Mar. Mar 19th, 2024

En el PDDG (Primer día después de Godard) hemos tenido dos propuestas desiguales, pero ambas en clave femenina. Jia Zhangke y Eva Husson han mostrado sus cartas (y uno de ellos las costuras de su película), en una jornada en el que el centro de atención ha sido la charla que ha dado Christopher Nolan.  

Entre que aún estamos procesando la película de Godard, la gente estaba pendiente de la final de Eurovisión y Christopher Nolan visitaba el Palais, la jornada del sábado ha sido un tanto peculiar. Era difícil entrar en competición tras la propuesta de videomontaje que era “Le livre d’image”, pero Jia Zhangke ha estado más que a la altura. Desgraciadamente,  Eva Husson no ha estado al mismo nivel.

 “Ash is the purest white”:  Jia Zhangke escribe uno de los mejores personajes femeninos de esta edición

Con su nueva película, Jia Zhangke ha dejado un poco atrás ese punto grandilocuente de “Más allá de las montañas” y vuelve a los bajos fondos chinos que ya visitara en “Un toque de violencia”. Pero lo hace con un historia mucho más intimista y personal que en otras ocasiones. Una historia de amor contada en tres partes, centrada en el personaje de Qiao (Tao Zhao) y en su relación con Bin (Fan Liao), que se prolonga durante dieciséis años. A través de esa relación, Jia analiza las relaciones personales: las amorosas, las que se establecen entre los miembros de una banda, la dependencia del poder, los códigos de honor, etc. Todo ello planteado de forma inteligente y basándose siempre en el trabajo que realiza Tao con su personaje.

Uno de los comentarios más repetidos tras el pase de la película hacía referencia al personaje que le ha escrito el director a la que es su pareja profesional y personal. Esto no significa que se trate de un texto creado con el lucimiento de la actriz como único propósito. Más bien al contrario. Se trata de un texto complejo que tiene que haber significado todo un reto para la actriz, pero que lo supera con creces. Es cierto que Fan Liao equilibra intensidad y fragilidad en un personaje que resulta fascinante, pero queda la impresión que su personaje reacciona ante el Tao, siendo siempre la actriz la que domina cada escena. En las tres partes en las que se divide el film, Tao presenta facetas distintas, pero con la suficiente consistencia interpretativa para que el espectador capte de una forma intuitiva el paso del tiempo.

En eso abunda también la fotografía, menos vistosa que otras que hemos visto ya en competición, pero de una belleza muy destacable. Y es que si ayer alabábamos la elegante fotografía de “Cold War”, hoy es el turno del trabajo que realiza Eric Gautier para “Ash is the purest white”. Un trabajo delicado que quizás no busca tanto el encuadre perfecto para cada plano, pero que con su cambio de texturas marca el paso del tiempo y su impacto en la relación de los protagonistas.

Es cierto que la película vuelve a lugares y localizaciones comunes con otras películas del realizador, pero al contrario de lo que sucedía con la película de Farhadi, en la que se notaba cierto agotamiento de ideas, aquí se percibe como un síntoma de madurez. La pasividad del personaje de Tao en “Más allá de las montañas”, por ejemplo, aquí se convierte en un afán de superación. O cuando en el tercer actor esperábamos una resolución como la de su anterior film, que proponía un “futuro” para los personajes que los separaba de la realidad en la que los había situado durante el resto de la película, aquí lo resuelve de una forma más emotiva y que cierra de una forma quizás más coherente que “Más allá de las montañas”.

Como sucede siempre con las buenas películas, según pasan las horas y se va profundizando en su análisis, mejora el sabor de boca que nos ha dejado.

“Les filles du Soleil”: Eva Husson patina en su incursión en el conflicto kurdo

Una película protagonizada por un batallón de la milicia kurda formado exclusivamente por mujeres que, tras haber padecido todo tipo de vejaciones, se prepara para recuperar su ciudad de manos de los extremistas, tenía potencial suficiente como para permitir distintas interpretaciones. Y que, fuera cual fuera el camino elegido, había material más que suficiente como para construir un relato consistente sobre la guerra. O sobre la religión. O como la mujer siempre parece recibir ración extra de crueldad tanto en la guerra como en temas religiosos. O podía centrarse en los personajes y desarrollarlos desde su capacidad de superación y adaptación. O incluso elegir a una periodista especializada en conflicto bélicos para narrar todas estas historias. Lo único que podría parecer reprochable sería el no elegir un tema o querer tratarlos todos.

Por desgracia, esa es la opción que elige Husson para “Les filles du Soleil”. Una película en la que, además, las formas acaban por destruir todo aquello salvable del fondo. Estructuralmente la película tiene un montaje que avanza y retrocede en el tiempo, algo que le resta intensidad a la narración y que impide que se genere la tensión por desconocer cual será la resolución de cada situación. Al contrario, cuando algún personaje evoca algo de su pasado, el espectador ya sabe cual va a ser el final de dicho hilo argumental. Además, durante gran parte de la película, Husson abusa de la cámara lenta como un recurso planteado para añadir carga dramática y cuya reiteración logra el efecto contrario.

Un final que busca de forma descarada emocionar al espectador (aquí no le podemos negar que consiga su objetivo), cierra una película en la que Golshifteh Farahani debería haber brillado. La actriz lo intenta, pero el montaje de la película no favorece a su personaje. Al contrario de lo que sucede con la cinta de Jia Zhangke, la película de Husson no resiste un análisis reposado.

Extraña jornada en la que la que las películas vistas se sitúan en lo más alto y en lo más bajo de nuestra personal selección:

  • “Ash is the purest White” / “Cold war”
  • “Leto”
  • “Plaire, aimer et courir vite”
  • “Todos lo saben”
  • “Yomeddine” / “Les fillies du Soleil”
  • “Le livre d’image”

 

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