Variopinta jornada la de este lunes, en la vimos películas más alternativas pero en las que hubo agradables sorpresas.
En el día de ayer, se acumulaban varias películas de lo más interesantes por la mañana. Tras levantarnos un poco más tarde y con el día nublado (aunque menos frio de lo que parecía) nos pasamos por la rueda de prensa de “Qué Dios nos perdone” (Rodrigo Sorogoyen), en la que estuvo gran parte del reparto principal, aunque tampoco desvelaron nada demasiado interesante. Y de ahí rápidamente a la primera sesión.
“Lady Macbeth”: Retorcida señora
En la sala grande del Kursaal se proyectaba “Lady Macbeth” (William Oldroyd) dentro de la sección oficial. Poco sabía la gente de esta película que ha resultado una de las mejores que hemos visto hasta ahora en el festival. El debut del realizador británico coge la idea del pérfido personaje femenino de la obra de Shakespeare creando una protagonista de una historia que acaba siendo subversiva en el terreno al que estamos acostumbrando dentro de las historias de la Inglaterra rural y burguesa de finales de siglo XiX. Tórrida y retorcida, con un brutal retrato tanto de la clase adinerada como de los sirvientes, acaba impactando por la fuerza que transmite haciendo gala de un minimalismo formal perfectamente aprovechado, y una fotografía esplendida. Haciendo gala además de un humor cruel que remata la energía del conjunto. A la salida vimos al director y a tres de los protagonistas de la película en su camino a la rueda de prensa, aunque esperaban más proyecciones así que no nos pudimos quedar a verles.
“Compte tes blessures”: Vida de un punk
Para la siguiente sesión, justo a la hora de comer, se proyectaba en nuevos directores la ópera prima del francés Morgan Simon “Compte tes blessures” (“A taste of Ink” en su títulos internacional haciendo referencia a una canción de The Used). Una película sobre un punk, cantante de un grupo de hardcore y adicto a los tatuajes, que carga con graves problemas con su padre viudo, lo que empeorara cuando la nueva novia de este entre en su vida. La película empieza como un pequeño drama anecdótico que poco a poco se va asentando y ganando en profundidad con una historia interesante. El problema es su escena final, inverosímil y esperpéntico, que rompen la verisimilitud construida hasta el momento, dejando un sabor agridulce. En cualquier caso, un debut interesante.
“La tortue rouge”: Cuento hermoso pero irregular
Algo bueno que tiene la ciudad es poder tomarse unos pintxos para comer rápido hasta la siguiente película. Tras reponer fuerzas de este modo y descansar un poco, le llegó el turno a una cinta muy esperada: “La tortue rouge” (Michael Dudok de Wit), la cinta que inagura una nueva etapa en el famoso estudio japonés Ghibli, dedicada al apoyo a directores europeos y no a la producción propia. La cinta es un cuento de un náufrago que resulta esplendido en su primera parte, pero que al añadir elementos fantásticos se vuelve más confusa en sus intenciones y no llega tanto al espectador. Es una pena, pues posee una calidad en la animación muy destacable, de estilo muy europeísta (en los personajes recuerdan a Hergé) y, sobre todo, una banda sonora excepcional.
“Eat That Question: Frank Zappa in His Own Words”: Retrato irrepetible de un músico
Para terminar la jornada antes de cenar apostamos por unos de los dos documentales de rock que hay en el festival: “Eat That Question: Frank Zappa in His Own Words” (Thorsten Schütte). A base de recopilación de entrevistas se forma un largometraje muy entretenido, que realmente el único elemento cinematográfico que posee es el montaje, ya que no incluye ningún material que no existiese de antemano. En cualquier caso, uno puede hacerse una buena idea de lo que significo tan extravagante personaje en el mundo de la música, por lo que vale la pena verla para a quien le interesa la música en general.
A pesar de no ser el día más extenuante, el cansancio ya se va notando el cuerpo de la gente, pero aún seguimos con ilusión de seguir con las prometedoras próximas proyecciones.