Tiene algo de mágico encontrarse con Whit Stillman en ese lugar sagrado con forma de librería llamado ocho y medio. Durante los años ochenta, en Madrid, nació eso que se denomina: La comedia madrileña de piso. Fernando Trueba y Fernando Colomo eran dos de los mayores representantes de este subgénero que buceaba –como sus autores- entre las infinitas influencias de esa obra casi freudiana sobre las relaciones de pareja titulada Annie Hall. Ambos, Fernando y Fernando, compartían, además de un talento natural para los diálogos rápidos e inteligentes, el mismo agente. Este tipo se llama Whit Stillman y era el encargado de vender sus películas al extranjero. No debía de ser muy bueno porque enseguida cambió de trabajo. De hecho el motivo de esta entrevista es el estreno de su cuarta película, Damiselas en apuros.
Alto, canoso y muy agradable, Stillman nos invita a sentarnos en frente de él. Rodeados de libros comenzamos una entrevista que en varias ocasiones se convierte en simple conversación. La primera duda que se convierte en pregunta es el por qué de tantos años desde su anterior película, The Last Days Of Disco (1998) y Damiselas en apuros. “Me quedé sin material y he perdido muchos años intentando hacer películas basadas en libros y en otras fuentes de inspiración. No encontré nada que valiese la pena hasta que me llegó e esta historia de chicas universitarias. Me pareció que podía ser una buena comedia”. Y sí, lo es. Es original, divertida, inteligente y como todos sus filmes tiene momentos autobiográficos. “Ciertas personas de mi entorno van a ver cosas muy familiares en esta película”, reconoce Stillman. También admite que es una película extremadamente cursi, “¡es una celebración de lo cursi!”.
Stillman se ha rodeado de cuatro jóvenes actrices: Greta Gerwig, Carrie MacLemore, Megalyn Echikunwoke y Analeigh Tipton; que interpretan a cuatro jóvenes universitarias obsesionadas con la moda, los olores y con mantener a toda costa una forma errónea de ayudar a la gente en sus depresiones. El guión comenzó siendo un desastre, “siempre empiezas entusiasmado con la idea pero cuando comienzas a escribir te das cuenta que lo que haces es malísimo, que los personajes son clichés”. Pero con un par de reescrituras la crisis se acabó. Sólo había que pensar en el casting: “Tardamos mucho con el casting pero al final estoy encantado con las actrices… son maravillosas”
Pero no todo fue un camino de rosas con el elenco, “uno de los actores se cargó cada micro que tocó”, dice riéndose, “al menos bien valía todas las cosas que rompía…”. Cuando le preguntamos por Adam Brody se extraña de que en España sea conocido, “me encanta quiero hacer más películas con él y con Greta Gerwig, no solo son guapísimos, sino que bailan estupendamente”. Sí porque en Damiselas en apuros no solo hay risas, llantos, amor, celos e infidelidades, también hay baile.
Esta divertida (aunque liviana) historia está envuelta con pequeños lazos traídos directamente del universo de Wes Anderson. “El filme más cercano a mi película es Academia Rushmore”. “¿Y aparte de Wes Anderson?”, le pregunto yo, “¿Por qué necesitamos apartarnos de Wes Anderson?”, me responde.
En cualquier caso, es inevitable obviar su paso por España y los directores que primero le influenciaron: Trueba y Colomo. “Trabajar con ellos fue muy divertido”, comenta. “Aprendí mucho con el rodaje de La Línea del cielo, de Colomo. Descubrí lo sencillo que puede ser hacer una película. Fue un rodaje lleno de improvisación.”
De aquella época recuerda lo difícil que era vender el cine español en otros países. La distribución entonces no funcionaba tan bien como ahora. “En una ocasión me desaconsejaron vender una película de la época titulada Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, me decían que era muy mala, así que me decidí por Volver a empezar, de Garci. Eso salvó mi vida. Si hubiera vendido la película de Almodovar hoy todavía sería agente de ventas”. Stillman sonríe pensando en lo que podría haber sido y afortunadamente no fue. “Yo quería hacer cine antes de tener este trabajo. Era mi puerta de entrada. En EE.UU no había cine independiente. El cine español era abierto, informal y constructivo. No había tantas barreras.”
El cine independiente tiene buena salud, y el regreso de Stillman, uno de los grandes referentes del indie americano, es un una prueba de ello. Aunque a él no le guste eso tan interesante para tantos otros, la personalidad. “Tener una marca de autor es un problema ya que limita la aceptación… espero hacer algo menos excéntrico en el futuro”.
Dos cosas:
– una corrección: «Stillman sonríe pensando en lo que podría a ver sido y afortunadamente no fue» supongo que en realidad quiere decir «Stillman sonríe pensando en lo que podría haber sido y afortunadamente no fue». No tiene más importancia; todos escribimos deprisa.
– eso de la «comedia madrileña de piso» creo que está muy sobredimensionado, precisamente, por los medios y la gente de Madrid y desde Madrid. Lo que no es más que una limitación de medios siempre se ha intentado vender como un movimiento sociológico-cultural-cinematográfico. Comedia, a veces, valores sociológicos, de vez en cuando. Como películas, generalmente, flojas. Visto desde fuera de Madrid, claro. Quizá en la capital deberían adquirir la costumbre de salir fuera de ella más a menudo. Hay mucho mundo fuera, y en ocasiones, sorprendente.
Gracias 39escalones! Realmente escribir deprisa o muy tarde pasa factura. 😉
En cuanto a lo de comedia madrileña de piso, estoy bastante cerca de tu opinión, pero es un término que se utiliza para denominar un tipo de películas (te gusten más o menos) sin necesidad de enumerarlas. Todos sabemos de qué estamos hablando cuando decimos eso de «comedia madrileña…». Por esa sencilla razón lo he utilizado en el artículo. Además, tienes que entender que a los que hemos nacido en Madrid ese concepto nos gusta.