Con la llegada a los cines españoles de Blackfish, hablamos con Samantha Berg, exentrenadora de animales acuáticos que clama contra el cautiverio animal.
Samantha Berg fue entrenadora durante tres años en SeaWorld, el escenario que protagoniza el escándalo de Tilikum, la orca que asesinó a tres seres humanos. Su seblante serio concuerda con la dureza de los acontecimientos que la llegaron a luchar contra la cautividad animal, que provoca en ellos grandes trastornos físicos y psíquicos. Con motivo de la presentación entre la prensa española del documental Blackfish, donde su testimonio aparece en múltiples ocasiones, Berg nos explica las consecuencias de la cautividad animal. Poco a poco su gesto se relaja, y nos permite escuchar algunas carcajadas, que no quitan ni un ápice de seriedad a las palabras que pronuncia.
¿Cuándo y por qué decidió dejar su trabajo como entrenadora en SeaWorld?
Trabajé en SeaWorld entre 1990 y 1993 e hice la carrera de Ciencias Ambientales, que era una carrera que se hacía antes de ser veterinario normalmente. Mientras trabajaba en SeaWorld aprendí a usar a los animales de un modo utilitario, no pensé nunca que estuviera mal mantener a los animales en cautividad, aunque sí me cuestionaba a veces cómo se podría mejorar la vida de esos animales.
Al cabo de tres años y medio decidí ir en busca de más formación y quise estudiar para ser veterinaria o diseñadora de instalaciones para estos animales, porque creía que se podía ofrecer más a los animales que estaban cautivos, pero no había pensado que realmente estos animales no tendrían que estar en cautividad. Lo que me hizo replantearme esta cuestión fue la muerte de Dawn Brancheau, la entrenadora de SeaWorld y, sobre todo, lo que esta empresa decía sobre su muerte, las mentiras sobre lo sucedido.
¿Cómo fue su relación con las orcas cuando trabajaba en SeaWorld?
Cuando trabajaba en SeaWorld me creía todo lo que la empresa transmitía no sólo al público, sino también a los entrenadores, y sí creía que nosotros queríamos a los animales y ellos a nosotros, que había una relación especial. Naturalmente, yo cuidaba de los animales, pero más adelante me di cuenta de que estas relaciones están basadas en la comida, son relaciones condicionadas, en base al refuerzo positivo. Se usa un silbato, que llamamos ‘El puente’ porque actúa de puente entre el comportamiento correcto y el refuerzo, que no siempre es la comida, porque cuando conoces a un animal, el refuerzo positivo que le puedes dar puede ser una caricia o un juguete que le guste. Vi que esta era la relación que se tiene con un animal, a base de refuerzos y no porque el animal realmente te quiera. No es una relación como la que puedes tener con una persona, aunque hay entrenadores que siguen pensándolo.
La relación que tiene un animal con su cuidador es de dependencia, pues es el que le provee de alimento y con el que puede tener una interacción social, que estos animales lo necesitan. Lo comparo con el Síndrome de Estocolmo o con la relación entre un prisionero y su guarda. En la Naturaleza las orcas sí pueden acercarse a los humanos, pero porque son curiosos, pero no suelen tener una relación con las personas, aunque hay casos contados en los que los animales salvajes siguen mucho a las personas, pero habitualmente no buscan relaciones con los humanos si pueden escoger.
¿Cómo es la situación real de los animales que viven en cautividad?
La situación real es terrible. Generalmente viven en grupos grandes, son animales muy sociales, nadan entre 80 y 100 millas diarias, tienen una dieta variada y cosas que hacer y con las que interactuar. Las crías, ya sean capturadas o criadas en cautividad, se meten en un ambiente totalmente artificial. Tienen el sentido de la ecolocación, el eco-sónar, con el que descubren el mundo y se comunican entre ellos y al estar en cautividad lo dejan de utilizar, lo apagan, porque no tienen nada nuevo que descubrir y si lo usaran entre el ruido de la música, la maquinaria, etc., sería demasiado para ellos.
Además, suelen cambiar a los animales de un centro a otro, van cambiando el grupo, que ya de por sí es antinatural, lo van cambiando. Separan a las madres de las crías y juntas animales de distintas poblaciones. Es como si pones a gente de Francia, Alemania, Inglaterra en un mismo baño, ¿cómo se comunicarían? ¿Se llevarían bien? Es una vida muy estresante. Su dieta tampoco es natural, es muy artificial, pues el pescado es congelado y, como tienen carencias nutricionales, les dan vitaminas, medicinas, antifúngicos y otras sustancias.
Otro problema es que deben reproducirse demasiado rápido. Por ejemplo, en el Loro Parque (Tenerife) importaron cuatro orcas que no se conocían de antes en una instalación que no estaba del todo terminada. Los animales se comieron trozos de pintura y tuvieron que hacerles endoscopias para sacarles estas sustancias y curar los daños en el sistema digestivo que padecieron a causa de esto. En libertad, estos animales tienen un orden matriarcal y las madres enseñan a sus crías a ser madres a su vez y en cautividad no tienen de quién aprender. Koana tuvo dos crías, Adán y Vicky, y no sabía cómo cuidar de ellas y las rechazó. Fueron los creadores quienes tuvieron que sacarlos adelanté, aunque en el caso de Vicky, que murió a los diez meses, no funcionó. Pero esto sucedió porque ella no había tenido una madre de quien aprender, por lo que es todo muy antinatural.
