Mar. Mar 19th, 2024
Les amigues de l'àgata fue el plato fuerte de la tercera jornada del DA 2015

En el tercer día del festival nos enfrentamos al último film de Hong Sang-Soo, a la bizarra «They have scaped», a la catalana «Les amigues de l’Àgata» y a lo más nuevo del director de «Kids».

Después de clausurar la jornada de ayer con la estupenda «Under the skin» de Jonathan Glazer, el tercer día se nos antojaba ajetreado. Cuatro películas en una tarde. Puede parecer agotador, pero la calidad de algunas de las propuestas fue tal, que se convirtió en una de las mejores jornadas del festival. El día 26 de abril fue el turno de «Hill of Freedom» de Hong Sang-Soo, «They have scaped» de J-P Valkeapää, «Les amigues de l’Àgata» de cuatro jovencísimas ex alumnas de la Universidad Pompeu Fabra y «The Smell of Us» del polémico Larry Clark. Haciendo un resumen rápido, podríamos decir que ayer vimos dos peliculones intimistas y a la vez, también fuimos testigos de dos pesadillas interminables.

«Hill of freedom»: Viajar a Seúl para reencontrar el amor

La tarde empezó con «Hill of freedom«, el último filme del coreano Hong Sang-Soo. El realizador ya había presentado su filme anterior «Our Sunhi» en una edición más antigua del festival de cinema d’autor. Con lo cual, este 2015, el asiático volvia por la puerta grande para ofrecernos esta delicia que es «Hill of freedom«.

La película narra, de manera no lineal y como si se tratara de un rompecabezas desordenado, el trayecto de un joven japonés que viaja a Seúl para reencontrarse con un amor del pasado. Sin embargo, parece que será difícil lograr su objetivo. Los días que pase en la ciudad enriquecerán a este joven sobremanera: conocerá a diferentes personajes y encontrará en ellos apoyo, amor y amistad, superando las barreras culturales y lingüísticas.

Hill of freedom es un film de Hong Sang-Soo

«Hill of freedom» es una sencilla y delicada comedia que nos regala momentos hilarantes (muchas veces remarcados con el uso arbitrario del zoom in y del zoom out) que tienen raíz en situaciones cotidianas. Hong Sang-Soo nos presenta a un protagonista humano, frágil y cercano, que nos resulta simpático gracias a sus buenas intenciones. El japonés sólo quiere volver a ver a su vieja novia, pero, por el camino, intenta ayudar a todos aquellos que le demuestran su bondad. No es un hombre perfecto. Se emborracha y habla más de la cuenta y cae rendido ante los encantos de la camarera de una cafetería muy cool. No obstante, el director saca provecho de esos defectos y elabora escenas tan divertidas como la de la cena en casa del anglosajón o más intimistas, como la de la conversación entre la camarera y el muchacho en la cama. Resulta particularmente interesante, la elección del director de utilizar el inglés como lengua «universal» y por lo tanto, la única que puede hablar el japonés para hacerse entender en Corea. Más sorprendente es aún, el buen dominio del idioma que demuestran tener todos los ciudadanos.

«Hill of freedom» tiene una trama muy simple, sin ninguna complicación ni un clímax particularmente potente. Hong Sang-Soo decide, entonces, para darle un poco más de interés al asunto, convertir su película en un rompecabezas. Cada escena del filme tiene que ser colocada en el hueco exacto del puzzle que el espectador crea, al principio, en su cabeza. Todas las piezas parecen haber sido ordenadas arbitrariamente, y nos lleva unos minutos, entender en qué momento de la historia estamos cada vez que se nos presenta una situación concreta. Hong Sang-Soo utiliza el recurso de las cartas a mano siendo leídas, una por una, por la ex-amante del protagonista, como una manera eficaz de lograr hacer transiciones orgánicas entre escenas. Es decir, entre momentos perdidos en esta dimensión temporal limitada por la trama base. Además, en cada secuencia, el director y guionista deja pequeñas pistas que nos ayudan a reconocer, de forma más rápida, si esto ha pasado antes de o después de. Un ejemplo claro es la figura del perro «Gumi».

