Mar. Mar 19th, 2024

En la octava jornada del D’A nos encandila «Nasty baby», nos convence la marroquí «Much Loved» y nos deja fríos la argentina ·La helada negra»

«La helada negra» Inmigración alemana en Argentina

Rodada en la tierra argentina donde se crió su director Maximiliano Schonfeld, «La helada negra» es un filme anclado en la dura vida rural protagonizada en mayor parte por actores no profesionales. Este grado naturalista de verosimilitud que se intuye en sus personajes nos rememora fácilmente a otros títulos rodados en la periferia del país como «Bombón, el perro» (2004) de Carlos Sorín o «Los muertos» (2004) de Lisandro Alonso. Pero este trabajo no se focalizará en el estudio básico de la vida granjera, sino que esconderá un misterio fantástico que servirá como vehículo para unir los lazos entre la inmigración alemana y el país sudamericano. Así pues, en un ambiente donde los alemanes de segunda y tercera generación se desenvuelven en el trabajo del ganado y la tierra, aparecerá englobado en un halo de misticismo una mujer de tez oscura que turbará el correcto funcionamiento de sus vidas. Curioso resultará el conflicto que se evidencia entre los sexos, las envidias, los deseos frustrados. Una extraña atracción nace entre dos mundos condenados a entenderse no siempre unilateralmente. Porque existen egoísmos, y hay quien desea poseer lo que se le aparece pero no le pertenece de per se. En esos casos, quizás la huida sea la única solución que deje perpetuar un sufrimiento inevitable, una ausencia consensual que no acaba de materializarla aun metaforizando el folclore de ambas naciones y fusionándose en un solo acto.

La niebla como catalizador que une la realidad de la leyenda, se presentará como vehículo que nos acerca hacia al descubrimiento interior de sus protagonistas. Todo ello teñido de unos tonos fríos, grisáceos y que sin embargo no dejan de reflejar la belleza de un paisaje que se antoja como un hogar retratado con amor pero también con coherencia.  Algo que en ocasiones se torna monótono por su carácter taciturno. No obstante, cabe destacar ciertas escenas contadas donde la dirección parece tomar vida propia, esencializar lo fantástico del filme y fluir de una manera algo más apasionada. – LUIS SUÑER

La helada negra

«Much Loved» mirada política a partir de la prostitución marroquí

El marroquí Nabil Ayouch es ante todo un cineasta político. Ya lo demostró en 2012 con el (mal narrado) estudio del surgimiento del yihadismo en la Espiga de Oro de la SEMINCI  «Los caballos de Dios». Y de nuevo en su nueva película, «Much Loved», vuelve a mostrar una mirada, esta vez multidireccional, sobre el funcionamiento del mundo moderno en tierras marroquíes. Por eso resulta brillante en su resolución toda su presentación. Repleta de alocado desenfreno, rápidamente focalizamos a unas mujeres autóctonas ofreciendo sus servicios sexuales a unos hombres saudíes. El género femenino encarna la pobreza y la sumisión, el masculino, el dinero y por ende el poder. Dos culturas parecidas, dos sexos, pero una diferencia abismal.

A partir de aquí, vivimos un viaje emocional al modo de vida de unas prostitutas que se erigen como sustento de un filme que refleja las penurias que están condenadas a vivir. Una denuncia que si bien no es sutil, tampoco se antoja maniquea o forzada, pues eliminando escasas escenas del metraje donde se funde y recrea en la voz en off, el ralentí y la música extradiegética, el poder de los movimientos de la cámara y las actuaciones de sus mujeres ejercen una radiografía certera de este particular universo. Padecemos como la presión social se posiciona por encima de los valores familiares. A su vez. el poder del dinero como disculpa de la inmoralidad que trata de contentar a una madre o una hija desatendidas. Porque si hay dos pilares claros dentro de este filme de marcada mirada femenina, son el poder del dinero sobre la voluntad humana, con la capacidad de comprar y vender a personas y la moralidad y actitud con la que se afronta esta situación tanto por las propias prostitutas como por el entorno que las rodea. Y si bien la familia será la más tajante con ellas, cabe destacar el distinto posicionamiento de los hombres, entre los que las apoyan y los que las agreden. Además, la película abordará otras temáticas que fluyen continuamente en la atmósfera del relato, tales como la alargada sombra europea como liberación (siempre cargada de mentiras y falsedades) y de su cara más perturbadora, incidiendo sin miramientos en temas tan escabrosos como la explotación sexual infantil. De paso, también se explorará desde dos perspectivas, masculina y femenina, el tabú que supone la homosexualidad, aunque en el primer caso ofreciendo dos vertientes muy diferenciadas, una de las cuales sufre diarias represalias.

