Dentro de la sección Gran Angular del Festival de Gijón, una de las sorpresas de la jornada es Plot for Peace, una especie de thriller político que narra por vez primera la aventura secreta del empresario francés Jean-Yves Ollivier, alguien fundamental en el fin del conflicto vivido en Sudáfrica con el apartheid. Plot for Peace es un impactante documental que reúne imágenes de archivo combinadas con entrevistas en la actualidad a figuras políticas que vivieron muy de cerca la dura situación de Sudáfrica en los años 80. Conflictos de intereses en plena Guerra Fría que terminarían con una noticia de esperanza… La liberación de Nelson Mandela, todo un símbolo. Entrevistamos en el Festival de Gijón a su codirector, Carlos Agulló (quien dirige con Mandy Jacobson). El film se estrenará de la mano de Caramel Films el 5 de diciembre en España.
¿Cómo te pones en contacto con Jean-Yves Ollivier y cómo surge la idea de realizar este documental?
En realidad es una película por encargo. La productora, sudafricana, no es una productora al uso, sino una fundación. Esta es su primera película. Ellos se dedican a difundir por medios audiovisuales la historia de Sudáfrica y de África en general a través de entrevistas y documentos audiovisuales históricos. Cuentan con un gran archivo de entrevistas a personas que jugaron un rol en el cambio político sudafricano. En muchos de estos documentos se hablaba de un personaje misterioso, un tal «Monsieur Jacques». Mandy Jacobson estuvo investigando el asunto y dio con Jean-Yves Ollivier, al que convenció para que contara su historia. Cuando Ollivier aceptó, Mandy me contactó para encargarme la película.
Plot for Peace supone un cambio en tu carrera, ya que venías de trabajar con Amenábar y no habías hecho documentales…
Sí. De hecho al principio me sorprendió mucho porque yo vengo de ficción. Pero eso es lo que buscaban. Querían que la película tuviera un carácter de thriller político y buscaban a alguien que hubiera hecho ficción. Además, la idea era que pudiera darle una mirada exterior, siendo alguien que no fuera sudafricano.
¿El proyecto ha sido trabajoso para llegar a contar con tantos detalles la evolución de la trama y con tantos personajes, aparte de Jean-Yves?
En total yo le he dedicado dos años y medio a la película. No ha sido una cosa de preparar el rodaje y luego montarlo. Todo ha ido evolucionando como un proceso de investigación. El guión no se había cerrado desde el principio porque nadie nos había contado la historia que queríamos. Hay muchos personajes, como presidentes y gente de servicios secretos, a los que hemos entrevistado varias veces porque se iban conociendo cosas nuevas en el proceso de recabar información sobre unos y otros. Fue un proceso muy largo…
Además de España, ¿por qué países viajará la película?
Hemos pasado por varios Festivales y hemos ganado dos premios en el Festival de Sao Paulo, en Nueva York, en Irlanda… y ahora llega a Gijón tras haber pasado también por la Seminci. En salas comerciales, además de España, en principio se estrenará en Francia, Inglaterra, Estados Unidos y quizá Brasil, por el momento.
¿Pudiste llegar a conocer y hablar con Nelson Mandela, que aparece testimonialmente en el film?
No. Hubo dos razones básicas. Estaba ya muy enfermo y se había retirado de la vida pública y no concedía entrevistas. Y por otro lado nosotros hemos rechazado entrevistas con personajes que no estaban directamente involucrados en la trama que queríamos contar. Mandela no era parte de la trama para liberar a Mandela. La forma en que se llegó a la paz regional y se acabó con el apartheid es el tema principal y Mandela estaba en ese momento en la cárcel, aunque era un símbolo.
¿Cómo crees que está ahora mismo aquel país? ¿Habrá continuación del film?
Al final, aunque hubo un cambio político, no hubo un cambio económico. Fue un poco un «espejismo sudafricano», como lo llaman allí. Hay un largo camino por recorrer todavía. En la película meternos en la África postapartheid era complicado por cuestiones narrativas y por eso rodamos solo la historia que queríamos contar sobre la caída del apartheid.
¿Cómo ves la situación en este momento en el cine español en cuanto a talentos?
Hay talento. Lo que no hay es apoyo político. Por un lado no hay dinero por la crisis y por otro no hay ganas de apoyar la cultura. Hay mensajes inequívocos como subir el IVA hasta el 21% cuando la media europea está en el 7%. Y el único espectáculo al que no le han subido el impuesto es a los toros. La solución parece estar en trabajar para gente de fuera.
¿Entre tus proyectos hay algo nuevo como realizador?
Hay varias ideas. Una de ellas hacer una película de ficción de la propia Plot for Peace pero entrando en temas personales del protagonista, Jean-Yves Ollivier. El personaje en la vida real tiene mucha chicha y él está muy animado también en poder hacerlo.
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