Concluyó la decimotercera edición de DocumentaMadrid y una de las propuestas más sugerentes que se terminaron de ver fue la nueva película de Omar A. Razzak, “La tempestad calmada”, que participaba en la sección Panorama y fuera de competición.
Razzak vuelve a partir de mundos en extinción para contraponer diferentes modos de entender la vida. El relevo generacional y las formas de diálogo entre los miembros de diferentes edades de la familia, es el tema principal que presenta su nueva película.
“La tempestad calmada”: Relevo generacional
El director tinerfeño, Omar A. Razzak, firma su segundo trabajo después de su primer documental “Paradiso” que fue estrenado en 2014. Este magnífico filme versaba sobre el cine Duque de Alba, la última sala X que había en Madrid. La película se convertía en un glosario de la vida interior del edificio. Actualmente, la sala se encuentra extinguida desde principios de 2015. La proyección que se eligió para poner fin a sus cerca de 75 años de vida fue el documental de Razzak.
Razzak ha presentado “La tempestad calmada” en DocumentaMadrid poco después de su paso por el festival de cine de Las Palmas de Gran Canaria en el mes de marzo, donde tuvo lugar su estreno mundial. Uno de los aspectos tratados es la relación entre padres e hijos, de lo cual se da buena cuenta al inicio del film, al mostrar implícitamente el diálogo entre dos generaciones, a través del plano en el que un niño conversa con un pescador, mientras éste prepara una red.
Así, el director muestra de nuevo un mundo en extinción, en este caso el de unos pescadores, para fijarse en aspectos no relacionados directamente con el mismo. Es, por tanto, este gremio un vehículo para mostrar sus inquietudes hacia los valores a los que se quiere mostrar sensible el cineasta.
Pero lo más fascinante de la película es uno de esos momentos que marcan a un festival, dejando patente que la decisión de proyectar una determinada película es toda una declaración de intenciones de cara al espectador, en cuyo seno se alberga, además, la intención de demostrar cuál se pretende que sea la personalidad o el alma del certamen.
Se trata de la secuencia central del filme, la cual hace reconocible a Razzak como un gran cineasta. Un pasaje tan bello, como poético, enigmático y lleno hasta de cierta extrañeza, que se convierte en una especie de isla dentro del largometraje. Razzak muestra el paisaje de los rostros, a través de primeros planos, de los hombres que se encuentran en el barco. La secuencia está rodada de noche y la cámara fija los encuadra, mientras que ellos no dejan de moverse, quedando envueltos a veces en sombras. Sus miradas, algo perdidas y pensativas, dan una idea, un tanto claustrofóbica de cómo es la vida en el interior del barco.
Quizás sea, precisamente, el aspecto relativo a la ruptura con la propia estructura y estilo mantenidos hasta ese momento, lo que convierte esta película en algo tan hermoso y cautivador.
DocumentaMadrid 2016: Balance
Durante la tarde de ayer concluyó la presente edición de DocumentaMadrid con la entrega de premios. Numerosas propuestas de gran diversidad tanto en cuanto a sus países de procedencia, como en cuanto a sus temáticas. Películas con un alto nivel cinematográfico que fueron proyectadas en otros festivales como Sundance, Berlín, Rótterdam o el Hot Docs de Canadá.
Una apuesta por la reflexión sobre la realidad que nos rodea, mostrando especial sensibilidad hacia la desigualdad que sigue manteniendo la mujer frente al hombre, la cual se acentúa especialmente en los países árabes. Dos propuestas que han sobresalido en este sentido han sido “Sonita” y “La plaza de la soledad”.
Se han podido ver reflexiones sobre la situación actual que atraviesa un país. La aguda y punzante “Under the sun”, deja entrever un inquietante subtexto sobre una sociedad, la de Corea del Norte, reprimida y obligada a mostrar una cara de felicidad, mientras que esas sonrisas no esconden más que lágrimas contenidas.
Ha quedado patente el firme propósito de revelar situaciones de injusticia, como el caso de las autoridades chinas que se tapan los ojos ante la violación de menores en “Hoolligan Sparrow”.
Otras propuestas se han acercado al crimen organizado de formas muy diferentes. De ello da buena cuenta la fantástica “Tempestad”, mención especial del jurado, y “Credit for murder”, mucho más irregular e imprecisa que la anterior.
Por último, el justo reconocimiento a “When two worlds collide”, codirigida por Heidi Brandenburg y Mathew Orzel, con el premio a mejor documental, pone de manifiesto una especial sensibilidad hacia la naturaleza y la importancia por el respecto entre culturas diferentes y por nuestros orígenes.
En el siguiente enlace se puede leer el palmarés completo del festival