Mar. Mar 19th, 2024

En tiempos donde leemos noticias sobre los productos orgánicos, los efectos del glifosato, o cómo el uso de pesticidas tiene un efecto no sólo en nuestros cultivos, sino en nuestro propio cuerpo, «Viaje a los pueblos fumigados», del argentino Fernando Pino Solanas descubre las historias personales que hay detrás de esos datos e informes científicos.

«Sirve para ver cómo en Europa vivimos o comemos tan bien, a costa del bienestar de otros«, así destacó el director del festival de la Berlinale, Dieter Kosslick, este film. Un documental de denuncia social medioambiental donde el mismo director se somete a pruebas médicas para descubrir si está contaminado por estos agroquímicos o no.

Tuvimos el placer de poder hablar con este cineasta, activista y político argentino.

María Luz Moraleda: Su documental es una fuerte crítica hacia los pesticidas de Monsanto, empresa que ya pertenece a la farmacéutica Bayer.

Fernando Pino Solanas: Da escalofrío que la Bayer haya comprado Monsanto. La Bayer es un ministerio. Bayer una de las grandes multinacionales mundiales y es una de las corporaciones químicas más importantes del mundo. La búsqueda de rentabilidad de los grupos financieros que invierten en cultivos transgénicos ha aumentado tanto que ciertos pueblo de la pampa húmeda se inundaron. No hay más bosque que retenga las lluvias. Hay familias indígenas desplazadas por el desmonte sojero. Estamos provocando una catástrofe ambiental.

M. M.: La globalización hace que denunciar estas fumigaciones indirectas a seres humanos sea muy complicado. Los verdaderos responsables de ellas pertenecen a un conglomerado de empresas en Norteamérica, con offshores en Panamá. Entonces, ¿a quién denunciamos? ¿Al padre campesino de esos niños a los que fumiga para poder sobrevivir de esa agricultura? 

P. S.: En la Argentina seguimos el debate desarrollado en la Unión Europea sobre el glifosato. Si Europa reconoce los efectos, tendrá una consecuencia en su uso en Argentina. Hubo un fuerte movimiento verde que le hizo destruir a Monsanto la fábrica más grande de Latinoamérica después de tres años de protestas en las Malvinas Argentinas (Córdoba).

«La fiebre de la fumigación no respeta espacios públicos ni escuelas rurales. En el documental muestro el caso de dos chiquitos en Goya que mueren contaminados por ósmosis, es decir, por pisar en el barro con los pies desnudos. Era barro de una tomatera que contenía endosulfán.»

La ciencia está diseñada para el mercado, no para la sociedad. Conforme aumenta la producción de soja, ha aumentado la de niños malformados y abortos. Más del 60 por ciento de las verduras según el SENASA ( Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) contienen agrotóxicos. Pero la soja financia al estado argentino.

¿Le dice todo esto al gobierno argentino de Mauricio Macri desde su cargo de senador?

P. S.: Absolutamente. El solo hecho de anunciarse un documental como este desencadenó mensajes y tuits de los trolls que maneja el gobierno. Este film no revela lo que no se haya mostrado ya en libros e informes. En el Senado soy el crítico más fuerte que tiene el Gobierno. Macri ha endeudado el país como pocos.

Yo hice oposición a Macri cuando él era jefe de gobierno en la ciudad de Buenos Aires. Le conozco todas las manchas al tigre. De alta corrupción.

Es el mequetrefe rico manejado por la corporación económica. Macri y su padre manejan todo el comercio con China. Cuando tuvieron concesiones del Estado nunca pagaron ni el canon. Tomaron concesión del correo nacional, nunca pagaron el canon. Están en los Panama Papers, etc. Son todos de alta corrupción.

M. M.: Ha participado en las grandes cumbres climáticas. ¿Sale más optimista de ellas o todo lo contrario?

P. S.: Uno ya sabe de qué se trata. El cambio industrial y tecnológico y de modelo de vida al cual estamos habituados va a llevar muchísimos años. Todo acá funciona con la idea del consumo. Ese vaso tiene una huella energética. Cada cosa y producto que consumimos ha requerido una inversión de energía y es el consumo brutal de energía del planeta lo que le está matando.

El modelo es que el que más consume y el que más gasta es el más vivo. A la COP 21 en París, vinieron todos los grandes mandatarios. Pero el 2016 fue más caliente que el 2015 y el 2017 más caliente que el 2016. Hace dos años, en el 2015, Groenlandia por primera vez en la Historia, en el verano, descubrió su piel. La capa de nieve se había derretido.

«La Humanidad no asume ni quiere tener consciencia que estamos en el ojo de un huracán casi imparable y me está ganando el pesimismo. Se multiplican las catástrofes y la gente sigue para delante.»

