Mar. Mar 19th, 2024

Entrevista realizada con motivo del lanzamiento del filme “RAMS (El valle de los carneros)”

¿Qué fue lo que te inspiró para contar la historia de dos hermanos distanciados que se dedican a cuidar de sus ovejas?

Grímur Hákonarson: «Mi película está basada en gran parte en mis experiencias en el entorno rural islandés. Mis padres se criaron ambos en el campo y hasta que cumplí los 17, todos los veranos, iba allí a vivir y trabajar durante las vacaciones. Básicamente por haber estado rodeado de este entorno creo que tengo una cierta sensibilidad con las historias, los personajes y el lenguaje visual de esta parte más rural del paisaje de Islandia. Siempre me han atraído las historias que vienen del campo y “RAMS (El valle de los carneros)” no es la primera película que he rodado en este entorno. Mi padre trabajaba en el Ministerio de Agricultura, por lo que eso también era una fuente de información para mí de cómo funcionaba la administración con respecto a la ganadería, y cómo la agricultura ha ido evolucionando a lo largo de los tiempos. Uno de los momentos más duros a los que mi padre tuvo que enfrentarse en su vida profesional, fue cuando tuvo que decidir con respecto a la idea de sacrificar o no a rebaños completos, en el supuesto de una crisis por enfermedad. En el norte del país, como en muchas otras zonas rurales de la isla, la ganadería ovina era una parte muy importante del sustento de vida de sus habitantes, de igual manera que formaba parte de su cultura hasta finales del pasado siglo XX. Así que, de alguna manera, la oveja islandesa era, y sigue siendo para muchos, algo sagrado«.

«Están orgullosos de su raza y representa “los viejos tiempos”, la forma en que la gente vivía antiguamente. Las ovejas han tenido un rol fundamental en la supervivencia rural de la zona a lo largo de los siglos, y están profundamente arraigadas a esta tierra y conectadas muy de cerca con el espíritu islandés. Nuestro país se construyó basándose en la pesca y la ganadería y en Bardardalur, donde se rodó “RAMS (El valle de los carneros)”, el empleo principal de sus habitantes sigue siendo el cuidado de sus ganados. Pero más allá de la ganadería, estas ovejas tienen algo muy especial y la mayoría de los granjeros que conozco tienen una conexión mucho más fuerte con las ovejas que con otros animales domésticos. Los que tienen granjas mixtas, con vacas, ovejas y caballos, normalmente muestran mucho más interés por las ovejas convirtiéndose en su “hobby” y su pasión. De alguna forma la relación entre el hombre y las ovejas ha sido siempre muy cercana y para mí esto era algo interesante y que me intrigaba«.

«Este es el mundo que quería representar en la película. Las personas que viven solas con sus ovejas, en plena naturaleza, y desarrollan una conexión emocional muy fuerte con sus animales. Esto es algo ya muy extraño en la sociedad moderna y las personas como Gummi y Kiddy, los protagonistas de la película, están desapareciendo. Y es una pena. Me gusta la excentricidad y la particularidad hasta cierto punto, por lo que me gustaría todo esto como entorno para vivir, incluso en la sociedad moderna«.

RAMS FOTO 1 (Alta)

Gummi y Kiddi, los protagonistas, son granjeros, vecinos, hermanos pero… no se hablan desde hace más de cuarenta años…

G.H.: «Los conflictos entre vecinos son muy comunes en el campo en Islandia. Personalmente conozco muchos ejemplos de gente que viviendo al lado, han discutido y no se han dirigido la palabra en décadas. A menudo incluso se les olvida cual fue el motivo que les llevó a ser enemigos. Los islandeses son muy cabezotas y autónomos, quieren estar siempre al pie del cañón y desconfían de todo lo que venga de fuera. Tienen una idea de independencia que a veces va mucho más allá de la pura lógica«.

«Las razones por las que discuten son muchas pero sobre todo por la tierra o por asuntos de herencias. Es una situación realmente trágica cuando vives en un lugar verdaderamente desierto y no puedes hablar con tu vecino más cercano. Y a la misma vez me resulta una situación bastante cómica. Conozco muchos granjeros que viven solos. En este tipo de familias, los hijos varones suelen tomar las riendas pero las mujeres se marchan. Por ese motivo los varones se quedan atrapados en la granja y tienen muy pocas posibilidades de encontrar esposa o cualquier otro tipo de compañía«.

«Dos hermanos cuyas tierras lindan en un gran valle pero que no se hablan. No tienen a nadie con quien charlar excepto sus animales pero son tan orgullosos que ninguno se rendirá. Es un buen escenario para una tragicomedia, o un drama salpicado de tintes de humor islandés, y eso era exactamente el tipo de historia que quería mostrar«.

RAMS FOTO 2 (Alta)

¿Cómo conociste el “scrapie ovino”, la enfermedad de la que hablas y por qué decidiste que fuera un factor tan catalizador en “RAMS (El valle de los carneros)”?

