En la tercera jornada Lanthimos se convierte en otro favorito para la Palma de Oro. Kawase inaugura Un Certain Regard con un insólito melodrama comercial.
Llegó el viernes y la cinefilia esperaba con ansias la proyección del nuevo largometraje de Yorgos Lanthimos, el polémico director griego que en 2009 ganó el mejor premio en Un Certain Regard con “Canino“. Media hora antes del pase de “The Lobster“, el Grand Théâtre Lumière (2309 butacas) ya anunciaba que el aforo estaba completo. Caso opuesto al de Naomi Kawase, cuya proyección como película inaugural de Un Certain Regard estaba completamente vacío. “The Lobster” se ha convertido en una de las favoritas de la sección oficial, mientras que “An” ha decepcionado profundamente a los fans de la directora con su insólito cambio de registro comercial.
“The Lobster”: El romanticismo más oscuro
De los títulos que hasta ahora se han presentado en la Compétition de la 68ª edición del festival de Cannes, “The Lobster” es claramente el único rival digno de disputarle el triunfo de la Palma de Oro a “Son of Saul”. Esta hilarante película nos brinda una mejorada versión del universo beckettiano de Yorgos Lanthimos con un reparto de renombre internacional (Colin Farrell, Rachel Weisz, Léa Seydoux, John C. Reilly…). El filme se centra en los infortunios amorosos de un hombre gris protagonizado por Colin Farrell, un oficinista que tras la súbita separación de su matrimonio de doce años contrata unos servicios especiales para encontrar una nueva pareja. Dichos servicios, que en nuestra cultura serían apuntarse en una agencia de contactos, en el subversivo mundo de Lanthimos devienen inscribirse en un hotel-cárcel donde los huéspedes deben encontrar su media naranja en 45 días, de no conseguirlo se convierten en el animal que ellos elijan hasta el fin de sus días. El último largometraje del director de “Alps” está dividido en dos capítulos que podrían funcionar como dos películas autónomas. El primer episodio narra ese falso resort vacacional -parecido a un Gran Hermano macabro ambientado en el hotel de “El Resplandor” de Kubrick-, y con cierta atmósfera de la iconografía sadomasoquista de Jan Soldat; porque, una vez más, Lanthimos ha dirigido a sus actores para que representen su faceta más masoquista posible. Sin embargo, en la segunda parte el autor abandona progresivamente el tono sarcástico para desarrollar un pseudo romanticismo. Pero no nos dejemos engañar, la coda final -tan explosiva como la de sus demás largometrajes- nos recuerda que sigue siendo Lanthimos y que sus personajes nunca dejaron de ser marionetas al servicio de su despiadada voluntad. Se trata, sin duda, de su mejor película.
“An”: Kawase para todos los públicos
Hasta el tercer día no fue posible repescar la película de inauguración de la sección Un Certain Regard. Nos referimos a “An”, la última película de Naomi Kawase que previamente a la celebración del certamen causó un gran escándalo al no estar programada en Compétition. Tras haber visto dicho filme las dudas sobre su integración en una categoría menor quedaron resueltas, puesto que se trata de la peor película de la cineasta de Nara. A excepción del final -con voz en off e imágenes bellísimas de la naturaleza trazando su curso rodadas en 35mm- no hay rastro de los grandes temas o formalismos que la han convertido en una de las realizadoras de cabecera en Japón. “An” es un melodrama convencional sobre una mujer mayor (Kirin Kiki) que ayuda a un endeudado cocinero (Masatoshi Nagase) a mejorar su receta de la pasta ‘an’ (la masa con la que se hacen los dorayakis). Poco a poco esa relación profesional se convierte en una amistad indestructible, capaz de superar cualquier obstáculo, incluso la confesión de un secreto que la anciana no le ha revelado por miedo a ser juzgada. “An” es una película fácil, entrañable y sin misticismos comparado con la filmografía anterior de su realizadora; un filme que Kawase parece haber hecho únicamente para alcanzar un público más amplio.