Cielos despejados en Berlín pero no subimos de los cinco grados bajo cero. El paseo de hoy hasta la Haus der Berline Festspiele ha sido una odisea que ríanse del paso de Caradhras (hipérbole, vale) pero la meta ha compensado sobremanera. Al final del viento, el pavimento helado y el peligro de congelación nos esperaba una cárcel de máxima seguridad italiana y la libre adaptación de los hermanos Taviani del Julio César de Shakespeare: «Cesare deve morire«.
Empecemos por el final: ha habido no una sino dos ovaciones en el pase al que he asistido. La presencia de italianos en la sala era patente pero no ha sido el único factor para que la cinta disfrutase de los aplausos del respetable porque según parece es un evento que se está repitiendo en todas las proyecciones que están teniendo lugar del film.
Parece que hay consenso, y es que los octogenarios Paolo y Vittorio están siendo de lo mejor de lo que llevamos de festival; con una carrera de más de medio siglo a cuestas los veteranos realizadores demuestran con su última película que todavía tienen mucho que contar.
César debe morir es una espectacular revisión de la obra Julio César de William Shakespeare representada en una penitenciaría italiana por un grupo de presidiarios (mafiosos, traficantes de drogas, asesinos). Espectacular sobre todo gracias a la magnífica actuación de los actores (que a pesar de no ser profesionales sí tienen nociones de interpretación), potenciada por el minimalismo lógico que supone la cárcel como única localización y el uso de las imágenes en blanco y negro. Modesta pero soberbia, plato fuerte de lo que llevamos y si por mí fuese (por ahora, sin haberlas visto todas) clara candidata a estar en la pugna final por el Oso de Oro.
Y a día de hoy seguimos hablando de Dictado porque de las fotografías que se están haciendo de forma oficial la de Mágica Pérez estuvo ayer todo el día en portada en la página web del festival, y todavía se puede ver aquí, junto con el resto del equipo de la película. Nótese la presencia de Victoria Abril entre los retratos; la actriz participa en la película macedonia The Woman Who Brushed Off Her Tears de la sección Panorama.
Cuando escribo estas líneas todavía es domingo, y los domingos en Alemania son domingos de verdad: la mayoría de los establecimientos cierran mucho antes de lo habitual y poca gente se ve por la calle. Ha sido una suerte encontrar la hamburguesería Burgerium, cerca de la estación de S-Bahn de Warschauer Strasse: buena, bonita, barata y con tíos simpáticos detrás de la barra. Además cierra tardísimo, un aliciente para cualquier español que siga el horario de comidas tardío.
Por fin es lunes, y lunes es sinónimo de trabajo. Mañana más y ojalá mejor o, al menos, ojalá, tan bien como los Taviani.