Mar. Mar 19th, 2024

En la última jornada del D’A visionamos el sugerente thriller «Mi amiga del parque» y lo más nuevo de Sokurov. A parte, recordamos «Bang Gang» con sopor.

«Bang Gang»: Vender gato por liebre

Del sábado noche recuperamos «Bang Gang: une histoire d’amour moderne«, un despropósito llevado a cabo por la debutante Eva Husson. Basada dudosamente en hechos reales, «Bang Gang» se vende como la cinta más sexual del festival, la más perversa, libre, teen y moderna. Sin embargo, es sólo un falso reclamo de marketing, pues, no hay cinta más moralista y aleccionadora que «Bang Gang«. La trama gira entorno a un grupo de adolescentes que organizan orgías llamadas «Bang Gang» en la que básicamente, todos se acuestan con todos. Pese a su tono lúdico, festivo e indecente, las fiestas causaran una serie de estragos en la vida de los jóvenes provocando que estos se replanteen «los peligros» de este tipo de actividades. En medio de esta fiesta loca, la directora, Eva Husson, decide poner el foco vagamente en 4 o 5 de los chicos implicados para contar sus «desastrosas vidas» y poner sobre la mesa debates sobre el amor, el hastío, la estupidez y la marginación. Sin embargo, el seguimiento de cada una de las tramas es errático e irregular y al final, nos es imposible empatizar con alguno de los niños ya que a todos les vemos muy poco y no son más que simples bocetos poco trabajados y bastante planos. Creemos sinceramente, que hubiese sido mejor que Husson se hubiese centrado exclusivamente en el personaje de Laetitia, la primera chica que vemos en la cinta, y a partir de ella explorara todas las facetas del despertar sexual y amoroso. Hubiese quedado un producto más redondo, eso seguro.

La primera escena de «Bang Gang» no podría ser más falsamente prometedora. Una cámara subjetiva inspecciona exhaustivamente una casa llena de gente desnuda besándose, practicando sexo oral y pasándoselo bien. Husson nos planta una orgía en las narices, una escena casi onírica que, gracias a la música electrónica, nos pone en un mood…marchoso. Seguidamente retrocedemos dos meses en el tiempo y con ello, empieza una historia sin foco ni punch y con graves problemas de ritmo. Un sinfín de personajes se nos presentan de buenas a primeras, Laetitia, George, Alex, Nikita… para perderles de vista en medio de la primera orgía. Cuando empieza la fiesta, parece que ya no importan ni los problemas familiares de Laetitia, ni la hermanita de George ni las autolesiones de Gabriel. Al principio, perdonamos a la directora, pensando que era una simple presentación de diferentes adolescentes para luego adentrarnos en una Bang Gang sin fin que ocupe todo el metraje; una parranda en la que, por cierto, poco vemos. (Debido a la corta edad de los actores, Husson no muestra lo que promete. Mucha boquita pero poca carne. Aquel folleto del D’A que la compara con «Love» (Gaspar Noé) y «La vida de Adele» (Abdellatif Kechiche) debería sonrojarse de la vergüenza). Retomemos el hilo. Hay fiesta y hay carne, no personas concretas. No obstante, Husson decide en el epílogo, rescatar a todos esos personajes de la impersonal fiesta y concederles a cada uno de ellos una «reflexión moral», unas líneas de un monólogo aleccionador que no vienen a cuento ni nos importan. Una vez has introducido a los personajes en una fiesta, convirtiéndolos en simples gotas en un inmenso mar, no puedes recuperarlos a tu antojo y creer que les cederemos un espacio privilegiado en nuestro corazón. Lo que el mar ha arrastrado, difícilmente retorna.

En «Bang Gang» hay un problema con los personajes, pero, en términos generales, también hay una contrariedad con los valores de la película. Si quiere ir de «liberada», no debería terminar de forma tan aleccionadora. Si hay orgía, ¿por qué forzosamente tiene que haber un vídeo en YouTube + una infección de sífilis + un aborto? Innecesario pack de tres en uno que atolondra al espectador que dice con la cabeza gacha: que sí, ya vale. «Bang Gang» es una película fallida, un experimento que nos recuerda a otras cintas pasadas por el D’A de adolescentes revolucionados sexualmente como «Puppy Love» y «The smell of us«. El año pasado perdonamos la del director de «Kids«, obviando su look más 90s, pero la de Eva Husson, sintiéndolo mucho, es difícil de aprobar. – MARINA CISA

gangbang01

 

«Mi amiga del parque» una vía de escape

No es casualidad que la cinta «Mi amiga del parque» se muestre por segunda vez en el D’A precisamente en el día de la madre. Dirigida, coprotagonizada y coescrita por Ana Katz, esta propuesta argentina se hizo con el premio del mejor guion en Sundance. Nos encontramos ante todo delante de un trabajo que se inclina por una puesta en escena sencilla, donde la cámara en mano seguirá de cerca las desventuras de una protagonista que regirá la idea clara y concisa en la que se concentra el filme. Una sinceridad que si bien en algunas escasas ocasiones resulta forzada en su búsqueda del patetismo, en líneas generales funciona a la perfección en la mayor parte del metraje.

