Mar. Mar 19th, 2024

Salva Cortés Martos, además de crítico de cine, es guionista, profesor, director y recientemente ha formado parte del jurado del Festival de Cine de Fuengirola.

Es un cineasta a punto de ebullición, su pasión por el cine, su talento y su forma de ver la vida nos hace pensar que tiene mucho que decir sobre el cine español y mucho que rodar en un futuro cercano.   Con alma italiana, espíritu catalán, y un toque andaluz, Martos nos habla de este festival y de sus futuros proyectos, al tiempo que hace un repaso por su trabajo y por el sector audiovisual.

¿Qué piensa sobre los festivales de cine como el de Fuengirola que no cuentan con el apoyo de las Administraciones?

Salva Cortés: «Pienso que son festivales necesarios porque se ve otro tipo de producción que quizás esté al margen de lo que es la distribución y la exhibición. También en este tipo de eventos se conocen nuevos autores que pueden tener una exitosa trayectoria en el futuro y eso es bueno para el público, porque llega a ver un tipo de cine diferente al de las salas comerciales. Un cine, por qué no decirlo, más libre, que muchas veces es más interesante si lo comparamos con el de las grandes salas»

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Conoce los festivales como parte del jurado y como cortometrajista. ¿Cómo se vive en ambos bandos?

Salva Cortés: «Como jurado se vive con una gran responsabilidad. Y como cortometrajista y guionista que soy tiendo a pensar que el jurado es sabio y debe de valorar todo lo que engloba un trabajo audiovisual, tanto desde un punto de vista técnico como emocional.

Siempre pienso cuando soy jurado que me hubiera gustado estar en los rodajes de las obras, allí es donde se ve todo el esfuerzo. Hay mucho trabajo detrás de un cortometraje y eso lo valoro. Los premios son algo injusto. Por cada premio que se da, parece que queda un resto de obras injustamente valoradas y no es así.

Como cortometrajista conoces a mucha gente que hace lo mismo que tú. Las relaciones que se crean entre los participantes a concurso son siempre beneficiosas. Tratar con gente con tus mismas inquietudes, que le gusta hacer lo mismo que a ti, siempre es gratificante y provechoso. Digo esto porque competir no me gusta, no soy competitivo. Después de haber estado en muchos festivales lo paso fatal. Hay tantos directores diferentes que ninguno podemos competir con ningún otro. Creo que eso es lo bonito del arte, que cada director tiene una esencia pura, lo que yo hago no lo puede hacer nadie y lo que hace otro no lo puedo hacer yo«.

«El sexo, para bien o para mal, sirve para configurar lo que somos«.

Toda esa experiencia ha hecho que el Festival de Fuengirola vuelva a contar con usted.

Salva Cortés: «Llevo participando en el Festival desde hace cuatro años, desde su primera edición. El año pasado gané un premio con mi cortometraje «Secretos del lado oscuro», y este año como realizador y guionista formo parte del jurado. Además, entre las actividades del Festival, se ha creado este año un curso de cine para niños, el cual he impartido. Ha sido una experiencia enriquecedora. Fernando Fernández Ariza, el director del Festival, quiere llevar el cine a todo el mundo y esa idea me entusiasma. Sinceramente es un Festival que me gusta mucho. Es cercano, no frío«.

Observando la selección del jurado (Luis San Narciso , Àlex Montoya, Alberto Rodríguez)se puede decir que la organización apuesta porque este Festival tenga peso en el circuito de festivales. Un jurado como el que ha compuesto Fernando Fernández Ariza no se consigue fácilmente. ¿Qué pensó cuando le comunicaron los nombres de sus compañeros?

Salva Cortés: «Fue maravilloso. Los admiro a todos. Luis San Narciso es responsable de casting de Globomedia, Álex Montoya, a quien todos hemos leído en alguna ocasión en Fotogramas, es una persona que sabe mucho de cine, Alberto Rodríguez es uno de los mejores directores de este país y César Hernando Ayala es un gran director de fotografía y creador, me gustan mucho sus primeros cortos«.

Usted es catalán pero ha pasado la mitad de su vida en Andalucía, en Málaga. Y su formación es tanto teatral como en el cine. ¿Cómo lleva todas estas mezclas?

Salva Cortés: «Conoces lo bueno y lo malo de ambos sitios, me refiero a la idiosincrasia de cada lugar. Son dos sitios distintos, conozco a gente en ambos lugares, al igual que su forma de trabajar que es distinta, cojo un poco de una y luego de otra, como mejor me convenga.

