Mar. Mar 19th, 2024

Previsible y poca novedosa película cuyo mejor fuerte es Tom Hanks

La nueva película protagonizada por Tom Hanks trata sobre Mr. Rogers, un personaje totalmente desconocido en España. Fred Rogers fue un famoso presentador de programas de televisión para niños en los Estados Unidos. Al parecer, una gran persona y un héroe para muchos estadounidenses de distintas generaciones. Yo no sabía ni de su nombre antes de que anunciasen esta película (y el documental también sobre Mr. Rogers que se estrenó el año pasado, «Won’t you be my neighbor?»).

Cuando el proyecto fue anunciado muchos se preguntaron cómo iba esta película a poder contar la historia de Mr. Rogers. La respuesta: contando la historia de una persona completamente distinta.

La historia de la película se centra en Lloyd Vogel (Matthew Rhys) un periodista al que se le encarga escribir un artículo sobre Mr. Rogers (Tom Hanks). Para Vogel, el presentador es casi un monolito de otros tiempos, una reliquia de ideas pasadas de moda. Además, el periodista es una persona muy cínica y por ello sospecha «¿Puede alguien realmente ser tan amable y buena persona como Mr. Rogers?». Para poder realizar el articulo, Vogel y Rogers comienzan a pasar tiempo juntos; y según comparten más y más conversaciones, el periodista comienza a cuestionarse su propio punto de vista sobre la vida.

De esta forma, lo que la película nos cuenta en realidad es la historia de Lloyd (basado en el periodista Tom Junod, quien escribió en 1998 la pieza sobre Mr. Rogers para Esquire en la que se basa la película). Lloyd acaba de tener un hijo, pero es una persona con muchos problemas en su pasado. Tiene mucha rabia contenida, sobre todo hacía su padre, quién abandonó a él y a su hermana cuando la madre de ambos se encontraba hospitalizada por cáncer. Mediante esta serie de encuentros con Fred Rogers, Lloyd comienza a darse cuenta de que tiene que lidiar con sus sentimientos si quiere seguir adelante y convertirse en un buen padre para su recién nacido, Gavin.

De esta forma, Mr. Rogers se convierte en un personaje secundario de la película, si bien es cierto, el más importante para el personaje protagonista, pero no el centro de la trama. Quizá esto sea lo más adecuado para poder contar la historia, al final y al cabo, el personaje interpretado por Tom Hanks en muy interesante en sí mismo, pero su «historia» quizá no tanto.

El verdadero problema es que la historia de Lloyd no es nueva. Problemas con la figura del padre, abandonos paternales, hombres rotos que necesitan rehacerse a sí mismos para poder hacer bien para su familia… creo que a nadie le sorprenderá a estas alturas oír sobre estos conceptos como temáticas de películas. Es una historia de las que el cine se ha nutrido durante demasiado tiempo. Por lo que, ¿realmente necesitamos una más?

Es el lado de Mr. Rogers, perfectamente interpretado por Tom Hanks, lo más interesante de la película. En éste tiempo en el que vivimos, el que parece que todo va a peor, a nivel político y social, en el que el mundo se está viniendo abajo y en el que el cinismo es el sentimiento que reina nuestro día a día, es agradable y muy necesario tener una película que mire al lado bueno de la vida, que mire al mundo con optimismo, que celebre el día a día y cómo todos y cada uno de nosotros somos únicos y distintos. Es una pena que la forma de hacerlo, sin embargo, sea mediante una historia que hemos visto ya en otras muchas ocasiones y de la que conocemos A, B, C hasta Z.

Marielle Heller hace un buen trabajo a las riendas de la película, la cual está claramente dirigida a un público americano. Muchos entrarán en la sala con un gran bagaje sentimental y eso la directora lo ha sabido lidiar muy bien. El filme es agradable y tiene muy buenas intenciones, pero peca de ser demasiado sentimental en ocasiones (por favor, ¿podemos dejar de hacer escenas en la que la un personaje famoso se sube en el metro y toda la gente se vuelca a su alrededor demostrándole lo correcto que está? Se está convirtiendo en un cliché ya). Agradezco el sentimiento, en serio, en un mundo en el que todo se viene abajo es agradable recordar que hay buenas cosas en la vida y sobre todo, que hay buena gente en el mundo. Que no hay que odiar, que hay que saber perdonar, etc. etc. etc. No veo, sin embargo, qué aporta esta película que no nos haya dado ya el anteriormente mencionado documental sobre Mr. Rogers.

Quizá lo que nos da es poder ver a Tom Hanks. En cierta medida, Hanks es nuestro Mr. Rogers actual. Esa persona impoluta, impasible, incorrupta, un faro de luz para todos nosotros. La demostración de que el ser humano puede ser bueno. El lugar que nos reconforta donde sabemos que nada malo nos puede pasar, donde estamos protegidos de todo el daño que éste mundo nos pueda hacer. Todo el mundo ama a Tom Hanks, nadie en su sano juicio podría no hacerlo.

Quizá eso lo que ganamos aquí. La oportunidad de poder verle una vez más. Poder recordar que sí, incluso hoy en día, hay buena gente en el mundo. Gente que quiere el bien de otros seres humanos, que no son egoístas, que se preocupan por hacer bien aunque sea en su pequeña parte del planeta.

Eso es con lo que me quedo de esta película. El confort de saber que entrarás en la sala de cine donde pasarás dos horas cómodas en las que la película te contará una historia reconfortante que te permitirá sentirte bien sobre el mundo en el que vivimos.

Aunque la historia que nos cuente nos la sepamos de pe a pa.

Por Arturo M. Antolin

Me dedico a hacer cine. A veces también escribo al respecto. Vivo exiliado en Reino Unido. España aún no sabe si ha ganado o perdido con ello.

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