En la primera jornada del DA FILM FESTIVAL 2017 nos dedicamos a recuperar dos joyas del pasado Festival de Cannes: «Personal Shopper» y «Rester Vertical».
La nueva edición del DA FILM FESTIVAL no podía empezar mejor. La inauguración corrió a cargo de «Lady Macbeth«, maravillosa ópera prima de William Oldroyd que arrancó más de una sonrisa incómoda durante su proyección. Estrenada esta misma semana, se configura como una de las mejores inauguraciones del festival por su solidez y a su vez, la radicalidad de la historia. Con un tempo calculadísimo, «Lady Macbeth» se convierte en un caramelo envenenado que te tragas sin darte cuenta; una experiencia gélida y a la vez brutal que ningún cinéfilo debería perderse.
Viernes, la primera jornada ya oficial, estuvo dedicada a recuperar joyas de la pasada edición del Festival de Cannes. Tanto «Personal Shopper» (ganadora del premio al mejor director en Cannes) como «Rester Vertical (Staying Vertical)» (de Alain Guiraudie), se perfilaban como grandes platos de esta edición. Y francamente, han sido merecedores del título. A continuación, los analizamos.
«Personal Shopper»: Tienes un mensaje (del más allá)
Olivier Assayas nunca nos lo pone fácil. Sus películas no se amueblan a un género, tono ni temática concreta. Más bien, el cineasta configura dodecaedros en los que es fácil perderse. Su anterior película «Viaje a Sils Maria» (Olivier Assayas, 2014) reflejaba el inexorable paso del tiempo y las relaciones de poder. A su vez, ponía en práctica un juego de espejos entre actrices y personajes y se atrevía con una pizca de espiritualidad que concluía en misteriosa desaparición.
«Personal Shopper» también es una cinta con múltiples capas y lecturas; una película audaz que habla de nuestro tiempo, de la vanidad intrínseca en la mayoría de nosotros y de los peligros de la era whatsapp. La última incursión cinematográfica de Assayas, retrata de forma singular el luto de la joven Maureen (Kristen Stewart) y lo adorna con vestidos de Channel, SMS de desconocidos y sobretodo, espíritus y fantasmas.
Maureen es personal shopper en París. Su trabajo consiste en comprar ropa y accesorios para su jefa; pero jamás puede probarse nada de lo que le trae, ni un vestido ni unos zapatos. La repentina muerte de su hermano gemelo (y su posible muerte, a causa de una malformación congénita), le obligarán a enfrentarse con la gran duda existencial: ¿Hay vida más allá de la muerte? Obsesionada con encontrar una prueba que lo afirme, empezará una relación tóxica con un «mensajero» desconocido que, a su vez, despertará su vanidad y le redescubrirá los caprichos de cualquier vida mortal.
«Personal shopper» mezcla el subgénero de los fantasmas con el del drama intimista para elaborar una especie de thriller en el que Kristen Stewart es ama y señora. Su increíble carisma, figura y, sí, expresividad, enganchan al espectador y lo sumergen en un viaje volátil y lleno de rutas inesperadas que dejan entrever las obsesiones de su personaje. Pese a una Stewart más que entregada (y que además repite con el director) es cierto que echamos en falta cierta profundidad y contextualización. Maureen es una joven a la deriva, desesperada por encontrar algo que la haga sentir viva; sin embargo, su rutina diaria y la multitud de inputs «fantasmagóricos» que recibe hacen que resulte imposible entrar en lo más hondo de su ser. Una lástima, pues el personaje tiene mucha miga y alguien cómo Mia Hansen Love (justamente, la mujer de Assayas) hubiese incidido más en ese aspecto.
«Personal Shopper» coquetea con el drama y patosamente con el thriller, pero dónde realmente crece es en sus momentos más «espiritistas». Que en el mundo del consumismo y el materialismo puro, Assayas introduzca el sueño del «después hay algo más»; resulta una peculiar elección de guión. Maureen se podrá poner a escondidas todos los vestidos de Channel que quiera, pero sólo una prueba de la inmortalidad espiritual le portarán, al fin, su ansiada paz. ¿Qué son 4 bolsos de marca comparados con saber que hay existencia eterna?
«Rester vertical (Staying Vertical)»: la vida en el campo es la vida mejor
Seleccionada en Cannes y vista en Sevilla, la expectación por contemplar «Rester Vertical» no podía ser más alta. La penúltima película de Guiraudie («El desconocido de lago«), escandalizó a más de uno, pero abrió la veda a múltiples directores franceses para que pudieran estrenar en salas filmes como «Theo y Hugo: París:5:59» (Olivier Ducastel, Jacques Martineau, 2015) y «Love» (Gaspar Noe, 2015). «Rester Vertical» no tiene aún distribuidora en nuestro país. Viendo la película, se entiende el porqué.
«Rester Vertical» es una película indescriptible, su trama evoluciona y muta constantemente y pese a ser un ejercicio interesantísimo en múltiples aspectos, ciertas escenas como la del parto, pueden resultar demasiado impactantes para el espectador medio. Explicar su argumento parece imposible: un guionista sin inspiración viaja a la campiña; se encuentra una pastora y se enamoran. Tienen un hijo pero acaba convertido en una especie de padre soltero. A su vez, está obsesionado con un joven con un rostro muy «cinematográfico» pero con quien construye una atípica amistad es con su malhumorado abuelo. Y todo eso pasa mientras intenta encontrar un enfoque a su guión y da largas a su productor para que le consiga dinero.
Guiraudie elabora un guión, en parte cíclico, pleno de giros y mutaciones dónde lo único que permanece constante son los 5 personajes principales. Se «arrejuntan», se enfadan, viven unos con otros y acaban configurando una pequeña y extraña comunidad. Sin una trama sólida a la que agarrarnos, ese grupo de fracasados acaba siendo el corazón de la película. Y pese a que sus conductas son más que cuestionables, la ingenuidad que les otorga Guiraudie hace que parezcan entrañables y en cierto punto, cercanos.
Con un final que pone en relieve la frase «el hombre es un lobo para el hombre», «Rester Vertical» habla de las contradicciones ciudad vs. campo, paternidad vs. maternidad, homosexualidad vs. heterosexualidad. A su vez, podríamos ver en la cinta una reflexión sobre la figura del guionista; esa persona que se alimenta de las nimiedades, de los pequeños momentos (tanto propios como ajenos) para transformarlos en fuentes de inspiración.
Los fanáticos de Guiraudie, encontrarán sus temas recurrentes en «Rester Vertical», a su vez que «re»comprobarán su gusto por el primer plano «genital». Como pasaba en «El desconocido del lago«, también aquí hay un hombre enamorado que se convierte en uno a la fuga. Sin embargo, esta vez, consigue salvaguardarse en un establo, reclamando de nuevo, la vida tranquila de campo vs. la ciudad, fría y hostil.
Un crítico en apuros
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