Tras su paso por Cannes y Toronto llega al Festival de Londres «Foxcatcher», por el que Channing Tatum y Steve Carrel aspirarán al Oscar con toda probabilidad.
Cuando vi «Dolor y dinero« de Michael Bay hubo una frase que me hizo mucho gracia (posiblemente la única): «No tengo simpatía por la gente que desaprovecha lo que se les ha regalado. Es enfermizo. Peor que enfermizo. Es antipatriótico». La frase me hizo soltar una carcajada porque ampliamente es conocida mi rivalidad con el sistema moral y de principios que (generalmente hablando) reino en los EEUU, o quizá que se nos hace ver a los de fuera. Y por eso tenía ganas de «Foxcatcher», porque al final a mi me va la chicha también, soy una hiena que ataca a lo que quiere en cuanto le dejan. Y claro, la nueva película de Bennett Miller habla en muchos sentidos de la degeneración que estos sentimientos y pensamiento pueden provocar.
«Foxcatcher» es la gran favorita para los Oscars. Estuvo en sección oficial en Cannes este año. El biopic de uno de los acontecimientos ocultos, bajo capas de falta modestia, de la reciente historia de los EEUU. Y sin embargo, a mi no me funciona.
La sobriedad no es suficiente
No me malinterpretéis, hay muchas cosas buenas en «Foxcatcher». Es una película para un público extremadamente amplio y sin embargo no cae en los errores más habituales de este tipo de historias. El filme se adapta a la historia a la perfección, tiene un tempo y realización sobria y pausada, dejando más paso a lo no dicho que a lo dicho, dejando más paso a lo que los personajes ocultan tras su mirada que a lo que dicen con sus palabras.
Y está repleta de grandes interpretaciones, Channing Tatum y Steve Carrel están increíbles en papeles que de éstos que marcan la carrera cinematográfico de un actor (sobre todo lo hará con este último, que por fin tiene la oportunidad de salir de la casilla del personaje humorístico para enfrentarte a un complejo personaje con mil capas y drama encima) y un sólido guión que cuenta la historia (basada en hechos reales) de Mark Schultz (Tatum) campeón olímpico de lucha libre y su relación con su hermano Dave Schultz (Mark Ruffalo) y su sponsor John du Pont (Carrel), que acabará conduciendo a un desenlace inesperado.
Y todo esto suena bien y maravilloso, entonces ¿qué falla? Si todo parece ir bien, ¿por qué no me funciona la película?
Un juego de empatía
Los biopic no son mi fuerte. No me suelen parecer interesantes ni me terminan por gustar, mayormente porque exige una técnica narrativa que en muchas ocasiones acaban creando conflicto con las creación de ficción. Habiendo dicho esto, lo primero que me sorprende es que el hecho de que «Foxcatcher» no me termine de convencer no viene precisamente de ahí, incluso en cierta forma me viene de lo contrario.
Muchas veces en los biopic nos acercamos a los personajes con vehemencia. Se mira a los personajes como dioses griegos puros de admiración. Se enfoca cien veces en las buenas cualidades y no en las malas. Y normalmente los problemas que el personaje encuentra en su camino son externos, pocas veces interno, pues nuestro héroe es eso… un héroe. Pocas veces este tipo de películas consiguen quitarse esta estructura narrativa de encima y cuando lo hace tendemos a olvidarnos de denominarlos como dicho género, por ejemplo. Un ejemplo de ello es «La red social«. Dirigida por David Fincher y escrita por Aaron Sorkin nos muestra mucho más los defectos que las cosas buenas de sus personajes y los trata de una forma totalmente ficticia. Hace que nos olvidemos de la palabra biopic. No intenta llegarnos al corazoncito con música melodramática o las lágrimas del momento. Sino que por una narrativa e historia interesante.
¿Qué ocurre con «Foxcatcher»? Pues que no usa ese tipo de floripondio tampoco, pero no nos hace empatizar con ninguno de los personajes. Si bien comprendemos por lo que están pasando, sus luchas, sus peleas, sus sentimientos y el porqué de sus decisiones, no llegamos nunca a estar con ellos. A sentir lo que sienten y sufrir. Somos un mero espectador, que observa la vida de otros. No sufrimos los que debemos sufrir en este tipo de largometrajes. No disfrutamos con sus victorias ni estamos tristes en sus derrotas.
Y si bien en ciertos momentos esto puede ser buscado, creo que no lo es en la película. El cine es un juego de empatía, de provocarla en los espectadores y de crear sentimientos en ellos. Manipular sin parecer manipulador. «Foxcatcher» se olvida de ello a cara de ofrecernos una historia e intentar hacer justicia a los personajes que la sufrieron.
«Foxcatcher» podrá ser una cinta mucho más solvente de lo que nos demuestran los estándares de las películas de estudio americanas, sin embargo no alcanza todo su potencial. Ganará Oscars, de eso no hay duda, pero eso no significa que sea la mejor película del año… y es qué, las películas de la estatuilla, ¿cuándo lo son?