En la segunda jornada del D’A 2015, nos enfrentamos a una comedia japonesa, la última película de Peter Strickland y a la controvertida «Under The Skin», protagonizada por Scarlett Johansson.
Después de una inauguración espectacular (rozando lo sublime) con «Saint Laurent» de Bertrand Bonello, Videodromo se mete de lleno en el festival del D’A. El sábado, asistimos a la sala 1 del Aribau Club para ver los films «La la la at rock bottom«, «The Duke of Burgundy» y «Under the Skin«, tres elecciones muy variopintas. El titular de la tarde podria ser: la calidad va in crescendo. El arranque con el film asiático fue justito pero la jornada acabo con un notable alto gracias a la última incursión cinematográfica de Jonathan Glazer.
«La la la at Rock Bottom»: El amnésico que cantaba en una orquesta
En la primera sesión de la jornada pudimos ver el nuevo film del japonés Nobuhiro Yamashita, «La la la at Rock Bottom«. Esta comedia musical gira entorno a un gángster amnésico que de repente se convierte en el vocalista de una orquestra cuando la técnico de sonido del grupo se cruza en su camino.
«La la la at Rock Bottom» es una película inocente y entretenida que pretende arrancarnos unas cuantas carcajadas y sorprendernos en momentos puntuales. Sin embargo, su ritmo extremadamente lento y la poca simpatia que sentimos por el protagonista, logra que ésta se convierta simplemente en un divertimento pasable. Para los fanáticos de la música, este filme se antoja como una oportunidad para descubrir que en Japón se cantan canciones de todos los estilos. Y si no sois alérgicos a los musicales, disfrutareis de lo lindo con todas las actuaciones de la banda.
Uno de los mayores alicientes de «La la la at Rock Bottom» es ver a su protagonista, Subaru Shibutani, en acción. En la vida real es el vocalista de Kanjani Eight, que vendría a ser una especie de One Direction asiático. El chico demuestra tener tablas y ser capaz de crear un personaje amnésico que es cantante y gángster a partes iguales. Desgraciadamente, el público europeo no puede disfrutar de la doble lectura irónica que supone coger a esta persona y darle el papel protagonista. Así pues, lo único que podemos hacer para buscarle la gracia al filme es imaginarnos como se enfrentaria a este reto interpretativo alguien como Harry Styles (1D) o Justin Bieber.
«The Duke of Burgundy»: Una complicada relación masoquista
La tarde siguió con «The Duke of Burgundy» del inglés Peter Strickland, un filme arriesgado y visualmente muy cuidado. La cinta nos muestra el dia a dia de una pareja lésbica que mantiene una complicada relación sadomasoquista. Por un lado, está la chica que quiere ser dominada. Por otro, la encargada de hacerle sentirse así.
«The Duke of Burgundy» explora, des de diversos ángulos, la mentalidad de las integrantes de este morboso juego de roles. Strickland enseña quien está cómodo en esa situación y quien no, y cuáles son las consequencias psicológicas de mantener una relación de este tipo. Para este filme, el director crea una atmósfera particular, atemporal y muy deudora del cine erótico de los setenta.
La película se estructura entorno a una serie de rituales «masoquistas» que vemos repetidamente. El director juega con la temporalidad y la no-linealidad de la trama, para remarcar el hecho que, cada vez que vemos la misma situación cotidiana, algo en el interior de los personajes a cambiado. Es una sabia estrategia para mostrar con imágenes lo que no hace falta decir con palabras. Para lograr mejor su objetivo, el realizador decide subrallar la aparición constante de algunos elementos clave como las mariposas, el vaso de agua y la palabra Pinastri.
En conjunto, Strickland consigue crear un micro-cosmos que sólo resulta excesivo, visualmente hablando, en su tramo final y estudia, de forma más detenida y consciente que toda la saga de «50 sombras de Grey«, qué oscuros secretos se esconden tras una relación masoquista y qué sacrificios se pueden llevar a cabo por amor.
«Under the skin»: el extraterrestre que no sabía amar
Finalmente, a las diez de la noche llegó el plato fuerte del dia: «Under the skin» de Jonathan Glazer. El film se mostró en el festival de Venecia y en el de Sitges y en ambos lados causó controversia. Había expectación y especial interés en verla, y francamente, después de su visionado, sólo podemos defenderla.
«Under the Skin» relata, de forma casi hermética, la vida de un extraterrestre con el cuerpo de Scarlett Johansson que seduce a hombres para luego matarlos. Se desconoce el motivo exacto por el que lo hace ni tampoco sabemos cómo ha llegado a nuestro planeta, pero en realidad, eso es lo de menos. Glazer no pretende narrar una historia en «Under the Skin«, si no, que quiere exponernos una situación muy jugosa. En una primera lectura vemos a un ser aparentemente agradable que resulta ser un monstruo por dentro. En una segunda, podemos extrapolarlo directamente a la figura real de Scarlett Johansson: una actriz de Hollywood que tiene a todos los hombres rendidos a sus pies, pero a la que nadie conoce realmente.
El film se divide en dos partes que siguen diferentes cógidos pero que funcionan perfectamente como espejo. En la primera, vemos a Scarlett recogiendo a tíos muy pringados, en su furgoneta para seducirlos y devorarlos. Glazer lleva la situación al límite poniendo en escena a un primo lejano de «El hombre elefante», un ser deforme y bizarro que, en primera instancia, parece inmune a los encantos de la chica. El director decide aquí reforzar la idea que todos tenemos de Johansson como mujer fatale. La chica, rebosante de confianza, gasta todo su empeño en ganarse los favores del muchacho. Obviamente, nadie puede resistirse a esta auténtica sex-symbol.
Una vez llegados a este punto, lo único que puede hacer el director si quiere mantener el interés del espectador es dar un giro de 180 grados y colocar a Johansson, depredadora durante la primera parte del metraje, como presa indefensa. En este segundo tramo, la alienigena pierde el control total de la situación y se summerge de lleno en el mundo de los humanos, que de repente se le antoja confuso, distante e inefable.
Si bien la situación inicial resulta sexy, morbosa y muy original, es en la segunda parte de la película, dónde vemos evolucionar de verdad al personaje; un extraterrestre terriblemente hermético y anti-social del que no llegamos nunca a saber nada. Sin embargo, el director nos deja pequeñas pistas para que podamos intuir que pasa por la cabeza de ese ser en momentos tan cruciales como, por ejemplo, cuando hace el amor por primera vez con un humano. (Ese es, sin duda alguna, uno de los mejores momentos de la cinta).
Es muy comprensible que «Under the Skin» tenga tantos detractores como admiradores. Jonathan Glazer no escatima en filigranas visuales y momentos de puesta en escena que rozan el conceptualismo. Tampoco se está de repasar a consciencia el cuerpo desnudo de Scarlett Johansson. Es cierto que el filme parte de una idea tan original que puede tildarse de friki. Sin embargo, Glazer es capaz de modelarla para construir una metáfora con múltiples capas sobre la soledad, el aislamiento, la incomunicación y el incuestionable status del star-system.
En defintiva, esta segunda jornada nos ha dejado con la boca abierta gracias a la maravillosa cinta del inglés Jonathan Glazer. Recordando la estupenda inauguración de este año, estamos más que seguros que la racha de peliculones no ha hecho más que empezar.
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