El nuevo proyecto de Kiarostami y una cinta española que tiene como epicentro la necesidad de los recuerdos, en la quinta jornada del A.Film Fest.
El coche es el medio de expresión favorito de Kiarostami. Dice que es un lugar reflexivo y en los trayectos que realiza bajo la soledad de ese amasijo de chatarra concibe sus mejores ideas. Por extensión, se podría aseverar que el género cinematográfico favorito del iraní es la road-movie. Aquí el estudioso discreparía porque no hay nada de épico o atractivo en sus películas. No se trata de un viaje estimulante como En la carretera de Kerouac ni siquiera hay atisbo de rebeldía impostada como en Easy Rider. El héroe emprende una búsqueda y escoge un itinerario que no tiene que ser redentor. Araña la cotidianeidad y a veces encuentra recompensa, otras muchas solo un silencio. Un vacío atronador que no resulta estético, pero sí vital.
Like someone in love se articula en dos secuencias separadas por una maravillosa elipsis que sugiere pero no vulgariza. El relato, in medias res, comienza con un fabuloso encuadre inicial que nos muestra un bar, una conversación fuera de campo y finalmente una joven prostituta japonesa que discute con su jefe un sobre un encargo al que accede a disgusto. Tras el primer viaje en coche, que el realizador aprovecha para definir la ciudad de Tokyo y la personalidad circunspecta de la protagonista, a base de planos largos y sin necesidad de diálogo, la cortina se va descorriendo y descubrimos que el metraje viene estructurado en base a las relaciones de tres personajes. O más bien, una mujer y dos hombres antagónicos.
Nada sucede. Solo hay violentos contrastes. El prometido es ignorante e impulsivo; nervioso, incapaz de mantenerse en silencio, ciertamente infantil. El maestro que ha contratado sus servicios, digamos más de compañía que carnales, se erige como figura paterna, sabia y templada en los asuntos del intelecto, pero pusilánime en lo terrenal. Y claro, de vez en cuando otro trayecto con el carro como elemento igualador de clases. Como microcosmos sin posibilidad de huida que, al igual que sucedía en A través de los olivos o en Y la vida continúa, da lugar a conversaciones disfrazadas de banalidad que en última instancia emparentan la sabiduría popular iraní y la japonesa.
La sencillez del profesor que teoriza sobre la evolución de las especies a la vez que entrega una máxima humilde y demoledora que reza que «cuando uno sabe que le van a mentir lo mejor es no preguntar». Pero Kiarostami sí miente, en parte, aunque sus falacias no son impostadas. Impone un trayecto circular, un circuito sin respuestas y con pocas preguntas. Y al final solo queda el coche. Esta vez no hay más recompensa que una extrañamente satisfactoria sensación de vacío.
Your lost memories: Recuerdos en cintas super 8
Manos de topo es un grupo de Indie pop barcelonés que tiene como mayor peculiaridad que la voz del cantante es, por decirlo de alguna manera, llorosa y desafinada. Esto viene a colación porque la película de la sección oficial que hoy reseñamos es Your lost memories, y los directores son Miguel Ángel Blanca y Alejandro Marzoa, integrantes del grupo anteriormente mencionado.
El documental, de metraje encontrado, cuenta la historia de un joven que, tras despertar de un coma de dos años producido por un accidente y encontrarse sin memoria, se obsesiona con la idea de crear nuevos recuerdos a través de los de otras familias que ha encontrado en viejas cintas de super 8. Además, crea una página web, que existe en realidad y ahí reside lo verdaderamente maravilloso del proyecto, en la que digitaliza las cintas que encuentra en mercadillos de segunda mano con la idea de poder hacerles llegar a sus verdaderos dueños las grabaciones perdidas.
Así, Your lost memories abunda en la necesidad de una infancia, o más bien el recuerdo de la misma, para la construcción de la identidad, y emprende la búsqueda como camino necesario para la redención de su protagonista. La cinta vendría a ser una suerte de Tren de sombras mucho menos pretencioso, aunque también más apresurado, sazonado con algunos elementos del Memento de Christopher Nolan. Una píldora breve pero muy satisfactoria.
Truth about men: La crisis mid-age
En la sección Atlas, la segunda película de la retrospectiva dedicada al actor Thure Lindhart, en este caso, Truth about men del director Nikolaj Arcel. Un guionista de éxito comercial con una bella novia que le augura un futuro más previsible de lo que le gustaría decide empezar de nuevo con la intención de embarcarse de nuevo en sus proyectos inconclusos y experimentar, en el sentido del pequeño burgués que quiere despojarse de las ataduras, diferentes sensaciones.
En el haber de la cinta está la recreación del proceso de creación del artista frustrado, adornado por una acertada estructura que equipara los puntos de inflexión del proceso de guionizado con la historia y unos cuantos pasajes que reflejan con intensidad el paso del inconformismo al arrepentimiento y de la promiscuidad al desamparo. En el debe, cierto sentimentalismo que sin embargo no ensombrece una película honesta y sin pretensiones que, como sitúa la felicidad en aquel difuso Rosebud de Welles que en este caso se ha convertido en una isla prometida llamada Zekaya.