«El “scrapie” es la enfermedad más dañina a la que nos hemos tenido que enfrentar en el campo en Islandia en todos los tiempos. Es un virus incurable que ataca directamente el cerebro y la médula de las ovejas y es altamente contagioso. La enfermedad, originalmente, llegó a Islandia a través de las ovejas británicas que aterrizaron en la isla a finales del siglo XIX. Hasta el momento no ha sido posible erradicarla completamente. Este último invierno se han detectado, al menos, tres casos de “scrapie” en el norte del país. Es muy corriente incluso hoy en día y aún asusta mucho a la gente. Conozco granjeros que han sufrido el “scrapie” y conozco el trauma mental que supone tener que sacrificar a todo el rebaño«.

«El “scrapie” contagió el rebaño de ovejas de mi sobrina y fue un golpe emocional muy grande para ella y su marido. Viví de primera mano cómo todo esto les afectó psicológicamente. Tienen varios hijos y también rebaños de vacas y caballos asi que por lo menos no lo perdieron absolutamente todo. Pero con esto empecé a pensar cómo le afectaría algo así a alguien que vive solo y que sólo tiene ovejas y tiene que sacrificarlas todas«.

«En “RAMS (El valle de los carneros)” una crisis de “scrapie” pone la historia en marcha. Los hermanos descubren que tienen un interés común y un objetivo común: el rebaño de ovejas ancestrales. Son dos seres humanos que intentan salvar de la destrucción lo que para ellos es lo más importante. Para un granjero no hay nada peor que perder todo su ganado. Creo que es una historia con la que mucha gente se puede identificar, dentro y fuera de Islandia, y por ello quería reflejarla en una película«.

RAMS FOTO 5 (Alta)

¿Cómo haces para equilibrar los distintos géneros y así encontrar tanto humor como una profunda humanidad en un entorno tan cruel?

G.H.: «“RAMS (El valle de los carneros)” puede considerarse una película muy escandinava, precisamente por ese cóctel que tiene de drama y humor negro. Admito que mi humor es seco y eso afecte a mis películas. Creo que RAMS se podría comparar con determinadas películas nórdicas recientes como “Kitchen stories” de Bent Hamer o “Noi El albino” de Dagur Kári por citar algunos ejemplos. Pero aunque “RAMS (El valle de los carneros)” se vea con unos ciertos aires de comedia, lo que de verdad he querido ha sido contar una historia humana universal«.

¿Cómo encontraste y trabajaste con tus dos actores protagonistas y con todos los animales?

G.H.:  «Quería actores conocidos y Sigurdur y Theodór están entre los actores más respetados de Islandia. Para que los personajes fueran creíbles y verdaderamente tomaran forma y vida en la pantalla, puse un gran énfasis en que ellos entendieran la forma de pensar de un granjero. Hay ciertos arquetipos en Gummi y Kiddi y por ese motivo era muy importante que mis actores conociesen a la gente en cuestión a la que iban a dar vida. Así que empezaron a investigar sobre las granjas de ovejas y a experimentar ese tipo de vida “in situ”. También produje una “back story” muy detallada para ellos para que se la estudiaran y pudieran integrarla en sus roles. Como las conversaciones y los diálogos son bastante limitados en la película, era necesario que estos dos personajes fueran fuertes e interesantes como individuos y los actores tenían que ser capaces de darnos interpretaciones muy físicas e intuitivas«.

«Tuvimos también unos días de ensayo con las ovejas en los que aprovechamos para filmar sólo con las ovejas. Las lavamos con champú y todo. Sigurdur Sigurjonsson trabajó en una granja cuando era adolescente así que estaba familiarizado con este tipo de vida. Theodór Júliusson también tenía algo de experiencia pero tanto uno como otro habían vivido en la ciudad la mayor parte de su vida adulta, así que necesitaban un poco de entrenamiento. Encontrar a las ovejas fue también una aventura que requería cierta preparación y previsión. Uno de mis recuerdos preferidos de la película, desde el periodo de preproducción, fueron las audiciones que tuvimos para encontrar a las ovejas protagonistas. Resultó que los temperamentos de las ovejas variaban de una granja a otra«.

«En una de estas granjas, las ovejas no eran para nada dóciles, y salían corriendo tan pronto como intentábamos acercarnos a ellas. Pero después de buscar mucho, acabamos llegando a una granja llamada Halldorsstadir donde Begga, el granjero de allí, trataba a sus ovejas con mucho afecto y amor. Los animales de allí se acercaban a nosotros y nos daban un empujón como si quisieran que les rascáramos detrás de las orejas. Esas ovejas eran estupendas para trabajar con ellas, incluso más fácil que trabajar con actores. Uno de los granjeros locales de Bardardalur llamado Magnus Skarphedinsson, fue nuestro entrenador de ovejas e hizo un trabajo increíble. Si alguna vez alguien decide premiar a los animales con papeles en las películas, estoy seguro que nuestras ovejas se encontrarían entre los que más se lo merecerían, y que incluso se irían a casa con unos cuantos trofeos.»

Entrevista cedida por la distribuidora Karma Films.

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.