Mar. Mar 19th, 2024
Geoffrey Couët y François se besan en el club impact en THEO Y HUGO

Con motivo del estreno del drama “Theo y Hugo” entrevistamos a uno de sus directores, Olivier Ducastel y a uno de sus protagonistas, Geoffrey Couët.

Surtsey films siempre nos cuida mucho y cada vez que estrena una buena película nos reserva un hueco para que charlemos con el equipo artístico. Si bien es cierto que en Videodromo siempre hacemos las entrevistas con orgullo e ilusión, debemos confesar que la charla con el equipo de “Theo y Hugo, Paris 5:59” ha sido una de las más gratificantes.

Theo y Hugo”, (dans le meme bateau en francés, París 5:59 en castellano), es una cinta extraordinaria, no solamente por sus veinte minutos iniciales y sexuales que casi nos llevan al borde del “ya basta”, sino por el desarrollo de la historia, sencillo pero conmovedor. Por sus giros inesperados y sus conversaciones veraces. Por las dos interpretaciones principales, dignas de cualquier reconocimiento habido y por haber y por los pequeños detalles que radican en la película: un beso, una caricia, un pene erecto, una pastilla y un trozo de Kebab. “Theo y Hugo” merece ser vista, no sólo por su Teddy Award, si no por su historia y sus momentos mágicos. Fans de los planos secuencia y largas charlas, disfrutad de lo lindo con la nueva propuesta de Surtsey.

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Pese a que nos tuvieron que arrancar de la silla del instituto francés y se quedaron muchas preguntas en el tintero, en Videodromo, pudimos discutir distendidamente, en el marco de la Mostra Fire!!!, con uno de los co-directores y co-guionistas de la cinta, Olivier Ducastel y uno de sus dos protagonistas, Geoffrey Couët. Con su cara “mignon” y un maravilloso castellano, hablamos con él de su preparación para el personaje de Theo, un joven en pleno descubrimiento. Con Ducastel, nos ponemos más “serios” para hablar de su relación con Jacques Martineau, el co-director, las influencias y la censura e incluso le sonsacamos una opinión muy personal de la adaptación cinematográfica de “Juste la fin du monde” de Xavier Dolan.

Buenos días a los dos. Mi primera pregunta es sobre el origen de la historia de “Theo y Hugo, Paris 5:59”. ¿De dónde procede? Y sobre todo, ¿de dónde viene esa primera escena en ese club sexual tan extraño? (Al menos, para esta redactora)

Olivier Ducastel: ““Theo y Hugo” procede de muchas cosas, pero probablemente, la más importante es que desde un principio, Jacques y yo, queríamos contar una historia de amor entre dos chicos jóvenes. Teníamos pensado que uno de ellos fuese VIH positivo y que ese hecho fuese un giro dramático en su relación primeriza. Cuando discutí la historia con Jacques, el co-director, vimos que podíamos explicarla en tiempo real, así que seguiríamos de cerca los personajes desde el principio de la relación, incluso desde un poco antes que se conocieran, hasta el final de la película. Y sobre todo, quisimos que tuvieran un encuentro sexual al principio y que el sexo empezara la historia, que los sentimientos entre ellos vinieran de la sexualidad.”

O.D “Quisimos que los sentimientos entre Theo y Hugo vinieran de la sexualidad”

O. Ducastel: “Por otro lado, ese club sexual que mencionas, es un sitio que conozco muy bien. Y siempre me ha impresionado la energía que se desprende en un lugar como este en la vida real. Y por lo general, aunque depende obviamente de distintos factores, cuando hay buena energía entre la gente, es una situación muy bonita de contemplar. Sin embargo, cuando hablo con otros gays sobre este tipo de lugares, muchos me cuentan que no van porque les parecen antros desagradables y feos; demostrando así que hay una idea muy cliché de estos clubes.”

O.D “Hay una idea muy cliché de clubs como “El impact””

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Geoffrey, ¿estuviste en un club como el “Impact” para poder preparar tu personaje? ¿O eras ya un habitual?