En definitiva, «Hill of freedom» es un filme que requiere de un espectador activo que ordene constante y temporalmente las situaciones que el director le muestra. Una película que narra, de forma impecable una historia de amor muy sencilla que resulta extremadamente hermosa y emotiva.

«They have scaped»: El experimento fallido de Valkeapää

La jornada siguió con «They have scaped» del finlandés J-P Valkeapää, que acudió a la sala 2 del Aribau Club para responder algunas preguntas sobre su segundo largometraje. Este resulta ser todo un experimento fallido, un despropósito sin sentido que se nos hace eterno e insoportable.

«They have scaped» tiene un punto de partida ya muy visto, de por si. Chico tímido, conflictivo y con problemas sociales conoce a una salvaje e hipnótica chica de 17 años. Los dos están en un internado infernal pero deciden escaparse e irse a vivir la vida en el bosque, dónde nadie les dirá lo que tienen que hacer. Sin ir más lejos las obras maestras «Moonrise Kingdom» (Wes Anderson, 2012) y «Submarine» (Richard Ayoade, 2010), parten de situaciones similares. Valkeapää decide darle otra vuelta de tuerca al asunto con un giro dramático realmente patético y morboso. No queriendo destripar en demasía la película, sólo comentaré que el tramo final puede herir más de una alma sensible y que lejos de ser una crítica social, parece un simple regodeo por parte del director sobre los temas del sadismo y la tortura.

They have scaped es una película finlandesa

El filme cuenta con algunas escenas oníricas de risa (los espectadores más estéticos salvaran contadas escenas del bosque), dos jóvenes actores demasiado entregados para mi gusto, y un guión que no tiene ningún tipo de cimientos. Realmente, es una de las propuestas más tediosas, incongruentes y desesperanzadoras del festival. Un auténtico bluf.

«Les amigues de l’Àgata»: Un retrato generacional verdadero

Y después de una pesadilla de una hora y tres cuartos, nos fuimos directamente al CCCB dónde proyectaban «Les amigues de l’Àgata«, uno de los booms del festival. El patio de butacas estaba a reventar y todo el mundo parecía ansioso por ver la película. Después de una introducción por parte de las directoras, las veinteañeras Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen, se pasó este filme que se alza, indudablemente, como uno de los platos fuertes del festival.

«Les amigues de l’Àgata«, que tiene su origen en un trabajo final de carrera de la Universidad Pompeu Fabra nos presenta un grupo de chicas de 20 años que viven en la ciudad de Barcelona y son amigas des del colegio. En el epicentro está Àgata, una estudiante de humanidades, bastante tímida y retraída. Más que narrarnos una historia, la película nos expone una realidad, el día a día de los jóvenes actuales. Las directoras hablan con el corazón en la mano y nos muestran las dudas, miedos y aspiraciones de esta generación que vive un momento verdaderamente complicado. Sus integrantes no tienen trabajos estables ni pisos propios. Sin embargo, sus ganas de pasárselo bien con sus amigos y allegados les hace vivir de manera más despreocupada y feliz.

Les amigues de l'Àgata está protagonizada por Elena Martín

El conflicto interno de Àgata se centra en adecuarse a su nueva y apasionante vida universitaria y en aceptar que sus viejas amistades van a verse afectadas por este hecho. Es fácil, pues, sentirse identificado con Àgata en ciertos momentos, aunque, el film no descuida a los demás personajes y por lo tanto, todos pueden convertirse en espejos de nosotros mismos en cualquier instante. La naturalidad de las actrices demuestra que el ambiente de rodaje era agradable y distendido y el resultado final se asemeja más a un ejercicio improvisado que a un filme con un guión de hierro. Y esto es un punto muy a favor de «Les amigues de l’Àgata«. Sus planos largos, conversaciones naturales y situaciones cotidianas y frecuentes en la vida de los veinteañeros la convierten en uno de los retratos generacionales con más verdad de los últimos años.