En cuanto a mi formación, yo soy un hombre de cine, es mi pasión desde que tengo uso de razón. Mis estudios los realicé en Barcelona, aunque estudié teatro en málaga porque desde mi punto de vista el estudio de cine era mucho más técnico. Se dedicaba mucho al apartado más técnico, a la creación mientras que la dirección de actores, que es lo que me interesa, no tenía el calado que para mí requería. Por eso vine a Málaga a estudiar teatro. Aunque también he de confesar que una vez en Málaga me tope con el mismo problema que en Barcelona. No se daba de una manera profunda la dirección de actores. En realidad eso lo he ido aprendiendo, por mi cuenta, con la realización de cortos. Yo adoro a los actores, es lo primero en lo que pienso cuando escribo. El cine es el lugar donde todas las líneas del arte se juntan: la música, el baile, la actuación. Por eso me gusta tanto y creo que los actores son tan importantes«.

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Lleva trabajando desde 2005 en diferentes ramas del campo audiovisual aunque como más se le conoce es por sus dos últimos cortos: ‘Terapia de choque’ (2010) y ‘Secretos del lado oscuro’ (2013).

Salva Cortés: «Me gustan las mezclas de géneros. Adoro el cine americano pero el que más me gusta es el italiano. Creo que el cine italiano es el mejor cine del mundo, donde saben muy bien cuestionar la mezcla de géneros, la comedia con el drama, drama fantasía, realismo mágico. «Terapia de choque» fue muy bien: La comedia se vende bien en festivales, y consiguió numerosos premios. Y «Secretos del lado oscuro» tiene algo que me ha sorprendido gratamente. Su entrada en el circuito de cortometrajes fue sin hacer ruido, pero poco a poco se ha ido afianzando, incluso tiene mas repercusión que «Terapia de choque««Secretos del lado oscuro» ha hecho que la gente vea otro perfil de mi como creador. Eso para mi ha sido una sorpresa. Además, fueron dos rodajes diferentes. En Terapia todo fue fácil, mientras que en Secreto tuve mi propio «Apocalypse Now», pero de los dos he aprendido«.

Habla de cine italiano constantemente. Quizás si le pregunto por sus referencias es una obviedad.

Salva Cortés: «Mi director favorito es Fellini, por la mezcla de géneros, su humildad, por sacar a la luz personajes que la mayoría del gran cine no habla. Admiro a Vitorio de Sica, precursor de Berlanga. También adoro el cine italiano actual: Tornatore me parece un genio, Matteo Garrone y Paolo Sorrentino, que me parece uno de los mejores diez directores actuales vivos«.

El sexo en su obra cobra un papel fundamental, es la pieza que mueve todo el engranaje de la historia. En «Secretos del lado oscuro» es algo oculto. En «Terapia de choque» es un problema. Nunca lo retrata como algo conciliador o liberal ¿por qué?

Salva Cortés: «Me gusta llevar las historias al extremo. Hay cosas que nos definen en la vida, como la familia, la profesión que tengas y por supuesto el sexo, más que entendido como una relación física es lo que pasa antes y después. El sexo, para bien o para mal, sirve para configurar lo que somos y lo que podemos llegar a sentir«.

«Este trabajo implica pasión y la pasión es algo que no se puede ni esconder ni disimular»

La presencia femenina en su obra cobra un protagonismo absoluto, ¿por qué?

Salva Cortés: «Adoro a las actrices. Creo que los personajes femeninos pueden ser más interesantes que los masculinos. Los personajes masculinos tienden a actuar de fuera hacia adentro, no se replantean tanto las cosas, suelen ser lineales y claros. En cambio me apasiona el mundo femenino, donde un hombre ve una pared blanca una mujer ve un lienzo donde pintar un cuadro maravilloso. Me he criado siempre con mujeres y mis mejores amigas son mujeres. Siempre me han dando una visión de la vida optimista con tintes de supervivencia que nunca la he encontrado con amigos hombres. Tengo infinidad de actrices a las que estaría dispuesto a escribirles mil cosas solo por poder trabajar con ellas. Las adoro, no desde un punto sexual, en realidad puedo parecer muy mitómano de lo femenino«.

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En ‘Terapia de choque’ y ‘Secretos del lado oscuro’ se puede llegar a pensar que su cine representa a la familia como un nexo de falsa unión o destrucción. ¿Es eso lo que quiere contar?

Salva Cortés: «Por lo que se pueda pensar mi familia es muy normal. El uso de la familia en mis historias más que destruir pienso que la familia te define mucho, en lo que fuiste, en lo que eres y en lo que vas a ser. Es la primera institución a la que estás atada de por vida, desde que naces se te impone y eso me parece interesante«.

En sus cortometrajes parece que sus personajes esperan que la sociedad le salve pero al final son ellos mismos los que tienen que enfrentarse a la verdad.

Salva Cortés: «Es mejor no explicar nada, no forzar a explicar salvo cuando están bajo presión. Actuar es mejor que explicar. Incluso lo llevo al terreno personal fuera de mi obra, yo intento explicar poco sobre todo, sobre mí, es mejor actuar«.

«Las historias empiezan por personajes o imágenes«

¿Tiene futuros proyectos a la vista?