Geoffrey Couët: “El otro actor de la cinta, François [Nambot], no fue al Impact porque quería descubrirlo el mismo día de rodaje. Pero yo fui una semana antes del shooting porque recibí un correo del Impact invitándome a conocer el lugar. Sí, el Impact es un local que existe, sin el azul que se muestra la película, pero es totalmente real. Primero tenía un poquito de miedo, porque parecía súper pequeño, pero quería ver cómo funcionaba, cómo se miraba la gente y cómo se organizaba todo. Y el día que fui… era una noche un poco especial. Era una noche temática, en la cual tenías que ponerte algo en la cabeza para que no te reconocieran. Yo no soy famoso en Francia, pero algo así me parece súper raro. No obstante, estuve caminando una media hora por el Impact, viendo a la gente y cómo funcionaba, solo con mis zapatos y una especie de capucha.”

G.C “Visité el club Impact en una noche temática para preparar mi personaje”

¡Así pues, te sentiste como Theo en la primera escena!

G. Couët: “Cierto. En la película, parece que Theo está descubriendo el lugar por primera vez, es como si hubiera caído del cielo directamente al Impact y está mirando y descubriendo. Estuve en la misma situación, ¡totalmente!”

Olivier, ¿cómo descubriste a los actores protagonistas? ¡Son unos desconocidos en Francia!

O. Ducastel: “¡Eran completamente desconocidos! Pues, hicimos un casting clásico, como acostumbramos a hacer. Siempre contratamos al mismo director de casting, pero esta vez, trabajamos con uno diferente, un joven que no conocíamos pero que nos recomendó nuestro habitual director. El hombre, que tiene nuestra edad y no es gay nos dijo que intentaría estar cómodo en los castings, pero que no sabía si podría ver si un chico era más sexy o más guapo o si interesaría a Jacques y Olivier… entonces, nos recomendó a Simon. A nosotros ya nos pareció bien pues era un film con un presupuesto muy bajo y teníamos la idea de trabajar con un equipo de gente muy joven.”

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O. Ducastel: “Entonces, nos encontramos con Simon y le hablamos un poco sobre lo que estábamos buscando. No era muy preciso, pero le dimos ideas generales sobre los desnudos, el aspecto sexual del filme, el hecho de que buscábamos gente sin tabús, que pudieran hacer todas las escenas y no tuvieran límites en las secuencias del principio. Y esas cuatro directrices ya hicieron una buena criba, ya que muchos actores ni hicieron las pruebas alegando que no podían enseñar sus penes, estar desnudos en un club ni practicar sexo si había una cámara gravando.”

O.D “Para Theo y Hugo buscábamos gente joven, sin tabús”

O. Ducastel: “Escribimos una escena especial para la prueba, como hacemos siempre, que estaba cerca de los personajes pero que no formaba parte de la película. Digamos que era una escena alternativa, otra posibilidad para cuando los personajes salían del club. Queríamos ver si los actores estaban cómodos y sensuales y a la vez, si sabían pelearse de forma verídica, con lo que escribimos una escena con un largo beso al principio, un poco de conversación y una pelea final. Era como, si al salir del club, les fuese imposible comunicarse y acabaran pegándose. La gran suerte fue que Geoffrey y François estaban a la misma hora en la prueba. No los pusimos juntos, fue una cuestión de horarios. Vimos unas 18 parejas diferentes y cuando les vimos a ellos… fue algo totalmente inesperado. Teníamos pensado, después de la prueba, escribir más escenas, hacer más ensayos, conocer unas cuantas parejas, dar el guión a unas seis… pero después de ver a François y Geoffrey… tuvimos un breve encuentro con el director de casting y el productor y les propusimos dar el guión directamente a Geoffrey y François y si ellos estaban entusiasmados con la idea, ir con ellos hasta el final. Luego, les conocimos en una terraza a finales de junio del 2015 y tuvimos una charla muy agradable.”

Entonces para entrar en el proyecto, te dieron el guión. ¿Y qué te pareció?