Nos acercamos a la vida de una madre con un hijo bebe que vive lejos de su marido, quien se encuentra en Chile trabajando. Explorando su día a día, se nos administran pequeñas dosis de información en la que empezamos a conocer distintos cambios surgidos en su vida. Así pues, lo que en sus inicios se nos antoja como decisiones incomprensibles, acaba evidenciándose como una vía de escape hacía unos problemas escondidos cada vez más presentes. Unas complicaciones que surgen en el sino de la mujer acomodada del primer mundo. El hecho de tener un hijo supone un cataclismo que afecta de manera completamente psicológica a su personaje principal. Una mujer que se refugiará en el tabaco como evasión y que se sentirá frustrada en su estancada vida laboral sin ser del todo consciente de lo que realmente siente. Es por ello que movida en el tedio de una vida aparentemente complaciente con unas amistades de una clase anclada a la alta cultura, resulta cuanto menos estimulante el descubrir un mundo nuevo, una manera más desentendida y alocada de vivir tanto la maternidad como las expectativas futuras. Y esa exploración, esa improvisación ante las adversidades de la vida supondrá un reto que animará a esta madre a deshacerse de una monotonía generalizada que ahoga toda fuerza vital. Vislumbramos finalmente alguien que no sabe encajar con el mundo que le envuelve y, que cansada de seguir el ritmo constante y «natural» de los acontecimientos, decide cambiar las cosas a partir de dos personajes que contrastan con el modelo de vida que la ha envuelto hasta ahora.

No disfrutamos de un filme que destaque por su poderío formal o su innovación temática, pero desde luego, «Mi amiga del parque», es ante todo una propuesta honesta que no se vale de artificiosos a la hora de generar un retrato veraz de las problemáticas y soluciones con las que lidia la mujer del siglo XXI.  – LUIS SUÑER

mi_amiga_del_parque_03

 

«Francofonia»: Radiografiando el Louvre

Terminamos nuestro paso por el D’A 2016 con una película magnificente, «Francofonia«. Se trata de la última cinta del director ruso Alexandr Sokurov, estrenada en el festival de Venecia y vista en Londres y en San Sebastián. Digamos las cosas por su nombre; «Francofonia» es una de esas películas necesarias en la programación de un festival de cine de autor; una cinta cuyo visionado supone todo un reto y necesita de un espectador activo para disfrutarla. A medio camino entre el documental y la ficción, «Francofonia» es un producto que bien podríamos encontrar en la parrilla del canal ARTE pero que, debido a su espectacularidad, atrevimiento y su cariz experimental ha sido concebido para la gran pantalla.

Si hace un año, otro de los grandes, Frederick Wiseman, filmó exhaustivamente la National Gallery de Londres en «National Gallery«; poniendo especial énfasis en el día a día que envuelve al museo, Sokurov ha centrado su mirada en el Louvre, fascinante edificio de París que contiene algunas de las obras de arte más importantes de nuestro mundo. Puesto que un museo de ese calibre daría para horas y horas de metraje, Sokurov decide contar, mediante imágenes de archivo y otras recreadas, cómo, durante la segunda guerra mundial, se preservaron las obras para que no cayeran en manos del tercer Reich. Sin embargo, esa fascinante anécdota es sólo el núcleo duro de «Francofonia«. El director se sirve de ella para hablar de las piezas del museo, la importancia del arte en el mundo y para mantener al espectador enganchado a una historia que divaga por diferentes senderos. Sin embargo, esas desviaciones son de lo más coherentes y tanto los fragmentos «actuales» con Sokurov mismo haciendo «skypes» con un compañero que traslada obras de arte en un barco de carga como los momentos «oníricos» en los que Napoleón, acompañado a veces de Marianne, (libertad), habla de sus proezas y su papel en la colección del Louvre, casan a la perfección en el discurso del cineasta.

Realizada a base de una mélange de imágenes, «Francofonia» es una magnífica exploración del Louvre y de la historia que le rodea, del arte en la guerra y de la importancia de los museos como lugares de conocimiento y gran belleza. Sokurov experimenta con la imagen, mostrando planos, que, como si del celuloide mismo se tratase, tienen la banda magnética del sonido visible en el costado izquierdo de la imagen. Además, reserva para inicio y final, mecanismos narrativos que llevan al espectador a un estado de «querer saber más».  Para el inicio nos reserva los créditos, una pantalla en blanco y negro y una conversación «vía skype» de la que apenas entendemos nada. El director se recrea en ese invento, explicitando en la conversación que es un skype sin imagen puesto que esta no se puede ver debido a la mala conexión. Para el final, decide usar la técnica de los colores, en la cuál es sabido que una pantalla uni-color, crea una sensación de avidez en el espectador; un deseo inmediato por saber qué imagen se mostrará a continuación.

«Francofonia» es una experiencia sensorial de la cuál tendríamos un sinfín de comentarios a realizar y que bien merecería un reportaje por sí sola. Sokurov acierta en casi todos sus mecanismos e introduce ideas de una belleza simbólica, como la de contarles a los propios «personajes» cuál es el futuro «real» que les espera. Y tal cómo se lo cuenta a ellos, nos lo cuenta a nosotros, puesto que ante todo, «Francofonia» tiene una función y una intención claramente didáctica. La forma de narrar los detalles y eventos invita a que el espectador se interese por la historia que está contando y la manera de ilustrarla hace que éste deba participar activamente para comprenderla en su totalidad. La relación de Sokurov y los museos viene de lejos, véase «El arca rusa»; rodada íntegramente en el Hermitage, y en «Francofonia» quiere mostrar la belleza que se esconde en uno de los lugares más reconocidos del universo. Medio documental, medio ficción, se erige como una de las mejores películas del festival. Una auténtica delicia acabar nuestro trayecto con esta pieza perfectamente engrasada.- MARINA CISA

francofonia_02

Por Redacción Videodromo

Noticia redactada por el cuerpo de la redacción de Videodromo. Videodromo nació en diciembre del 2005 con el ánimo de dar a conocer todo lo relacionado con el mundo del cine, la televisión y el mercado DVD y Blu-Ray™.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.