En la penúltima jornada del D’A 2017 vemos «The levelling» y «Godless», dos películas que nos transportan a ambientes hostiles en los que es difícil sobrevivir.
En esta penúltima jornada saboreamos dos óperas primas ásperas, hostiles y con acento femenino: «The levelling» y «Godless«. La primera, facturada en los midlands de Gran Bretaña muestra a una joven muchacha que vuelve a la granja de su infancia para organizar todos los detalles del funeral (tremendamente inesperado) de su hermano. En la segunda observamos de primera mano como una enfermera intenta sobrevivir en una ciudad hostil de Bulgaria. Ambas películas han tenido su recompensa en el circuito de festivales: mientras que «The levelling» consiguió una nominación al MBIFA como mejor debut del año, «Godless» se hizo con el Leopardo de Oro en la última edición del festival de Locarno. Las analizamos.
«The levelling»: Luto en la granja
Acudimos a «The levelling» expectantes ya que el D’A no programa mucho cine británico independiente; pero cuando lo hace nos brinda joyas como «Everyday» de Michael Winterbottom, «Catch Me Daddy» de Daniel Wolfe y «Sunset Song» de Terence Davies. Este año Hope Dickson Leach es la directora encargada de llevar la antorcha del british cinema y por suerte, nos regala una película maravillosa que contiene la sensibilidad de Clio Banard y la crudeza de Paddy Considine.
«The levelling» nos sitúa en un entorno granjero y hostil en medio de los Midlans. Después de contemplar (con un montaje aterrador) una especie de fiesta descontrolada, nos sumergimos en el viaje introspectivo de Clover para descubrir porqué se suicidó su hermano. En este trayecto deberá lidiar con su padre, un hombre obtuso y simple que no da ningún tipo de apoyo a su pequeña, y con el trabajo de la granja; que le pondrá extrañamente en comunión con su hermano fallecido.
Hope Dickson Leach es una muy buena descendiente del dirty realism inglés: no duda en mostrar la parte rutinaria y menos glamurosa del trabajo de ganadero y describe las relaciones de personajes sin embellecimientos y florituras. Sus protagonistas hablan sólo lo necesario y el impactante paisaje campestre inunda su vida y pensamientos. Dickson demuestra su buen hacer con el tempo cinematográfico, el montaje y el sonido y en términos de guión no podría ser más precisa. Con el realismo en mente, elabora un retrato crudo, seco y simple de la vida en la granja, lejos de como la muestran Guiraudie en «Rester Vertical» (vista en el D’A) o Xavier Dolan en su «Tom à la Ferme«. Incluso, al final de la cinta, Leach se atreve en añadir una coletilla naturalista; lo cuál acostumbra a ser concebido como algo desesperanzador, pero que Leach subvierte por convertido en la solución más lógica; la única que hará posible que los personajes principales hagan las paces.
Con una magnífica Ellie Kendrick, la directora realiza uno de los retratos femeninos más acertados del D’A 2017: La joven, huida de casa a los 18 años, decide volver para descubrir la verdad. En un ambiente masculino y hostil, demuestra fuerza y tenacidad, mostrando a todo el mundo que es capaz de hacer lo que muchos dan por sentado que no sabrá manejar. Fragilidad y fortaleza se mezclan en el perfecto rostro de Kendrick y ella nos arrastra a través de una historia seca y solitaria que nos parte el corazón pedazo a pedazo.
«The levelling» es uno de los mejores debuts británicos de los últimos tiempos y su nombre pasa a engrosar una lista formada por Hong Khaou («Lilting«), Babak Anvari («Under the shadow«) y Elaine Constantine («Northern Soul«). Su delicadeza al mostrar las relaciones paterno-filiales, el luto llevado por dentro y un clímax final, comedido en extremo pero espectacular en su ejecución sitúan a Hope Dickson como la descendiente más inmediata de Banard. Sin duda alguna, este año el D’A ha apostado por demostrar que el «dirty realism inglés» sigue vivo y explora, incesantemente, nuevos terrenos.
«Godless»: Un lugar sin piedad
Y después del debut británico, nos enfrentamos a otro debut, en este caso, de la directora búlgara Ralitza Petrova. Ganadora del Leopardo de Oro en el último festival de Locarno, esperamos que «Godless» sea una de las grandes películas de esta edición del D’A. Sin embargo, resulta una de las más anodinas y (pese a todo) impersonales.
Filmada en un 4:3 que encierra a los personajes en primeros planos, «Godless» sigue la vida y miserias de una enfermera búlgara que «trafica» con las identidades de sus pacientes. Desesperada por encontrar el amor, sentirá una conexión especial con su profesor de canto; el cuál no parece dispuesto a tomarse esa relación en serio. Como pasaba en «The levelling«, la mujer tendrá que labrarse un «presente» en un entorno hostil y masculino.
«Godless» es una mirada desesperanzadora de la vida en Bulgaria, una filme seco y crudo que realmente, es de muy difícil acceso. Críptica y hermética, necesitamos el 100% de nuestra concentración para entender todo lo que sucede en la película: el tráfico de DNI’s, la relación de la enfermera con sus compañeros y aliados de «fechorías», las conversaciones con los ancianos… Debemos ser concienzudos si queremos entrar en «Godless«.
Con una escena final totalmente desconcertante (¿Quién son esos esquiadores?), «Godless» pretende poner el grito al cielo por la situación actual en algunas zonas de Bulgaria. Entre lo poco que se nos muestra descubrimos que los ancianos que cuida Gana, tienen recuerdos muy vivos de la Alemania nazi y que llevan en su ADN una marca imborrable de la segunda guerra mundial. A su vez, oímos «de pasada» problemas de abusos infantiles, abandonos y otras desgracias que se suceden (con frecuencia) en ese país.
Ralitza Petrova, directora de «Godless» y debutante en el cine, intenta con su película realizar algo nuevo y punzante, un nuevo enfoque de la sociedad de Europa del Este. No obstante, la cinta acaba resultando aburrida y en ciertos momentos, tópica, y el personaje protagonista es tan inaccesible que se nos hace imposible empatizar o sentir alguna especie de conexión con él.
Al encenderse las luces realmente preguntamos qué vio el jurado de Locarno en «Godless» para darle su máxima distinción. Seguramente, la dureza e inaccesibilidad del relato fueron sus puntos a favor. Aquí en el D’A, no pasa de ser una propuesta correcta dentro de la programación.