Miguel Ángel Jiménez presenta Chaika y en Videodromo no hemos perdido la oportunidad de entrevistarle y fantasear con los parajes y personajes desterrados de la estepa soviética.
¿Qué tienen que ver los héroes de la URSS con tu película?
Bueno, de algún modo Valentina Tereshkova funciona como contraste, para así dotar a la protagonista de un input metido por su madre para que fuera tan capaz de hacer lo que fuera. Y eso se debe a que el pueblecito de Baikonur donde rodamos está muy cerca del perímetro de lanzamiento de cohetes. Y nos fascina el tema de la basura espacial que caía por unas fotografías de unos niños jugando con la chatarra espacial. Nos quedamos alucinados con esas fotos y cuando encontramos esos lugares en Siberia fue cuando descubrimos la figura de Tereshkova y en ese pueblecito se sentían muy orgullosos de que desde ese cosmódromo hubiesen despegado tanto Gagarin como Valentina. Que era la heroína de toda esa aventura. Qué bonito sería entonces crear un contraste entre esa propaganda de buenos ideales y el contraste con nuestra protagonista que tiene una vida mucho más dura. De ahí el nombre de la película, Chaika -gaviota-, que era el nombre como se la llamaba durante la misión.
¿Qué te atrae de un universo tan inaccesible al nuestro?
Soy muy poco conocedor de esos lugares, conozco Georgia, Azerbaiyán y un poco Moscú, pero no conozco una Rusia intelectual. Conozco la periferia de todo ese entorno, no las cosas que funcionan bien, sino las que funcionan mal en todos esos lugares aislados. Y siempre nos ha fascinado esos personajes que viven en unos parajes acongojantes, aislados y en unas circunstancias terribles. Estar compartiendo mesa con unos pastores a metros de un satélite japonés que había contaminado el río y dormir con candiles, todos juntos, fue como los vestigios de un mundo que nos enamoraba y nos llenaba la cabeza. Nosotros contamos historias reales, todas nuestras historias nacen de anécdotas que nos han contado en esos lugares.
¿Entonces tu película se inspira en historias reales?
Yo creo que sí, nosotros lo que hemos hecho ha sido un esfuerzo por recrear ese lugar en Kazajistán, lo hemos tenido que recrear en Georgia, pero del modo más fiel posible. Supongo que algún gobernante podría molestarle porque nadie quiere destapar sus vergüenzas, pero existir, existen.
¿Os habéis encontrado con muchos problemas no solo a nivel técnico sino por la historia?
Sí, definitivamente nos hemos encontrado con muchos problemas. Por eso nos hemos tenido que desplazar a Georgia. Pero ten en cuenta que como hablábamos de Kazajistán o Rusia no nos vinculábamos con Georgia. El gobierno de kazajo estaba muy ilusionado con coproducir con España pero en cuanto leyeron el guion se desvincularon completamente y nos cerraron tanto las puertas que tuvimos que irnos a Georgia. Aun así, nos trasladamos por empeño y rodamos la parte de la aldea kazaja, pero con el título de una película falsa y unos acuerdos terribles. Fue muy complicado.
Hablando de la imagen de la mujer, hay un elemento inicial como Tereshkova y nace una némesis llamada Chaika, ¿que particular visión de la mujer se da en la película?
Nosotros teníamos mucho interés por la historia de un personaje que trabajaba de prostituta en un mercante en el puerto Reina Sofía. El muelle Reina Sofía en Las Palmas, que hay una serie de barcos olvidados de la URSS y hablando con ellos de las grandes temporadas de navegación durante meses. Muchas veces el capitán subía a bordo a varias prostitutas que, en principio, convivían con ellos. Pero al poco tiempo esas mujeres terminaban viviendo cerca de las salas de máquinas. Esa anécdota nos lleno de tantas posibilidades que, después de conocer la aldea kazaja y a una mujer bellísima que servía el té y nos atendía a todos y dormía con nosotros… no había que ser muy listo para ver la tensión sexual que había entre los pastores y la mujer. Y Luis Moya y yo pensamos, esta es la protagonista. Esta mujer tiene los cojones de vivir en un barco y después vivir en estas condiciones. No partíamos entonces de un discurso sobre la mujer sino sobre un personaje con una serie de tesituras que pueden llegar a hacer pensar que existe un discurso de la mujer.
Una curiosidad obvia: ¿Por qué le falta un brazo al protagonista?
Este actor es maquillador de la televisión que después de hacer mil castings y después de que no nos convenciese ningún actor, encontramos a este hombre insulso… pero le faltaba algo. Entonces se me ocurrió quitarle un brazo, lo consulte con Moya, y pensé que nos podría aportar un interés singular… ¿cómo perdió el brazo? Tal vez a partir de las vías del tren, se puede llegar a intuir que las vías del tren le han quitado dos cosas muy importantes, su madre y su brazo.
Tu forma de narrar está en el límite, del mismo modo que los territorios ciegos y escondidos. Pero resaltan tus raíces, eres ibérico y tu película me recuerda a los Santos Inocentes.
Los versos de Machado llegaron a estar en el plano del camión, pero luego lo eliminé porque ya me parecía demasiado. Esos versos siempre empezaban en el guion, porque los campos sorianos los llevábamos en la maleta… Abunda el hombre malo del campo y de la aldea, capaz de insanos vicios y crímenes bestiales, que bajo el pardo sayo esconde un alma fea… en Campos de Castilla hay mucho más de lo que puedes imaginar en la película.