G. Couët: “Primero nos dieron, a François y a mí, la escena de la audición y una semana después de la prueba, nos mandaron el guión. Lo leí en mi casa solito, y una semana después, François y yo nos encontramos con Jacques y Olivier. Antes de encontrarles, no obstante, pensé mucho en el proyecto. ¡Era muy interesante, pero tenía miedo! François y yo, por suerte, nos ayudamos mucho. No nos conocíamos de antes, pero nos encontramos por Facebook y nos llamamos varias veces preguntando qué nos parecía, si era interesante… los dos conocíamos el trabajo de Jacques y Olivier y sabíamos que eran buenas personas. Entonces, nos encontramos en un maravilloso bar de París y hablamos durante 3 o 4 horas de la película y lo bueno para nosotros es que no nos dio la sensación de que estábamos en una entrevista de trabajo, simplemente hablábamos de la película. Puede que ellos nos estuvieran analizando, pero para nosotros fue muy agradable. Después de esta charla, nos encontramos varias veces más y en un momento nos dijeron, listo, hacemos la película juntos.”

G. C “A primera vista el proyecto me pareció muy interesante, pero tenía miedo”

Has trabajado muchos años junto a Jacques Martineau y habéis hecho muchas piezas y películas juntos. ¿Cuál es el secreto para seguir trabajando en pareja después de tanto tiempo?

O. Ducastel: “No estoy seguro de que haya un secreto. Probablemente, la razón por la que seguimos trabajando juntos es que hay algo muy extraño en el aire y los dos necesitamos al otro, simple como esto. Jacques y yo hemos vivido juntos durante 18 años y ahora, hace dos años que estamos separados, pero seguimos trabajando, escribiendo y dirigiendo juntos. Creo que este hecho, de que ya no estemos juntos, ha hecho que sea más fácil hablar de la sexualidad en “Theo y Hugo””.

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O.D “El hecho de estar separados, Jacques y yo, ha hecho que nos sea más fácil hablar de la sexualidad sin tapujos”

O. Ducastel: “Todos nuestros proyectos son diferentes, pero siempre hay algo muy fuerte, un deseo hacia algo… con el tiempo, hemos entendido que desear las mismas cosas ha sido lo que ha hecho fuerte nuestros proyectos. Si uno tiene una idea y el otro no se siente atraído por esta, el proyecto colapsa en poco tiempo. Nuestra forma de trabajo tiene muchas configuraciones: yo puedo proponer una idea y Jacques puede modelarla, o él puede inventar una trama y yo verla desde una perspectiva diferente… Creo que depende de muchas cosas, pero siempre hay ese deseo por algo. Normalmente es el deseo por unos personajes, más que por la historia en sí, pero también puede ser una cuestión de género (drama, comedia, music hall, road movie) o algo más…. relativo al concepto fílmico, como es el caso de “Theo y Hugo” y nuestro deseo por capturar la vida real. Sí, a veces es una cosa de género o personajes, y otras, una cuestión más cinematográfica.”

¿En esta película habéis podido improvisar, Geoffrey? ¿En los planos secuencia teníais cierta libertad o debíais seguir el guión a raja tabla?

G. Couët: “La verdad es que era un guión muy preciso, muy escrito. Cuando hablamos antes de rodar la película, creo que simplemente cambié tres palabras. Todo era muy preciso, sobre todo en la primera escena: mira allá, toca su piel de esta manera… En los planos secuencia, teníamos la libertad del tiempo, más o menos, pero teníamos que caminar esa calle y nada más y no podíamos improvisar a nuestro antojo. Pero ahora que lo recuerdo, sí hay una escena de la película que es más o menos una improvisación y es la de la doctora en el hospital. Ella, Claire, es una doctora real, conoce el protocolo en los casos de posible contagio de VIH y no había un guión sobre ello, simplemente siguió el protocolo durante la escena. Sí habló un poco con Jacques y Olivier antes, para ver un poco qué preguntas se excluían y cuáles se hacían y también para que ellos dos estuvieran al corriente de cómo funcionan esos protocolos. Así pues, en esa escena, ella explicaba las normas del tratamiento y François y yo teníamos que ir contestando sus preguntas. Digamos que se trató, entonces, de una improvisación dirigida. Realmente fue un momento muy tenso de mi año, pues lo viví como algo real y te juro que hay palabras en esa escena que son realmente las mías o las de François. Fue muy intenso y la verdad, el protocolo nos dejó muy sorprendidos.”

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La verdad, es que cuando estaba viendo la escena pensaba, ¡Que buena actriz, parece una doctora de verdad! Y ahora entiendo el porqué.

