Soldando en el fondo del mar, sumergiendo al subir a Tierra.
Desde Noruega en esta ocasión llega una historia que en premisa es interesante, pero que poco a poco se va sumergiendo en un caos y una trama que evoluciona con piloto automático (y en ocasiones poca cabeza). El inicio no sólo es interesante, sino potente. En unas imágenes de recurso se nos presenta un trozo de la historia noruega: en los años 80 se descubrieron depósitos de petróleo en el fondo del mar noruego, así con tanto intereses políticos como comerciales, se creó un proyecto noruego en comunión con los EEUU para construir las instalaciones necesarias para extraer el petróleo.
Así que la película cuenta la historia del grupo de buzos que tiene que bajar a 320 metros de profundidad para soldar las tuberías que irán conformando el oleoducto. Este equipo está formado por americanos y noruegos. Y esta parte de la película funciona muy bien. Tiene imágenes hipnotizantes debajo del agua, es interesante para conocer el proceso de inmersión, cómo se trabaja bajo tanta presión del agua, etc. Sin embargo… en los primeros veinte minutos de la película sucede un accidente. Y a partir de ahí la película entra en una vorágine conspiranoica en la que Petter (el protagonista) trata de descubrir qué ha ocurrido.
Y aquí ya deja de ser interesante. Personalmente no adoro los thrillers conspiranoicos, al menos que sean algo originales. Y aunque la premisa de la película, el contexto sociocultural, etc. lo es; la realidad es que la conspiración esta ya vista de antemano. Hay muertes, hay engaños, hay dobles intenciones y revelación final. Los personajes son solo blancos o negros. Muy planos. Sólo tiene motivación el protagonista (encontrar la «verdad») y es complicado empatizar con él porque bueno… no tiene muchas cosas que darte.
Es curiosa la aparición como secundario de Wes Bentley (el chico de American Beauty) en un papel que tampoco tiene mucha dificultad, pues es tan plano y desdibujado como todos los de la película.
Y es que la película fotográficamente es interesante (la estética ochentera está muy bien y también está genial las imágenes de debajo del agua), pero la historia se hunde mucho, mucho, mucho y mucho. No hay nada interesante en una trama que, si bien no aburre, sí que se nota estirada hasta el límite (y la película no llega a dos horas de duración).
Lo dicho, una película que contaba con una propuesta y contexto muy interesante, pero que pronto comienza a ser indiferente desde el momento en el que decide hacer lo que mucha gente ha hecho antes. Y que ya no funciona.