«Much Loved» trata de brindar una mirada caleidoscópica de Marraquech donde la comercialización sexual de las heroínas del relato refleja los males de una sociedad marcada por una inmoral desigualdad donde el género, la nacionalidad y el dinero serán obstáculos con los cuales éstas tendrán que lidiar. – LUIS SUÑER

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«Nasty Baby»: Los temores de la paternidad

Acabamos este segundo viernes del D’A 2016 con la propuesta indie del festival, «Nasty Baby». Si el año pasado, el honor fue concedido a la última obra del ya consolidado Alex Ross Perry y su melodramática y psicótica «Queen of earth», este año, el encargado de llevar la bandera del cine independiente providente de Sundance ha sido Sebastián Silva. El director chileno debuta en Estados Unidos después de traernos «Magic, Magic» en 2013, con «Nasty Baby«, una aparente dramedy queer sobre la paternidad que desemboca en un inesperado thriller angustioso.

Premiada con el Teddy Award en la pasada Berlinale, «Nasty Baby» nos presenta a una pareja homosexual que ha decidido tener un hijo con la mejor amiga de uno de los integrantes. Lo que al principio parece una decisión precipitada pero intrascendente se convierte en toda una elección crucial. ¿Qué comporta ser padres? ¿Y compartir la paternidad entre tres? Silva interpreta el rol protagonista en esta película de fuerte regusto indie, que cuenta con una secundaria de lujo: la maravillosa Kristen Wiig. Después de una larga temporada en SNL, la cómica ha demostrado su faceta como solvente actriz dramática en «The Skelleton Twins» y «The diary of a teenage girl«, dos de las sensaciones de Sundance en los últimos años. Wiig aporta siempre frescura y simpatía a sus personajes. A la vez, es capaz de mostrar el dolor y la desesperación en ellos. Wiig es, sin duda alguna, una antigua payasa de la TV reconvertida en actriz de culto.

En «Nasty Baby» encontramos todo tipo de ideas interesantísimas: el uso de la música, por ejemplo, es una de ellas. Silva opta por las versiones de Bach de Glen Gould para sus escenas de apertura y clausura. En cambio, para créditos iniciales y finales, busca una música machacona y potente como es «Let me think about it» de Fedde le grand. Silva es conocedor del ritmo y ambiente que aporta cada sonido y por eso los usa distintamente en varios tramos para destacar ciertos elementos. La fotografía, el vestuario y sobre todo la dirección de arte no están tampoco faltos de su buen saber. Silva construye el mundo que rodea a sus personajes de forma detallista y cuidada y confiere a cada uno de ellos una personalidad marcada por los pequeños detalles: la ropa que usan, sus intereses, sus expresiones, sus manías…  El gran acierto de la cinta es que en esta, el director decide explorar sin temor, los miedos asociados a la paternidad de manera espléndida. Empezando por la obsesión narcisista de crear un «mini-yo», cosa que ya se ve reflejada en el trabajo artístico del personaje que interpreta, «Nasty Baby» muestra impecablemente y de forma sutil lo que conlleva la creación de una vida y lo contrapone brillantemente con la perpetración de una muerte. Tan fácil es crear una vida como quitarla.

El primer tramo de «Nasty Baby» nos recuerda a las mejores cintas indie de los últimos tiempos. Aunque en general, ya lo hemos visto todo antes, las escenas nos resultan agradables, cercanas y desenfadadas. Su twist final nos desconcierta soberanamente y es que nos es absolutamente imposible anticipar lo que Silva decide mostrar en este tramo. El universo aparentemente en calma en el que viven los personajes, uno en el que podríamos habitar nosotros, de repente se convierte en un caos de llantos, sollozos y crimen. El cambio brusco puede crear rechazo en ciertos espectadores demasiado amueblados a la parte más feel-good de la cinta; sin embargo, es un buen mecanismo para sorprender y mantener la atención del público más exigente.

El último plano de «Nasty Baby«, el protagonista cogiendo las manitas de un pequeño churumbel, vuelve a remarcar lo que Sebastián Silva ha querido contarnos en todo momento. A todo el mundo le parecen monos los bebés, sin embargo, debemos meditarlo bien antes de tomar LA decisión puesto que a simple vista nadie ve los horrores de la paternidad. Nadie recae en las pesadillas y la gran responsabilidad que es traer una criaturita a este mundo de locos.

Por todo lo comentado anteriormente, consideramos que «Nasty Baby» de Sebastián Silva es una buena abanderada del indie para la edición número 6 del festival del D’A. – MARINA CISA

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Por Redacción Videodromo

Noticia redactada por el cuerpo de la redacción de Videodromo. Videodromo nació en diciembre del 2005 con el ánimo de dar a conocer todo lo relacionado con el mundo del cine, la televisión y el mercado DVD y Blu-Ray™.

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