Al finalizar la película, los aplausos no cesaron hasta que no apareció el último crédito, el logo de la UPF. ´»Les amigues de l’Àgata» había gustado porque todos nos sentíamos conectados con ella. Personalmente, la sensación que me dejó este refrescante debut fue la que me dejó la primera película de Lena Dunham, «Tiny Furniture». Visualmente, las dos apuestan por lo académico, lo providente de una escuela de cine. Pero, en términos de guión, son tan íntimas que estoy casi segura que las directoras han trasladado a la gran pantalla sus propias experiencias.

Les amigues de l'Àgata es un TFG del grado de comunicación audiovisual de la UPF

Quería reservarme la última línea para hablar del plano final de la película, que inevitablemente me ha llevado a pensar en las últimas secuencias de filmes tan distintos como «Submarine» (Richard Ayoade, 2010) y «J’ai tué ma mère» (Xavier Dolan, 2009), dos cintas impecables que también fueron, en su época, los debuts de unos jóvenes y prometedores directores.

«The smell of us»: Sexo, drogas y skateboarding en París

La jornada la finalizó el último film de Larry Clark, «The smell of us«. El director de «Kids» nos ofrece una nueva incursión cinematográfica que, francamente, resulta anacrónica e innecesaria.

El director de culto en los noventa que causó polémica con «Kids«, en «The smell of us» nos cuenta la historia de un grupo de adolescentes parisinos abonados al skateboarding, al sexo y a las drogas. Particularmente asistimos a la decadencia de dos apuestos muchachos que empiezan a prostituirse sin motivo aparente. Larry Clark, que hace un pequeño papel en el film, nos muestra, durante todo el metraje, un seguido de personajes decrépitos, grotescos y repulsivos. Estos coprotagonizan los sórdidos encuentros sexuales de los gigolós adolescentes. Clark hace una radiografía del submundo urbano y expone la mentalidad enfermiza de algunos de sus habitantes.

La película juega con el formato del vídeo y presenta la idea de la cámara del móvil como ojo capaz de gravar y registrar todos los momentos, privados y públicos y también, como herramienta imprescindible para descubrir la verdad tras los rostros. Esta interesante reflexión se pierde en una masa de escenas sexuales, atrevidas y presuntamente frescas, que nos dejan una sensación de dejà vú. O aún peor, de «demodé«. Gus Van Sant ya demostró en «Paranoid Park» que la figura del adolescente skater está anclada a un pasado «reciente» y que no representa al joven actual. «The smell of us» tiene un regusto a años 90 que es difícil de quitar y que nos saca constantemente del filme . Viéndolo, me vino a la cabeza «Jeune et Jolie» de François Ozon, que también seguía una trama similar. Sin embargo, el cineasta francés supo retratar correctamente a los adolescentes parisinos actuales, y, aunque usara música de Françoise Hardy de los años 70, el filme estaba mucho más acorde con la realidad de los 2000 que la nueva cinta de Clark.

Lo único que anima un poco la trama de «The smell of us» es la aparición esporádica del atractivo Michael Pitt, que, ataviado con su guitarra, nos deleita con algunas interpretaciones magníficas.

En definitiva, la tercera jornada del festival nos deja dos películas imprescindibles que sin duda recomiendo rescatar en los días venideros y dos cintas que no están, ni de lejos, a la altura del festival.

Por Marina Cisa

Film PR, Social Media Manager, Productora y lo que me echen. Comunicación Audiovisual en la UPF y a mucha honra. Cinéfila hasta límites insospechados. Una vez toqué a Xavier Dolan y me firmó el DVD de "Yo maté a mi padre". Espero ver a monsieur Godard en vida.

5 comentarios en «D’autor 2015 (dia 3): Dos de cal y dos de arena»
    1. Hola Luis! Yo te recomiendo que no te la pierdas y que acudas al próximo pase del filme dentro del marco del festival del D’A 2015. Es el sábado a las 22:00 en el Aribau Club 1. No te arrepentirás. “Hill of freedom” de Hong Sang Soo es una auténtica delicia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.