Mar. Mar 19th, 2024
Retrato de Majewski

Tardó 4 años en realizar El Molino y La Cruz pero este director polaco nunca se rindió. Su homenaje a la pintura de Brueghel es un experimento cinematográfico imprescindible. Pocas películas están dotadas con una técnica visual tan original y tan portentosa. Majewski se sentó frente a un grupo de periodistas y hablo de su película en una rueda de prensa que dio para mucho. Suele ocurrir cuando una obra cinematográfica deja el dulce sabor de la pregunta en vez de abrumar al espectador con miles de respuestas.

Retrato de Majewski

¿Por qué esa obsesión por ese cuadro de Brueghel?

Brueghel quiso que yo hiciera esta película. Desde que era adolescente me fascinaban sus cuadros. Me sentía atraído por ellos, me parecía que tenían cierta atmósfera como de película de Fellini. Más tarde descubrí los distintos significados de sus pinturas y las miles de capas que utilizaba.

El escritor newyorkino Michael Gibson hizo una crítica sobre una de mis películas, Angelus, y en ella decía que yo tenía una mente bruegheliana. Gibson me hizo llegar un libro suyo con un análisis sobre esta pintura al que había titulado El molino y la cruz. El libro era de 230 páginas pero estaba tan bien escrito que me lo acabé enseguida. Gibson había llenado mi cabeza de imágenes y fue entonces cuando decidí hacer la película. Primero Michael me tildó de loco pero luego dijo que los auténticos caballeros siempre intentan lo imposible y que contara con él.

En el rodaje no debió separarse de la pintura de Brueghel…

Bueno, estuve durante cuatro años rodeado de Bruehel y de sus personajes. Siento como si no hubiera muerto, su personalidad está en cada uno de sus cuadros y yo sinceramente me siento mejor al lado de sus obras que al lado de muchos seres humanos.

Su película recuerda a Sueños de Akira Kurosawa

Sí es posible. Él también era un director fascinado por el arte. En la pintura los personajes parecen saber que están siendo retratados y parecen forzados pero con Brueghel es al revés, no les importa que les estén mirando, de hecho muchos de los personajes de sus cuadros salen de espaldas.

La música es también muy importante, porque los cuadros también se oyen ¿no? Tú has compuesto la banda sonora de El molino y la cruz. ¿Cómo fue el proceso?

Realmente creo que se abusa mucho de la música en el cine actual. Es constante, a mí desde luego me irrita mucho. Lo interesante de componer y grabar la partitur fue encontrarse con los sonidos del ambiente. A veces se cuela ruido de coches o cosas igual de molestas pero es fascinante cuando podemos oler el campo o escuchar a los caballos.

El sonido ambiente actual está lleno de ruido…

Es normal, este mundo va a mucha velocidad y el precio que pagamos es no pensar. Los negocios que triunfan hoy en día son los de escapismo. Cuando yo era pequeño en mi ciudad las mujeres y los hombres miraban constantemente por la ventana para observar y entretenerse con la vida de la calle, la vida real. Hoy cuando regreso sólo veo ventanas con persianas bajadas. La gente observa la vida artificial, la de la televisión.

Ha habido un gran cambio. Las cosas cambian constantemente. Antes nada cambiaba demasiado en toda una vida, ahora es vertiginoso cómo evoluciona todo.

El molino y la cruz

Pero lo que parece que no cambia y que también reflejas en tu película es el abuso de poder y la brutalidad en manos del más poderoso.

Si, ciertamente la naturaleza humana sigue igual. Vemos el progreso en el ámbito científico, en la medicina o en la astrología, en todo lo que tenga que ver con la inteligencia humana, pero con respecto al espíritu humano parece que ha habido una recesión. Tampoco hay progreso en la música, ¿hay hoy en día un compositor superior a Mozart, por ejemplo?

Parece haber sido una película muy difícil de rodar. ¿Se ha encontrado con muchas dificultades?

El vestuario, por ejemplo, hemos tardado en diseñarlo y crearlo un año. Había 40 modistas trabajando para la película. Tuvimos ciertos problemas con los colores, porque son tonos para los que ya no existen tintes así que tuvimos que hacerlos de manera natural, con productos naturales.

También ha sido complicado jugar con el espacio y distribuir en él a los personajes. Analizamos el cuadro y no solo había 7 perspectivas diferentes sino que además eran contradictorias. Cada plano había que hacerlo de forma diferente.

Y el paisaje… Estuvimos rodando en Polonia, en la República Checa y en Austria. El cielo, por ejemplo, es de Nueva Zelanda. Componer cada plano me ha costado dos años y medio. Los profesionales de grafismo han sido muy importantes. Me sentía como en un monasterio, levantándome y viéndoles a todos ellos trabajando como monjes. (Risas)

 La religión es importante en tu película. ¿Eres de los que piensan que debe seguir presente, aunque sólo sea culturalmente, ya que forma parte de nuestra historia como pueblo europeo?

Bueno, cada uno tiene una idea de Dios, no es un término preciso. Por ejemplo yo que vivo en Venecia rodeado de iglesias noto como cada uno de los que entran tiene un dios diferente en su cabeza.

Pero contestando a tu pregunta te diré que acabar con la religión es cortar con el pasado y los seres humanos estamos formados por el pasado. Como europeos estamos formados por la mitología griega y romana y por la vida judeo-cristiana.  No tiene sentido no aprender sobre religión o no hacerla ni caso.

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