Salva Cortés: «Tengo dos cortometrajes en pre-producción, que tienen dos canciones que me encantan. Se trata de ‘Hablemos del amor’, escrito también por Eli Dalmau y Julia Estornell, y ‘Déjame sola’, un corto delicado que habla sobre el cáncer de mama desde una perspectiva que hasta ahora nadie ha tratado. Además, acabo de terminar el guión de otro largo con Eli Dalmau, un guión muy Polanski del que estamos buscando financiación privada. También sigo en la docencia impartiendo cursos de guión«.

No se nos puede pasar por alto lo que acaba de decir, dirigir un largometraje. ¿Está seguro de dar ese paso? ¿No tiene miedo?

Salva Cortés: «No me asusta. Uno lo tiene asumido desde que se dedica a esto. Me siento más cómodo escribiendo que dirigiendo. Si me lanzo a dirigir un largo es porque no he encontrado a ese director que puede llevar mis historias tal y como a mí me gustaría que fueran llevadas. Por tanto, tendré que seguir rodando».

A partir de la idea. ¿Cómo trabaja en el desarrollo de la historia? ¿Cómo llega a saber que lo que tiene entre sus manos puede convertirse en un guión?

Salva Cortés: «Las historias empiezan por personajes o imágenes. Yo nunca escribo una historia entera. Siempre pongo a un personaje en una situación vital para que la acción dramática, que es el motor de la película, tenga posibilidades de ir avanzando. Después empiezo a crear una historia alrededor de ese personaje y su circunstancia, cómo podría vivir, dónde, sus amigos, etc. Una historia es una línea de resortes que no se quedan anclados hasta la última versión de guión. El que le diga que cuenta la historia de golpe, miente«.

¿Cuál es su rutina de trabajo?

Salva Cortés: «Hasta hace tres años era noctámbulo, me fumaba dos cajas de cigarrillos al día mientras escribía. Por circunstancias personales ya he cambiado, ahora escribo con horarios normales. Escribir es como tocar un instrumento, para practicar son cinco o seis horas al día. Pero primero es pensar la historia, utilizar recursos como fichas y demás. Ya después el primer borrador lo puedo escribir de un tirón«.

¿Cómo dialogas?

Salva Cortés: «Es quizás lo más difícil de un guión, siempre se lo digo a mis alumnos, incluso les aconsejo dejarlo para el final. El cine es un arte visual, así que todo lo que puedas decir en imágenes te lo quitas del diálogo. Creo que escribir diálogos es innato tienes que haber escuchado mucho, ser detallista, tener muchos tipos de relaciones y amigos en tu vida y saber escucharlos. El diálogo nace de no juzgar a la gente, cada persona como cada personaje tiene una forma de expresarse ante los demás y eso debe de saber captarlo un buen guionista«.

Imparte cursos de guión y escribe. Sus alumnos le definen como pasional, sincero y amante de lo que hace. ¿Qué le aporta dar clases?

Salva Cortés: «Aprendo mucho de mis alumnos. Su frescura y su entusiasmo me recuerdan cuando yo empecé. Estar en contacto con gente diferente y con visiones de la vida distintas a las mías es muy enriquecedor. Existe una generación que tiene las cosas muy claras respecto al cine y a lo que quiere hacer. Estar cuando ellos empiezan significa mucho para mí y puedes aportar cosas, es recíproco«.

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Has vendido el tratamiento de un film y ha sido premiado por su faceta como realizador. Últimamente algunos apuntan al intrusismo en el mundo del guión. Hay personas que imparten cursos con un currículo donde se aprecia que no han tenido mucho que ver con el medio, ni siquiera son realizadores ni han vendido ninguna de sus obras. ¿Qué piensa al respecto?

Salva Cortés: «Pienso dos cosas. En primer lugar, yo era un alumno que pensaba que me iba a enseñar un profesor de teatro que ni siquiera había estrenado o escrito una obra. Pero con el tiempo te das cuenta de que para tener un buen profesor de arte no hace falta que haya pintado las Meninas de Velázquez. Sólo hace falta alguien que sepa analizar y entender por qué ese cuadro está bien pintado. Hay gente que son buenos dando clases y analizando, no tenemos que tener una visión negativa de alguien porque no ha realizado ninguna obra. Por supuesto que hay mucho intrusismo, pero como en todos los sitios. Pero a estos profesores se les cala desde lejos. Este trabajo implica pasión y la pasión es algo que no se puede ni esconder ni disimular, se nos define por lo que amamos, no por lo que queremos llegar a ser«.

Entonces, según usted, se puede ser un buen profesor de guión sin haber vendido ni realizado ninguna obra.

Salva Cortés: «Sí, totalmente. El arte es práctica y teoría, eso lo sabe la gente. No es necesario que tengas que escribir un guión como el de «El Apartamento» para dar clases. Además, cada vez es más difícil escribir y vender una obra«.

¿Escribir o dirigir?

Salva Cortés: «Escribir. Me encanta escribir en pijama. Dirigir necesitas mucha paciencia y yo soy Sagitario«.

Fotos: Susana García Martínez

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