Cuarto día del festival y el cine italiano sigue dándonos una muestra de su mejores bazas. El séptimo arte se torna social y crítico para denunciar el miedo y la pasividad de la sociedad.
Space Metropoliz: Un luna comunitaria.
La casa di Ester es un cortometraje dirigido por Stefano Chiodini e interpretado por Cecilia Dazzi y Sergio Albelli. Ha ganado el globo de oro como el mejor cortometraje del pasado año 2012 y un premio especial de la Unesco por la defensa de los derechos humanos.
En la cotidianidad de la vida de pareja una mujer se da cuenta de un pasado nunca olvidado. La historia transcurre durante las escasas horas de la vida de una pareja en apariencia corriente. Pero las apariencias engañan y lo que parece un matrimonio feliz y prospero se va tornando desdichado y amargo cuando tomamos consciencia de la violencia que ejerce el marido sobre su mujer. Una nueva manera y óptica de tratar un tema tan escabroso, desde el punto de vista artístico. Imágenes bellas y poéticas para denunciar una lacra social tan extendida en nuestras sociedades.
Parece una simple historia de fantasía, pero bajo esa apariencia se esconde una historia de convivencia, de luchas y de empeño político. Este documental, de Fabrizio Boni y Giorgio de Finis, alterna una enorme denuncia social recubierta de encanto artístico y poético.
Metropoliz es un antigua fábrica abandonada que se halla en la periferia de Roma, un lugar olvidado por todos. Un día un grupo compuesto por personas de diversas nacionalidades decide romper el candado de ese lugar abandonado e instalarse allí. Construir un hogar donde antes sólo existían escombros. No todo es sencillo y alegre, la gente de la región no comprende cómo alguien puede vivir allí, puede siquiera ser feliz tras esas paredes y organizarse sin una regla escrita. Esta incomprensión genera miedo y desconfianza. La situación se torna complicada, la sociedad les margina, negándoles el hogar, el trabajo, la salud y los derechos.
Deciden adoptar un proyecto audaz e intrépido: construir un cohete para ir a vivir a la luna. Los habitantes de Metropoliz han encontrado la fuerza e imaginación para hacer frente a sus problemas. Quieren demostrar que el arte puede cambiar el mundo. Un simple objeto puede convertirse en un emblema de la lucha y del cambio, no se rendirán en su batalla contra la discriminación y la incomprensión. Claman porque les reconozcan su derecho a la vida y a una vivienda digna.
L’Arbitro: Fútbol como metáfora de vida.
El fútbol ha sido llevado al cine en múltiples ocasiones, al ser no simplemente un juego sino por resaltar conceptos como el respeto, el equipo o la conexión.
Esta cinta, dirigida por Paolo Zucca, remonta sus orígenes a un cortometraje del año 2009 que se alzó con el premio David di Donatello, y este año ha visto la luz y ha sido enormemente aclamada en el Festival Internacional de Venecia.
Rodada en un blanco y negro exquisito la película nos cuenta la rivalidad deportiva, casi enfermiza, entre los equipos del’Atletico Pabarile, lo peor de la tercera categoría Cerdeña, y el de Montecrastu, equipo dirigido por Brai (Alessio Clemente) y financiado por un rico terrateniente .Sólo el regreso del emigrante Matzutzi (James Cullin) puede cambiar las cosas y hacer que se decante la balanza en su favor. Gracias a las hazañas de su nuevo campeón los jugadores recuperan la ilusión por algo que daban ya por imposible.
Historia de encuentros, superaciones y esperanzas bajo la estela del deporte más reconocido y querido del mundo entero. No es un film para amantes del juego, es un film para amantes de la vida.
Italian Movies: La otra cara de la moneda.
Dirigida por Matteo Pellegrini esta divertida comedia cuenta la historia de un grupo de amigos compuesto por un ruso, un indio y un italiano que explotan sin descanso en su trabajo mal pagado como limpiadores en un estudio de televisión que realiza telenovelas italianas. Un buen día se les ocurre una idea brillante: filmar la ceremonia de un amigo cercano al grupo. Este sencillo y simple plan se acaba convirtiéndose en un negocio altamente rentable, y lo que empieza siendo grabaciones de bodas dentro de las comunidades extranjeras se torna un proyecto mucho más íntimo y social. Deciden a utilizar los platós vacíos por la noche para filmar las historias de personas reales. Realizar grabaciones a cualquier persona que tenga un talento que expresar o algo que decir y compartir con el público, se convierte en una tarea encantadora y productiva, y compensa los arduos esfuerzos y abusos diurnos.
Bajo la apariencia de una comedia sencilla se esconde un mensaje de apoyo a miles de personas incomprendidas y marginadas que pueblan el país italiano. Gentes a las que nadie escucha pero que también tienen voz y desean hacerse oír.