M. M.: Usted aboga en su documental por la agricultura ecológica y sustentable, pero ¿no resulta mucho más caro para los consumidores de a pie en países como Argentina?

P. S.: En Argentina es algo incipiente. El año pasado en Bonn viví en Colonia y me gusta ir a donde va la gente. Me sorprendió la cantidad de secciones de productos orgánicos con precios accesibles en los supermercados normales. La tendencia está en alza en todo el mundo.

Aunque en Alemania hay mucho doble discurso. Para el 2020 dicen que desactivarán las nucleares y dejarán de producir autos a combustión fósil, pero por otro lado, el año pasado en Bonn, habló una diputada de La Izquierda que dijo: «Somos unos hipócritas. Muy bonito lo que escuchamos pero tenemos aquí al lado la mina de carbón a cielo abierto más grande de Europa, y somos el país que más minas de carbón a cielo abierto tiene, lo que más genera emisiones..» No obstante, entre Trump y Merkel, me quedo con Merkel.

M. M.: Dedica el documental al Papa. ¿Por qué?

P. S.: Es el referente social más importante que hay en el mundo. También odiado en Argentina. Un hombre que arremete contra las corrupciones y dice el verdadero terrorismo es el capitalismo global, ocúpense de los pueblos más que de los bancos. Sólo hay que leer la Laudato Sí: Trescientos científicos que por su calidad de pensamiento participaron en los fundamentos.

Tengo un trato asiduo con él, le escribo, me contesta, lo visito dos o tres veces al año. Me tiene un gran cariño. Le mandé la película. Me dijo, usted tiene la sabiduría de la bondad. Es la primera vez que tenemos un papa latinoamericano. Y este desembarca y dice: «no, no voy al palacio, voy al hotel de los inmigrantes del Vaticano.»

M. M.: ¿Le pesa ser una figura incómoda en Argentina?

P. S.: Sí, pero es parte de la campaña de las corporaciones agrarias, de la petrolera, de la corporación minera, etc. El complejo agro industrial en Argentina es el más exitoso desde el punto de vista rentable y le aporta mucho al tesoro nacional. Todos saben que hay más malformaciones humanas ahora. Por eso incitan al ataque demoledor: «¡Qué sabe ese viejo!». Soy el presidente de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del senado y recibo cartas y denuncias todos los días.

«Cuando yo, como cineasta en el momento más importante de mi carrera profesional, denuncié a los grandes de la corrupción en Argentina, me pegaron seis tiros en la pierna. El mensaje era: «Te callás o te vas del país. La próxima es en la cabeza.»

Yo opté por quedarme. Pero me di cuenta que recibí el reclamo de mucha gente joven. La noche que me pegaron los tiros tenía a 500 personas debajo de la ventana del hospital que me pedían que yo entrara en política.

Tengo un equipo de asesores ambientalistas, los mejores de Argentina. Como tengo prestigio cultural, se me respeta. Me dicen: «No estoy de acuerdo, pero valoro su obra.» Yo tengo un capital simbólico muy fuerte. No pueden matarme, pero me silencian. Yo estoy borrado de la televisión. Los críticos al gobierno no existen, salvo en los canales del gobierno anterior. Y como yo no apoyé al gobierno anterior, ni a este, soy un muerto civil. Acá los grandes diarios no escribirán una línea de mi película.

M. M. ¿Se siente más activista, documentalista o político?

P. S.: Mi primera película fue un film político, pero ser candidato de elecciones era otra cosa. Pero cuando me pegaron los balazos, me di cuenta que no podía decirle no al reclamo de formar oposición. Y me dijeron, si usted siempre dijo que los referentes sociales y culturales, en algún momento de su vida deben hacer una contribución a la democratización del aparato del Estado y del país. Y ahí me di cuenta que sí, que no podía decir que no. Y ahí salí electo diputado. El atentado fue en el 91, en el 92 decidí dar un paso a la política, lo cual significó que me apartaba del cine de ficción. Puedes hacer un documental porque filmas cuando quieres, pero una película de ficción es un hecho industriado que se filma en continuidad: ocho, diez semanas, etc.

Yo siempre me he comprometido con las causas que defiendo. El único capital que yo tengo es el simbólico o ético de la coherencia testimonio en mi vida. Fui uno de los precursores del Artículo de los derechos de los pueblos indígenas que está en la Constitución.

«Las funciones de ciudadano no pueden dejar de asumirse. Seas deportista, ama de casa o profesional. Todos tenemos que hacer una contribución a lo público. Si no, no tiene arreglo esta sociedad.»

Por María Luz Moraleda

Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid y por la University of Central Lancashire (Inglaterra) vive en Alemania desde 2012. Trabaja en Berlín como periodista multimedia para el canal de televisión Deutsche Welle y colabora para otros medios.

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