Mar. Mar 19th, 2024

Jornada marcada por el drama. El de la familia filipina de la película de Mendoza y el personal que vive una doctora en lo nuevo de los Hermanos Dardenne.

Ayer, un comentario que se repetía entre los acreditados era el poco favor que le hacía el Festival a Brillante Mendoza al situar su película tras la aplaudida “Aquarius” de Mendonça Filho. En realidad, no le faltan motivos a “Ma’Rosa” para ser definida como una buena obra. Pero su propia factura y la temática que trata, ponen difícil una reacción tan apasionada como la originada por “Aquarius”. Aunque las dos tratan dramas sociales, se sitúan en geografías muy diferentes. Y no me refiero a Geografía Política, sino social. La antigua crítica musical que encarna Sonia Braga tiene varios apartamentos en propiedad, y dispone de patrimonio. Su lucha es por el recuerdo, por preservar una identidad. En el caso de “Ma’Rosa”, el extracto social de los protagonistas es mucho más bajo, algo que les condiciona su forma de actuar y el ambiente en el que discurren sus vidas.

Por cierto, el pase con público de “Aquarius”, que contaba con el equipo del filme, dio una imagen curiosa.  Tanto el equipo de Mendonça Filho como muchos de los espectadores portaban papeles en los que denunciaban que “en Brasil ha habido un golpe de Estado”. Al entrar en la sala la comitiva, encabezada por Thierry Fremaux, este señaló al cámara que enfocara los mensajes de protesta del público. Esto me llevó a plantearme si algo parecido sucediera en otros festivales, ¿haría lo mismo el Presidente/Delegado General de turno? Y si al entrar en una proyección de un realizador francés, las proclamas hubieran sido contrarias al gobierno galo, ¿hubiera hecho lo mismo Fremaux?

“Ma’Rosa”: Mendoza presenta un drama familiar de cocción lenta

En “Ma’Rosa” hay suciedad, hay barro y hay miseria. Económica y humana. Rosa, su marido y sus cuatro hijos viven en un barrio pobre de Manila. El matrimonio regenta una pequeña tienda con la que no cubren los gastos básicos de la familia. Para subsistir, se dedican al tráfico de drogas. El desorden del domicilio/tienda, el padre que también accede al material con el que trafica, deudas contraídas con proveedores y clientes que no pagan. Así se presenta a los protagonistas. Un ambiente bochornoso e insano, en el que la cámara de Mendoza capta cada detalle. Una vez establecido el drama humano, y tras una redada policial en la que el matrimonio acaba en comisaria, el largometraje explora las dos caras de la miseria. Por un lado, el abuso de poder y la extorsión del cuerpo policial, cuyos miembros intentan escalar en la jerarquía del narcotráfico utilizando la coacción como herramienta de búsqueda del “gran golpe”, aquel que les proporcione el dinero que su sueldo no les da. Por otro lado, asistimos a lo que unos hijos harán por evitar a sus padres lo que parece una pena de cárcel segura. Situaciones en las que comprometen su dignidad, y empobrecen aún más su ya delicada vida familiar.  Hay pequeños destellos de solidaridad, pero no logran que el agobiante y pegajoso ambiente en el que sucede la acción cambie un ápice.

ma'rosa

Mendoza presenta una vez más las características de su cine: rueda cámara en mano y con una fotografía granulada, que ayudan a establecer el ambiente oscuro de la cinta. Manteniéndose muy cerca de los protagonistas y con largas secuencias, el director plantea “Ma’Rosa” casi como un documental. Es cierto que el realizador filipino se mantiene fiel a su estilo, con apenas variaciones, pero el movimiento permanente, nervioso, de la cámara parece inherente a lo que se quiere plasmar. “Ma’Rosa” es descorazonadora y no da tregua al espectador, pero su retrato lucido de la sociedad de Manila merece no quedar sepultado entre otras propuestas más luminosas.

“La Fille Inconnue”: el sentimiento de culpa llevado al límite

En “La Fille Inconnue” se entrevén ciertas muestras de agotamiento en el cine de los Dardenne. Explorando los efectos del sentimiento de culpabilidad de una doctora que decide no abrir la puerta de su consulta a una joven cuando ya ha acabado su horario laboral, los Dardenne hacen un retrato del desgaste emocional que la culpa de que la joven aparezca asesinada al día siguiente va dejando en ella. En un intento de sofocarla, la joven intentará esclarecer las circunstancias en las que sucedieron los hechos y se toma como una obligación propia el darle entierro. En el camino, preguntará e insistirá, porque la falta de respuestas solo aumenta la frustración que siente.

El planteamiento de la obra, como estudio introspectivo de la culpa, funciona durante la primera mitad de la cinta. En cierto momento, el guion entra en una fase autocomplaciente, en la que la protagonista se muestra ajena a las consecuencias de sus actos, aumentando la carga dramática de manera forzada, y desencadenando en un final que no acaba de funcionar. Pareciera que el filme, en su segunda mitad entra en una inercia que deshace todo lo que su primera parte había logrado. En cuanto al trabajo de su protagonista, Adèle Haenel realiza una interpretación correcta, pero no deslumbra.

La Fille Inconnue

No hay nada en el desarrollo formal de “La Fille Inconnue” que hable de evolución en el cine de los Dardenne, tanto en la realización como en el estilo, dando la sensación de fórmula caduca. Sí es cierto que en este caso la denuncia era no tanto social como personal, que es donde debería comenzar el inconformismo, pero no deja de ser un producto previsible.

Epilogo: el aplausometro aún tiembla con la entrada triunfal de “Aquarius”. Ni los Dardenne (con algún abucheo) ni Mendoza consiguen hacerle sombra. El que consigue romper el aplausometro aunque este año no sea en la Sección Oficial es Hirokazu Koreeda, quien una vez más ha convencido con “Antes de la tormenta”.

Un comentario en «Festival Cannes 2016 (Día 8): las distintas caras del drama»

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