Precisamente fue en el Loro Parque donde una orca asesinó a Alexis. Este animal era nieto de Tilikum. ¿Pueden afectar los genes a su agresividad contra los seres humanos o es esta fruto de la cautividad en la que vivió?
El caso de esta orca, Keto, no creo que se pueda achacar a la genética, pero tampoco creo que se deba olvidar que está relacionada con Tilikum, que mató a tres personas. Yo estudié genética y te enseñan que no se deben criar utilizando a animales que se han mostrado agresivos en el pasado, no te la jugarías. Trabajé con vacas, caballos, cerdos y, en el caso de que hubiera un animal agresivo, evidentemente no lo utilizaban para criar e incluso lo sacrificaban para no poner en riesgo a las personas. Pero esto no lo hacen con las orcas porque cada orca vale millones de dólares y ellos lo que quieren en criar más y más orcas para tener cada vez más y más dinero.
El motivo para el ataque de Keto creo que puede ser el que estuviera en cautividad. Cuando los animales son jóvenes, es más fácil manipularlos que cuando son más grandes, no tienen muy clara su posición en la jerarquía del grupo, se estresan más, están todo el día provocando o retando a los otros animales y a las personas. Y cuando adquieren la madurez sexual y evolucionan en el aspecto hormonal, se vuelven más imprevisibles y más violentos. La cautividad los hace enloquecer y esto es lo que creo que pasó con Keto.
La doctora Naomi Rose, que aparece en el libro ‘Death in SeaWorld’ (Muerte en SeaWorld), estudia una población de orcas a las que llama “residentes del Sur” se dio cuenta de que existía un comportamiento peculiar de los machos. Estos se separaban del grupo y se peleaban entre sí, se comportaban bruscamente, como en el Club de la Lucha y era como una vía de escape. Luego volvían al grupo más tranquilos (risas) e incluso algunos se ponían a cuidar a las crías. Esto es parte de su estructura social. En cautividad no pueden hacerlo evidentemente y no tienen manera de desahogarse de este modo.
Tras la victoria de OSHA (Occupational Safety and Health Administration. Seguridad y salud ocupacional en la Administración, en inglés) en los juzgados, en SeaWorld decidieron que las orcas y los entrenadores estarían separados por una valla. Esto es beneficioso para los entrenadores, ¿pero qué ocurre con las orcas? ¿Continúan viviendo en las mismas condiciones de cautividad que hasta ahora, con sus consecuencias temperamentales?
Con el recurso de OSHA sí que se estableció que los entrenadores deberían tener contacto con los animales desde detrás de las barreras, pero después de este recurso sí que se permitía que entraran en contacto directo con las orcas en el entrenamiento, no durante el espectáculo.
Es una buena pregunta el si la falta de contacto de las orcas con los entrenadores afecta a las orcas, porque creo seguramente sí. La científica Lori Marino, que habla en el documental sobre esta parte del cerebro que no tenemos los humanos y potencia la parte más social en las orcas, explica que estos animales son parte de un grupo, no se consideran a sí mismos desde la individualidad. Ellos son uno, pero son uno en contacto con el grupo. Privarles de esta interacción sí puede dañarles. Pero hay que poner en una balanza la situación y pensar si es seguro o no para los humanos. Yo creo que no. También es cierto que no deberíamos estar planteándonos esta pregunta si no estuvieran en cautividad. La solución por tanto es no tener a las orcas en cautividad para no tener que plantearnos esto.
Por último, pensemos en los animales en peligro de extinción. Estos están en cautividad para preservar su especie, ¿qué deberíamos hacer con ellos ahora que sabemos que esta situación puede dañarles?
Las orcas no están en peligro de extinción, así que no se encuentran en este grupo. Solo están en cautividad para hacer negocio por su cría. El mantenimiento de animales en cautividad para repoblar la especie y sacarla del listado de peligro de extinción no es algo fiable. Hay muy pocas evidencias de que esto funcione. Los zoos suelen criar a los animales que más dinero les aporta, como los leones, y no necesariamente a aquellos en peligro de extinción. Los que sí que se han vuelto a introducir con éxito a la naturaleza no son aquellos que se utilizan en espectáculos. Recientemente se ha hecho con éxito con una especie de pingüinos y con ellos no se hacía ningún espectáculo.
La conservación de las especies siempre ha sido la excusa de los zoos, pero cada día se extinguen varias especies al día y no se hace nada por evitarlo, estas no se ponen en cautividad para evitar su extinción. Sí hay algunos casos de éxito gracias a los zoos y acuarios, pero son los menos y no precisamente con los animales que se utilizan en los espectáculos. Lo que se les hace a los animales en cautividad (exhibición, espectáculos, etc) no justificaría este fin y tampoco un uso científico, ya que no es lo mismo lo que se puede aprender de un animal en cautividad no es mejor que lo que aprendes cuando observas a un animal en libertad. En libertad sí que puedes ver y aprender cómo se comportan y cómo son esos animales realmente.