Mar. Mar 19th, 2024
el alucinante mundo de Norman

el alucinante mundo de Norman

El alucinante mundo de Norman es una de las apuestas fuertes de estas Navidades para el público infantil. En Videodromo, ya os dimos nuestra entusiasta opinión al respecto. Ahora, con su estreno más cerca que nunca, hablamos con Travis Knight, el animador jefe y director de LAIKA, responsables de dar vida a los personajes de la cinta, que nos desveló cómo se hizo El alucinante mundo de Norman. A continuación podéis ver en vídeo la breve entrevista que nos concedió. Está en inglés, pero merece la pena ver el pequeño set de rodaje y los muñecos de Norman (uno acabado y otro en el que le podemos ver las tripas).

Knight, quien ya participó con el estudio LAIKA en la creación de Los mundos de Coraline, nos cuenta que la animación ha evolucionado en este breve periodo de tiempo lo suficiente como para que las distancias entre aquella y El alucinante mundo de Norman sean importantes. La técnica del rapid prototyping (prototipado rápido, en castellano) ha revolucionado la creación de los personajes. Permite crear una cara en tres dimensiones en un ordenador que, después, se imprime con todos los detalles para poder usarse en el rodaje. «Desde las pecas hasta las venitas en la nariz, si al personaje le gusta mucho beber alcohol», apunta Knight. «Empieza como píxeles y termina siendo una impresión».

Suma y sigue

El alucinante mundo de Norman combina distintas formas de animar, entre las que también se cuenta el CGI. El resultado es mayor que la suma de sus partes, y algunas de ellas siguen siendo tan tradicionales como el primer día. «Cuando se hace una película en stop motion, absolutamente todas las cosas tienen que se diseñadas por un artista y creadas desde cero, así que hay que empezar con el típico diseñador de personajes que utiliza lápiz y papel». Desde ahí, los protagonistas evolucionan y se convierten en pequeñas estatuillas articuladas gracias a un esqueleto de metal. «Ese es el elemento que nos permite cambiar la pose del personaje y mantener su postura mientras creamos los fotogramas».

El cuidado es máximo y hasta los pantalones o la cabellera de Norman esconden un trabajo arduo. «Los trajes de los personajes los hacemos a mano, con materiales que se adecuan al efecto que buscamos. Para crear un pantalón vaquero, no puedes utilizar el material real, porque no queda bien en la pantalla». ¿Qué hay del pelazo del personaje? «Usamos pelo de cabra tratado para que pareciese una persona». 

Los herederos de Ray Harryhausen exploran todas las posibilidades que la animación en stop motion les brinda, y le suman las últimas novedades tecnológicas y toneladas de ingenio para conseguir el mejor de los resultados. El alucinante mundo de Norman es una buena prueba de ello.

Por Víctor Martín-Pozuelo

Al final, me dedico al marketing, al final.

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