Mar. Mar 19th, 2024

Por fin hemos visto un poco del cielo de Berlín entre las nubes, a ratos blancas, a ratos grises. Las temperaturas han subido pero la nieve ha sido sustituida por el viento, un cambio con el que en realidad no salimos ganando. El tiempo, sin embargo,  parece mejor en las Filipinas, o eso parece en Captive, el último trabajo de Brillante Mendoza, candidato al Oso de Oro en esta edición de la Berlinale.

Captive es la historia ficticia de un grupo de rehenes (tanto occidentales como filipinos) secuestrados por una guerrilla de aquel país en el 2001. Durante dos horas el espectador viaja con los secuestrados, siendo el personaje de Isabelle Huppert, una trabajadora social francesa, sobre el que recala el mayor protagonismo.

A lo largo del periplo por la jungla Mendoza retrata una realidad dura y difícil de comprender haciendo hincapié, y aquí está lo más importante, en el factor humano de los captores. A pesar de todo se pierde en la repetición de las penurias que sufren los cautivos y a ratos se olvida de lo interesante que resultan los personajes controvertidos. Además, los secuestrados son todos cristianos de los de misa de ocho y algunas de las situaciones que se presentan se resuelven en base a una devoción tan grande que, o se empatiza con ellos, o cuesta mucho creer lo que está pasando. La película llega a España de la mano de Golem.

En la sección española hoy ha sido el día de La chispa de la vida. La película de Álex de la Iglesia ha sido proyectada fuera de concurso pero en la sección oficial del certamen. Ya hablamos de la película en Videodromo pero tal vez ahora, con los incidentes de Grecia, cobre una vigencia en Europa aún más importante de la que tenía en su presentación en España. Además, Antonio Banderas se ha pasado por aquí de la mano del equipo de Haywire, que se ha traducido en nuestro país como “Indomable”, de Steven Soderbergh película de la que hablaremos mañana.

Para olvidar las penas, el frío, y prepararnos para el día siguiente, hemos acabado en el bar Tristeza, cerca de Hermann Platz, que a pesar del nombre es un sitio bastante animado; lo más probable es que los responsables sean fans de Manu Chao y hayan tomado la idea de “Me llaman calle”. Al fin y al cabo ponerse un nombre en un idioma extraño siempre viste mucho. Datos de interés: sala de fumadores en la parte de abajo con dos estupendos futbolines y cervezas de casi un litro a dos euros y medio. De nada.

Victor Martín Pozuelo.-

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Por Víctor Martín-Pozuelo

Al final, me dedico al marketing, al final.