He tenido a Wong Kar Wai a medio metro de distancia y no le he hecho ninguna broma de In the mood for love. Así ha dado comienzo la 63ª edición del festival de cine internacional de Berlín, la Berlinale. Con el director chino y sus perennes gafas de sol abriendo fuego por todo lo alto. Tenemos por delante 10 días de cine por un tubo (más de 400 películas se proyectarán en total, pero a mí no me miréis), y la cosa ha empezado fuerte.
The Grandmaster: una historia de amor y kung fu
Won Kar Wai nos lleva a la China de la primera mitad del siglo XX. La belleza incuestionable de su fotografía se suma al ritmo desenfrenado de los combates de kung fu, enriquecidos por un montaje inédito en el cine de acción más convencional (¡con cámaras lentas que nos hacen perdernos lo que está sucediendo en tiempo real!), para acompañar a nuestros dos protagonistas a lo largo de treinta años.
La mezcla de géneros funciona más o menos bien (¿estaré siendo, tal vez, un poco benévolo?), aunque el aficionado más recalcitrante a las tortas se aburrirá, de igual modo que quien no encuentre en ellas ningún aliciente sentirá que la historia no va con él. Solo quien acepte la premisa y se abandone a los particulares vaivenes del director disfrutará plenamente de esta propuesta tan interesante que, tal vez, el propio Won Kar Wai la ha definido como un Érase una vez en América, y el paralelismo (y el plano homenaje) están ahí, aunque la de Leone es la de Leone.
Cómo hacerse una Berlinale 2013
Asistir a la Berlinale es como visitar la capital alemana. Puedes ir a lo fácil y hacer lo que te han recomendado o algo totalmente diferente, que lo más probable es que aciertes en cualquiera de los dos casos.
La puerta de Brandemburgo es la sección oficial del festival: imprescindible. Pero no pasa nada si estás menos tiempo ahí para poder echar un ojo a Tacheles o a las películas del Berlinale Special. Puedes sacar la misma fotografía del monumento a las víctimas del Holocausto que todos tus compañeros de viaje o acercarte un poco más y retratar solo la grieta que abre el granito de uno de los poliedros que se levantan allí. ¿Conseguiremos diferenciarnos lo suficiente? Por lo menos lo intentaremos.
La idea es salirnos un poco de lo de siempre como se cuenta siempre. Más o menos lo que ha venido haciendo Videodromo desde sus inicios. Así que es posible que no cubramos la sección oficial al completo para poder explorar las otras ramificaciones del festival: la Panorama (que el año pasado nos dejó ver Wilaya o Iron Sky) y los cortometrajes (con presencia española) serán dos de las galaxias paralelas en las que nos perderemos.
Quedaos con nosotros estos diez días, que nos lo vamos a pasar bien.
Victor un año mas en Berlin, es fantastico disfruta con el frio y los paisajes. Erase una vez… de Leone es insuperable. La música, fotografía, escenarios, actores, vestuario..En fin, no creo que por mucho que haya querido hacer un ballet en lugar de violencia pura y dura pueda compararse al cine de S. Leone.