Con la llegada a los cines de Viral, en Videodromo tuvimos la oportunidad de entrevistar a uno de sus actores, Pedro Casablanc.
Viral acaba de llegar a la gran pantalla y con ella llega a los cines Pedro Casablanc, que interpreta a David, un empleado de la FNAC que acompaña al protagonista en la búsqueda de esos 100.000 fans nuevos para la red social de la mencionada tienda.
Usted ha realizado muchos de sus proyectos profesionales en la televisión y también ha participado en muchas películas. ¿Qué diferencias encuentra entre cine y televisión?
Yo creo que entre televisión y cine no hay prácticamente ninguna diferencia. Puede que en el cine haya más tiempo para hacer una película, pues en hacer un capítulo de una serie se tarda unos días, es todo mucho más rápido, más precipitado. La televisión tiene luego una repercusión mucho más inmediata. Pero bueno, luego eso a mi no me incumbe tanto como el hecho del trabajo en sí. El trabajo actoral es igual en cine que en televisión, es igual de satisfactorio. En cine tienes más tiempo de ensayo probablemente, hay otro nivel de exigencia porque no es todo tan rápido.
¿Qué motivos le llevaron a formar parte de Viral?
¿Que qué me llevó a hacer Viral? Yo recibí una llamada y un correo con el guión. Me hablaron de Lucas Figueroa, que era un director que había hecho un corto que yo había visto en un festival en el que fui como jurado, que fue uno de los cortos más premiados entre los españoles, europeos o mundiales, no sé. Y me apetecía mucho porque creía que era una persona con mucho talento visual, mucho talento plástico, con una capacidad de aunar las nuevas tecnologías con el rodaje al uso y bueno, es una parte particular de un género como el terror, thriller, pero para jóvenes. Y tengo una hija adolescente que le encanta esto y dije «voy a hacer una película para que la vea mi hija».
La película tiene elementos de thriller, en ella aparecen las nuevas tecnologías y también encontramos el componente amoroso, ¿cómo definiría Viral?
Una película muy joven, con expectativas de llegar a un público joven que ahora mismo consume este tipo de género. Es una película novedosa, en el sentido de que mezcla las nuevas tecnologías, la redes sociales, y dentro de la calidad de imagen vemos cine con una calidad de imagen más clásica, más a la antigua usanza, con unos fotogramas que parecen de televisión, otros de ordenador… Y todo eso le da un carisma muy novedoso.
El protagonista se mete en un bucle en el que sólo es capaz de conectar con el exterior a través de las redes sociales. ¿Cree que esto refleja bien el mundo en que vivimos, donde la tecnología está por todas partes?
Bueno, sí, creo que es un poco patológica esa necesidad o esa manera de hablar a través de la escritura, que no es epistolar sino a través de una red social, a través de un whatsapp. Empieza a ser un poquito patológico, porque nos resulta más fácil. Yo creo que el ser humano siempre ha tenido problemas de comunicación, de mirarse a la cara unos a otros y comenzar a comunicarse. El invento de que todo lo podamos hacer por escrito a través de esos aparatos, a través de las redes sociales, nos da una posibilidad de comunicarnos de otra manera. Da mucha más libertad, de hecho hay un tipo de libertad mal entendida que son los insultos y las descalificaciones, que eso también se ve en la película. Y bueno, creo que al final acabará siendo una patología en el momento en que tengamos que depender de un aparato para hablar con el otro. No sé si estoy siendo un poco reaccionario, pero el tiempo lo dirá.
Siguiendo en esta línea, en la película vemos cómo harían cualquier cosa para lograr esos 100.000 seguidores en la red social. ¿Qué llegaríamos a hacer en la realidad para lograr ese número de seguidores?
Yo particularmente no haría absolutamente nada. No quiero que me siga nadie ni tengo ningún tipo de interés en no estar solo. Pero conocemos a compañeros actores que se han desnudado, que harían cualquier cosa por tener seguidores en una red social. Pero tener seguidores, un gran número de fans que te sigan, a eso yo no le veo ningún sentido ni tengo ningún interés en hacer nada por ello.
¿Qué relación tiene usted con las redes sociales?
Poca, muy poca. Uso muy poco Facebook. Lo uso como una especie de noticiario para ver qué hacen mis amigos, sobre todo los que viven más lejos de Madrid, para contactar con gente que hacía tiempo que no localizada. Yo he cambiado mucho de ciudad y he ido desconectándome de personas con las que puedo volver a conectar de nuevo y eso es lo único que hago. Intento conectarme lo menos posible.
¿Qué imagen general cree que deja esta película sobre las redes sociales y este mundo tecnológico en el que vivimos? ¿Y qué reflexión personal haría en este sentido después de trabajar en Viral?
Yo creo que deja una idea de que efectivamente es un poco ridículo el tema de necesitar ser seguido, como vemos que proponen este juego al chico, esa dinámica de que le siga la gente. Esos son los malos de la película, ese maniqueísmo de que las redes sociales no lo son todo.
Personalmente opino que es un mundo que forma parte de la generación actual más joven, que a mi me pilla un poco de paso y no me interesa demasiado y, en un principio no estoy en ello.