Mar. Mar 19th, 2024
Beyond the Clueless

“Beyond the Clueless” y “Violet” son dos propuestas totalmente diferentes a nivel formal, pero con la adolescencia como gran punto en común.

Un festival de cine on-line también tiene sus inconvenientes. Elegir cuáles van a ser las próximas películas que vas a ver es una tarea que puede llevarte más tiempo que el propio visionado de las mismas. ¿Qué me pide el cuerpo? ¿Un dramón con el que deprimirme, o algo liviano con lo que no hacer trabajar a mis dos neuronas? ¿Un documental con el que indignarme o una rareza experimental? Una vez que has elegido, tras varios minutos de agonía y cuando ya creías que habías terminado, te das cuenta de lo peor: ¡tengo que volver a elegir otra película para escribir esta entrada! Y no sólo eso…¡ambas películas tienen que tener algo en común! No queda más remedio que volver a la casilla de salida y empezar el doble proceso de selección. En lugar de volver a comerme la cabeza y perder el tiempo, fui directamente a dos películas de la sección oficial cuyas etiquetas en Filmin marcaban “adolescencia”. Y las elegidas fueron el documental “Beyond the Clueless” y el drama “Violet”. Así de sencillo; ¿por qué no lo hice antes?

“Beyond the Clueless”: dignificando las comedias “teen”

Beyond the CluelessDocumental británico dirigido por Charlie Lyne y narrado por la sensual voz de Fairuza Balk, “Beyond the Clueless” es un laborioso estudio sobre las comedias adolescentes norteamericanas que poblaron los cines en los 90 y a principios de los 2000. Sí, hablamos de “The Faculty”, “Chicas Malas”, “Jóvenes y brujas”, “La vecina de al lado”, “Eurotrip” y otras obras maestras que forman parte de nuestro pasado hiriente. Aunque ahora reneguemos de ellas, la mayoría hemos visto este tipo de comedias. Reconocedlo. Y hasta hemos disfrutado. Y es que “Placer culpable” y “comedias teens” son dos conceptos que se pueden considerar primos hermanos. Volviendo a lo que nos ocupa, “Beyond the Clueless” está formada por fragmentos de más de 200 películas pertenecientes a este subgénero. Pero aquí no estamos ante un montaje al estilo “Love is All”; todo el desarrollo tiene una causalidad y una lógica orquestadas por la omnipresente voz en off de Balk, que analiza el comportamiento de los personajes que pueblan esas películas. “Beyond the Clueless” tiene el mérito de dar sentido a lo que considerábamos un sinsentido. Narra con una precisión psicológica y sociológica el por qué de los comportamientos adolescentes. Es tan lógico y objetivo lo que narra que parece que estamos viendo “El hombre y la tierra” pero con un grupo de adolescentes hormonados en lugar de linces ibéricos.

El documental está dividido en 6 capítulos: Aceptación, Actuación, Pérdida de la Identidad, Acatar las directrices, Siguiendo hacia delante y el epílogo. En cada capítulo selecciona unas películas determinadas y disecciona los comportamientos de los adolescentes como si de una tesis científica se tratara. Es como si Lyne nos estuviera diciendo: ¿de verdad os creíais más listos que los creadores de esas obras? Pues detrás de ellas hay una lógica y una lectura que va mucho más allá. Y nos lo demuestra. Vaya si lo hace. Su lectura del subtexto de “Eurotrip” es tan divertida como reveladora, por poner un ejemplo. O la de “El diablo metió la mano”. Y todo con la música de Supertramp sonando de fondo. “Beyond the Clueless” dignifica estas películas gracias a un gran trabajo de documentación, selección y estructuración. Y hasta consigue que los conceptos “Placer culpable” y “comedias teens” se alejen un poco. Solo un poco.

“Violet”: encontrando mi sitio

Violet

 

Es inevitable viajar a “Paranoid Park” de Gus Van Sant cuando vemos “Violet”. La temática, el mundo “skater” (o en este caso amantes del BMX), los planos tomando la espalda del personaje, el ritmo pausado, los silencios, etc. Bas Devos, director de la película, nos sumerge en un retrato adolescente que encajaría en el capítulo 1 de “Beyond the Clueless”: aceptación. El único “pero” es que el drama de “Violet” está muy lejos de las comedias adolescentes. Jesse, un chaval de 15 años, es el único testigo directo del asesinato de un amigo. Esa horrible escena, rodada con una frialdad no exenta de impacto, da inicio a la película. Jesse se queda petrificado al ver cómo su amigo acuchillado gime de dolor. No le ayuda. Tampoco pide socorro. Se queda parado, sin capacidad de reacción. Y su amigo finalmente muere. Esa falta de decisión va a escribir el futuro de Jesse. Ya nada volverá a ser como antes. Ni sus amigos le aceptarán, ni sus padres le miran como le miraban (o eso siente él), ni sus sueños son plácidos. El recuerdo traumático engloba su pequeña existencia. “Violet” es un relato atípico por la forma en la que Devos nos cuenta la historia. Predominan los encuadres fijos y los espacios vacíos simbolizando la vida que fue y que ya no es. Todo con un ritmo pausado, que poco a poco va introduciéndose en la incapacidad de Jesse para hacer borrón y cuenta nueva. “Violet” pretende transitar territorios formales pocas veces frecuentados sacrificando el entretenimiento. No es una película para todos los gustos, pero tampoco lo pretende. Es curiosa la contradicción que me causó la película. Técnicamente es perfecta, con una fotografía que, hasta ahora, es de lo mejor que he visto en el festival; pero al mismo tiempo da la sensación de que Devos improvisa la narración del relato. Es como si plantase la cámara y dejase hablar por sí solos a los personajes y a los espacios que frecuentan, o como si el propio Davos estuviese buscando a la deriva su propio estilo según filma la película. “Violet” es un virtuoso ejercicio de estilo, donde fondo y forma no siempre encajan del todo, al igual que el propio Jesse con el entorno que le rodea.

Por Álvaro Icaza

Guionista y comunicador audiovisual perteneciente a la nueva generación perdida. Cinéfilo empedernido y tan amante de la ciencia ficción que aún sueño en casarme con la teniente Ripley. Luchador y romántico, porque no me queda otra.

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