O. Ducastel: “La idea viene de otra experiencia anterior. En otro filme que realizamos, había una escena en la que el protagonista tenía que ir al médico y éste le anunciaba muy malas noticias: tenía un cáncer y era incurable. Y la actriz que hacía de doctora… simplemente no pudo. Estaba sollozando diciéndonos: ¿De verdad tengo que decir esto? Probablemente no era una actriz muy entrenada pero igualmente, fue desastroso. Tenía una empatía que no era la propia de un doctor. Eso pasó hace seis o siete años atrás. Así que, cuando planteamos “Theo y Hugo” pensamos que no podíamos volver a contratar una actriz otra vez. Además, estábamos muy interesados en trabajar con personas reales. Puede que este hecho esté conectado con mi trabajo en La Femise, la escuela de cine en la que enseño. Mis estudiantes siempre tienen un poco de miedo de los actores y quieren actores no profesionales para sus cortos. No entiendo su afán, pero el resultado es, a veces, muy potente. Así que quise probar para entender porqué los preferían y porque a veces salía tan bien la jugada. Así que lo hice y funcionó a la perfección.”

¿Así que los personajes que aparecen en el trayecto de Theo y Hugo por París son actores no profesionales?

O. Ducastel: No, no. En ese caso se trata de actores profesionales.”

¿Y por qué esas apariciones? ¿Por qué vemos al vendedor de kebabs y a esa vieja limpiadora en el primer metro?

O. Ducastel: “Las apariciones siempre están relacionadas con la situación que exponemos en “Theo y Hugo”. Es un poco complicado explicar la escena del Kebab, pero digamos que en una primera versión de guión decidimos que los personajes debían encontrar comida con el fin de tomarse las medicinas contra el VIH. Así que escribimos la escena. Sin embargo, después entendimos que los personajes tomarían realmente las medicinas en el hospital, delante del doctor y con un pastel así que no hacía falta la secuencia. No obstante, decidimos seguir adelante con ella ya que habíamos organizado el rodaje y nos encantaba el actor que lo interpretaba: un personaje intrigante, un sirio que es actor y vive en París, pero que realmente ejerce de traductor. Además, esa escena nos sirve para que los personajes no sólo vivan focalizados en su amor y su encuentro, si no que se den cuenta que la vida continua alrededor de ellos, que hay cosas más allá de su enamoramiento.”

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O. Ducastel: Por otra parte, la escena del metro la configuramos así porque, aunque el trayecto no era muy largo, unas tres o cuatro estaciones, no queríamos que los personajes hablaran de cualquier cosa durante éste. En ese punto de la historia, ya se habían dicho tantas cosas, que los queríamos en silencio. Sin embargo, nos pareció que podría ser aburrido para el espectador contemplarlos sin hacer nada y por eso introdujimos al personaje de la mujer. A veces, en Paris, a cualquier hora, puedes encontrarte a gente muy extraña en el metro con muchas ganas de hablar con alguien. Y eso retratamos con esa mujer, una persona que ve a una pareja de enamorados y decide hablar con ellos sobre el romanticismo.”

¿Cuáles son las principales influencias del filme? Por mi cabeza pasaron la trilogía “Antes de…” de Richard Linklater, “Stockholm” de Rodrigo Sorogoyen, “Weekend” de Andrew Haigh e incluso “El desconocido del Lago” de Alain Guiraudie. Para mí, la primera escena es como el reverso oscuro del Desconocido…

O. Ducastel: “Sí claro, porque “El desconocido del lago” ocurre a plena luz del día, alrededor del lago… pero “Theo y Hugo” también puede verse como el lado luminoso de “El desconocido del lago”, pues aquella cinta es muy oscura y triste al final mientras que la nuestra… Pero, sí claro, fue una de las referencias más claras para nosotros. De hecho, teníamos el proyecto ya en mente cuando Guiraudie dirigió “El desconocido del lago” y cuando vimos la película fue como… Oh, no, ha hecho la película que queríamos rodar nosotros (aunque el filme fuera completamente diferente). La misma historia pasó cuando vimos “Weekend” de Andrew Haigh. Teníamos nuestra historia pensada no en tiempo real, pero durante una noche, y también nos fastidió un poco. Sin embargo, para mí, el hecho que viéramos estas películas, nos dio ideas para encontrar nuestra propia manera de contar la historia que queríamos. Por otro lado, otra película que no es una referencia obvia de “Theo y Hugo”, puesto que es mucho más dramática, pero que nos impresionó hace dos años es “Oslo, 31 de agosto” de Joachim Trier. Pese a no estar hecha en tiempo real, tiene escenas muy largas y unos diálogos que nos cautivaron. Lo más interesante de todo esto es que todas estas películas, excepto “El desconocido del lago”, cuyo director tiene casi nuestra edad, han sido filmadas por directores muy jóvenes.”

