Jason Reitman regresa con una película coral, que realmente es una secuela y donde le sale una vena agorera tecnológica, se trata de «Men, Women & Children».
En el año 2012 Henry Alex Rubin digirió «Disconnect», una película coral en la que se nos mostraba distintas vidas de personas que se veían afectadas por la tecnología a su alrededor y cómo la sociedad sufría (principalmente) a través de ella. Si bien no era una película extremista, era una película que mostraba una visión bastante negativa de la teconología en el ambiente actual.
Jason Reitman, director entre otras de «Juno», «Up in the Air« y «Thank you for smoking«; dirige y co-escribe en 2014 su secuela. Puede que la supuesta relación entre ambas películas, fuera de la pantalla sea nula, pero lo están completamente. En tono, estructura, mensaje… ambas son iguales.
«Disconnect» me gustó. «Men, Women & Children» no. Porque no necesito ver la misma película con años de distancia. Se dice muchas veces que lo importante es llegar primero. A veces no es cierto, muchas otras sí. No soy capaz de comprender qué sentido tiene hacer este largometraje, que no ofrece nada nuevo ni interesante, dado a que principalmente un filme similar se ha realizado, estrenado y comercializado con años de antelación.
Cierto es también que no me gusta el mensaje. Soy de los que piensa que Internet, los ordenadores, los smartphones, etc. nos dan más de lo que nos quitan. No creo que tengamos que ponernos apocalípticos al respeto. Opino sinceramente que son un avance para la sociedad más que un paso total atrás. Sí, debemos tener cuidado al aproximarnos a ellos, pero si bien es una aproximación distinta, yo mantengo mucha más relación con la gente gracias a Facebook y Whatsapp de lo que lo haría si no existiesen. Para los que vivimos a kilómetros de nuestros amigos o familias Skype es maravilloso. Estos elementos se ningunan en este tipo de relatos y por eso no terminan de convencerme.
Pero a la vez es el hecho de que son historias pseudo-cruzadas. En «Trust», dirigida por David Schwimmer nos enfrentábamos a un relato sobre internet protagonizado por Clive Owen en el que sólo teníamos una historia. Esto hacía que todo fuese más interesante, que hubiese espacio a conocer aún más a los personajes y no quedarnos en la superficie de la red. Sin embargo, en la nueva obra de Reitman, debido a la gran cantidad de historias, nos quedamos superficiales, conectamos con pocos personajes y nos quedamos con indiferencia al final de la película.
Es indudable que la película cuenta con grandes actuaciones, comenzando con dos de los actores más jóvenes, Kaitlyn Dever (que nos ha ido demostrando sus capacidades en los últimos años en «Justified» y en «Short term 12») y Ansel Elgort, espectacular también. A ello, acompañan grandes actuaciones de Adam Sandler (en un papel serio que le va a la perfección), Dean Norris (quitándose el estigma de «Breaking Bad«) y Judy Greer, entre otros.
Igualmente, la puesta en escena y la muestra de las pantallas de ordenador y similares en el espacio del plano cinematográfico es muy interesante, visual e original en ocasiones. Pero al final, este producto no ofrece nada nuevo. El espectador sale igual que como entró en la sala. Y lo único que hace es poner una cruz más en la lista de películas de Jason Reitman, un realizador que juega siempre muy cercano de la línea entre marcar la distancia adecuada con los personajes y quedarse frío. Juno alcanzó el punto, «Up in the Air» se quedó perfectamente en el borde. Esta vez (y van unas cuantas últimamente) se ha quedado corto.
Esperemos que mañana la cosa mejore en el BFI London Film Festival. Esto no ha hecho más que comenzar.