»

«La verdad es que en un documental de este calado, el guion se construye en la sala de montaje»

¿Cómo conseguiste hacer desaparecer los aspectos técnicos (cámara, luces, micros) en los momentos más sensibles y que fluyeran con total naturalidad las emociones y las palabras?

Carlos Agulló: “A ver, la película estaría coja sin Gema. Pablo y ella son un equipo. Pablo no es un gurú, ni un iluminado. Es un tío que trabaja mucho y que sabe mucho de medicina. Gracias a mi experiencia dirigiendo actores ha ayudado a obtener lo mejor de ellos y de los pacientes. Yo en ficción con mis cortos fui cambiando radicalmente mi manera de rodar, haciéndolo más al servicio del actor, que al fin y al cabo es el que cuenta la historia, y procuro tener cada vez menos planos en una secuencia. Empiezo a tener una mayor sensibilidad a cómo se siente una persona delante de la cámara. Obviamente, estamos ante algo diferente, es un documental, eran personas que no han estado nunca delante de la cámara. Por eso procuré ser muy delicado, muy respetuoso, y escuchando mucho. Yo creo que la labor principal de un director, más allá de la técnica y el oficio, es la de escuchar y observar, y en este caso más que nunca, porque cualquier intervención sería una interferencia. Aquí, primordialmente, mi trabajo era observar y estar clavado como una estaca en una esquinita de la habitación. En el plano técnico usé teleobjetivos, como mucho un 50mm, aunque a veces me iba al pasillo y trabajaba con un 150mm para observar desde la puerta. Obviamente, no usamos pértiga, siempre petacas con micrófono, a pesar de los problemas que generan. A priori, puede parecer más intrusivo, pero eso exigía llegar con antelación y hablar con ellos mientras lo preparábamos todo, de tal forma que va surgiendo poco a poco la confianza y se acababan olvidando de la petaca. También hubo visitas previas para que nos conocieran, que nos contaran su vida, queríamos conocerlos realmente, y de hecho me aportaron mucho a lo que yo quería contar, porque no debemos olvidar que lo que yo voy a contar es lo que ellos quieren contar. De tal forma que yo tengo un discurso y este era modificado en parte por los verdaderos protagonistas de la historia. De tal forma que esta se iba enriqueciendo. Durante esas entrevistas previas les dejaba claro que no hablaría cuando estuviéramos rodando, que me limitaría a observar. Otra gran decisión fue reducir el equipo de rodaje al mínimo, eso me obligó a operar por primera vez una cámara de vídeo, bajo las instrucciones de la directora de fotografía que vino a los rodajes más fáciles, donde no había pacientes, etc. Ella contribuyó en postproducción a la corrección de color, pero durante el rodaje yo manipulaba la cámara, de tal forma que sólo me acompañaba el sonidista, y este estaba siempre fuera de la habitación. Eso ha generado que haya planos mal iluminados, pero ganábamos en otros aspectos.”

Basilio Martín Patino sostenía que un documental se hace en la sala de montaje, es ahí donde surge realmente el guion del documental ¿Cómo fue el proceso?

Carlos Agulló: “A ver. La idea del montaje definitivo llegó un poco tarde. La verdad es que en un documental de este calado, el guion se construye en la sala de montaje, pero tienes que rodar con una intuición lo más clara posible para no encontrarte en la sala de montaje con que te faltan piezas. Con mi productor me tocó la lotería. Me propuso hacer un documental, yo le llevé temas de actualidad, pero noté que le daba vueltas, que no había pasión. Finalmente, cuando veía que me quedaba sin trabajo le propuse dos temas: la vida en un gimnasio de boxeo donde se cruzan las vidas de personajes muy diferentes, y otra el médico de cuidados paliativos. Investigando para el tema del boxeo, me cruzo con Youssef y su madre enferma. Pero claro no iba a meter con calzador el tema del boxeo. Yo tenía claro que algo había con el tema de la lucha, la pelea, pero era difícil que no se fuera a la lucha contra la enfermedad. En un principio se convirtió en una metáfora confusa más que aclaradora. Pablo me dio la frase: «si te tomas la vida como una lucha contra la muerte, estás perdido», sumado al hecho que la lucha por la vida tiene que ser otra cosa, tiene que ser una lucha por la vida que tú quieres vivir ahora. No recuerdo exactamente cuándo lo encajé exactamente. De hecho, hay siete versiones, y la escena del boxeo solo está en la primera y en la última. En la dos se cayó y en la siete la recuperé. Ahí empezó a funcionar la metáfora del boxeo. Todo quedó perfectamente hilado.

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

Un comentario en «Carlos Agulló: “Mi largometraje no es sobre los cuidados paliativos, versa sobre la vida.”»
  1. que buena entrevista, como siempre consigues emocionarme. Esta es una cinta que tengo que visionar por diferentes motivos personales, pero que para mi creo va a ser importante. Gracias por ponerme en el camino estas joyas

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