The Aeronauts no es tediosa, pero no encandila
«The Aeronauts», la nueva película de Tom Harper, protagonizada por Eddie Redmayne y Felicity Jones se estrenó el en pasado Festival de Cine de Toronto. Ahora pasa por el London Film Festival donde en un casi vacío pase de prensa nos presenta una película entretenida en el momento pero casi olvidada en cuanto el proyector se detiene.
La cinta nos cuenta la historia de Amelia Wren (Jones) y James Glaisher (Redmayne) y su viaje para tratar de lograr el vuelo en globo más alto de la historia con una misión en mente: el estudio de la climatología.
La sinopsis no es la más apasionante del universo y es porque en sí la película tampoco lo es. Tienen momentos de acción y tensión, pero son los más obvios que la historia puede otorgar. Unos que los espectadores han visto ya en múltiples ocasiones y de los que conoce desarrollo y conclusión. Jack Thorne, conocido guionista británico, hace lo que puede con el guion de la película, pero no hay mucho que hacer con él, la verdad sea dicha. Los personajes son bastante arquetípicos y no precisamente carismáticos más allá que la propia carisma de los actores involucrados. Eddie Redmayne y Felicity Jones son el casting de libro para sus papeles. No hacen nada que no haya hecho anteriormente (múltiple veces cada uno) por lo se mueven por la película con los ojos cerrados casi. Himesh Patel, quién se ha dado a conocer internacionalmente este año gracias a la comedia «Yesterday«, está solvente en un papel que no requiere mucho de él, pero que le cimenta como una cara que comenzaremos a ver muy a menudo en nuestras pantallas.
Estructuralmente, la película comienza con el ascenso en globo y nos mantiene ahí durante varios minutos. Preguntándonos cómo llegamos aquí, la relación de sus personajes y por qué están haciendo este viaje. Y por un instante pensé que sería lo suficientemente arriesgada para mantenernos ahí, para hacer que la película tomase lugar únicamente en dicho viaje. Sin embargo, pronto rompe esta esperanza para comenzarnos a mostrar flashbacks de ambos personajes, tratando de resolver dichas preguntas y dándonos una backstory que ni interesa ni necesitamos.
Habiendo dicho esto, no sé hasta qué punto mantenernos sólo en el viaje aeroestático hubiese hecho la película mejor. En este sentido la película sufre los problemas de su propia localización. Cuando se encuentra en el aire, todos los alrededores del globo son creados mediante CGI. Y aunque el nivel técnico de éste es bueno, es algo de lo que el espectador no puede olvidarse. Parte de ello, viene por los planos seleccionados y sus movimientos de cámara. La película está compuesta de un gran número de planos imposibles. La cámara en múltiples ocasiones flota fuera del globo. Esto, dentro del subconsciente del espectador, es un continuo recuerdo de que ellos no están ahí, que no es un globo aeroestático de verdad, que Redmayne y Jones no están en peligro de sufrir una muerte horripilante si caen por la borda (¿tienen los globos bordas?). Creo que el director sabe esto también, por eso en algún ocasión, con efecto extraño, tratar de simular una cámara física cayendo al vacío junto a otros objetos provenientes del globo. Aprecio el intento, pero no creo que funcione.
Cabe destacar también que la película dice muy claramente al inicio «Inspirada en hechos reales». Y esto es totalmente cierto. Remarquemos el inspirada. Por desgracia (por lo que he leído online), la película se aleja bastante de los acontecimientos reales. Sobre todo teniendo en cuenta que siendo una película que se centra en la relación de sus dos personajes protagonistas, uno de ellos es una invención. En la vida real, James Glaisher no voló con Amelia, si no con Henry Coxwell, aeronauta inglés que junto a Glaisher batió el record de altitud. Es cierto que el personaje interpretada por Jones usa como referencia a varias mujeres de la época que participaron en similares aventuras, pero en una historia que trata de contar acontecimientos de carácter histórico (algo cuyos personajes no dejan de recordarte constantemente durante el metraje) es bastante deshonesto cambiar los acontecimientos hasta tal punto.
La realidad es que la película no llega a resultar aburrida en ningún momento del metraje, sobre todo gracias a sus actores protagonistas y un metraje que no llega a la 1h40 de duración (por favor, más películas que no sobrepasen las dos horas de duración). Pero en un festival que la presentaba como la gran película del día, puesta en la proyección principal del festival, el hecho de que la mayor parte de los periodistas decidiese ir a la proyección de «The two Popes» en su lugar indica mucho sobre la propuesta en sí. Si algo no soy es un experto en taquilla, quizá «The Aeronauts» llame la atención de mucha gente y haga grandes número, pero me sorprendería.
Y no sería uno de esos casos en los que la gente se estarían perdiendo una gran joya del séptimo arte.