O.D “Ver El desconocido del lago y Weekend nos dio herramientas para encontrar nuestra propia manera de contar la historia que queríamos”

¿Crees que el estreno de “El desconocido del lago”, con sus escenas sexuales híper explícitas, ha ayudado a “Theo y Hugo” en el tema de la censura?

O. Ducastel: “Sí seguramente. Pero la gente sabía que, aunque hubiese una pequeña batalla con la censura, la película sería dirigida a mayores de 18 o mayores de 16. De hecho, estuvimos censurados a mayores de 16, podía ser peor. Y como la película es claramente para adultos, no para adolescentes, ya nos pareció bien. Además, sabíamos gracias a los estrenos de “El desconocido del lago” y “Love” de Gaspar Noé que la interpretación libre de la ley, del sentido común, sería positivo para el filme y no estaría clasificada como una película porno porque… de acuerdo, es explícita, pero no está hecha para… los principales objetivos del cine porno.”

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O.D “Theo y Hugo es explícita, pero no está hecha para los principales objetivos del cine porno, para nada”

Geoffrey, ¿te han llegado muchos papeles después de “Theo y Hugo” o es un proyecto demasiado arriesgado cómo para que nuevos directores apuesten por ti?

G. Couët: “La verdad es que hay gente muy interesada, pero ahora François y yo estamos en un momento en el que debemos tener cuidado con las cosas que nos preguntan. No vamos a hacer únicamente películas de gays y desnudos, así que… pero sí, estamos encontrándonos con diferentes personas y vemos que el boca a boca empieza a funcionar.”

Permítame una última curiosidad. En 2011 dirigiste junto a Jacques una adaptación televisiva de la pieza teatral “Juste la fin du monde”. ¿Has visto la adaptación de Xavier Dolan?

O. Ducastel: “Sí, la vi en el festival de Cannes. ¿Qué puedo decir de ella? Son dos proyectos diferentes y no tienen nada que ver el uno con el otro. Por un lado, nosotros fuimos contratados para hacer una adaptación televisiva de la función, con todas las palabras de la obra y los actores que la habían recreado en la comedie française, la compañía teatral más importante de Francia. Era un trabajo de precisión, pero nos encantaba el resto de respetar el texto al milímetro y trabajar con actores de teatro, ya que su dinámica es algo diferente. Todos estábamos emocionados con el proyecto: nosotros como directores y los actores. Xavier Dolan… leyó la obra, y escribió nuevas escenas para su adaptación. Una adaptación clásica pero libre y… digamos que es realmente su visión del texto de Lagarce y probablemente de Francia. No entendí muy bien que quería explicar… porqué escogió ese texto. Probablemente, estaba interesado en la relación entre todos los miembros de la familia porque es muy fuerte. El resultado… en cierto modo está cerca de los sentimientos generales, pero es muy Dolan. Quiero decir, es muy histérico, mucho más histérico que Lagarce. Y lo impactante, es que Lagarce… sus obras giran alrededor del hecho de que no dices las cosas importantes en alto, y Dolan se desgañita por hacer de esas palabras el centro del drama. No acabé de pillar qué quería transmitirme con su película, ciertamente.”

O.D “No entendí la versión de Xavier Dolan de “Juste La Fin Du monde”. Es demasiado histérica.”

Por Marina Cisa

Film PR, Social Media Manager, Productora y lo que me echen. Comunicación Audiovisual en la UPF y a mucha honra. Cinéfila hasta límites insospechados. Una vez toqué a Xavier Dolan y me firmó el DVD de "Yo maté a mi padre". Espero ver a monsieur Godard en vida.

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