Mar. Mar 19th, 2024

El tema central que ha vertebrado los cuatro largometrajes vistos en las distintas secciones ha sido el amor, desde distintas ópticas.

Mientras escribo estas líneas me siento como estuviera en una película indie americana, porque Justin acaba de traer a una chica al piso. Ha ido a su cuarto, ha sacado su guitarra y se ha puesto a cantarle canciones románticas. Es curioso cómo funciona el universo. Para que después digan que no existen las coincidencias. Porque su delicada voz me ayuda inspirarme a escribir esta crónica de cuatro películas que versan sobre el amor. De lo que puedo dar fé, es que está conquistando a la chica risueña, delgada, alta y morena. Mientras ellos cantan y beben cerveza y ríen, yo os castigo con este texto.

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“Heartstone”: Abierto a todas las posibilidades

Gudmundur Arnar Gudmundsson ha presentado dentro de la sección «New Directors Competition» este largometraje que nos sumerge en un pequeño pueblo de pescadores de Islandia. Allí viven Thor y Christian, que tienen los típicos de la adolescencia, ayudar en la granja, jugar, pegarse con los matones y con sus hermanos mayores, a la par que intentar tener sus primeros romances con dos chicas del pueblo. Esta bella ópera prima se centra en el tema del despertar sexual en un entorno social opresivo, donde los prejuicios y las habladurías están en primera línea dramática. Gudmundsson opta por tomar el punto de vista de Thor, que siente una profunda amistad por Christian. Ambos viven unos momentos en los que están sufriendo cambios corporales a distinto ritmo, y las chicas de su edad, están en otro nivel psicológico. Todos estos aspectos dinamizan las relaciones de los personajes. En un segundo plano, este autor nos plantea una relación de dependencia para escapar de sus problemas familiares. Por un lado, el padre de Christian es un maltratador y Raquel, la hermana de Thor, no hace más que ridiculizarle, llegando a rozar el acoso. El director islandés aprovecha el maravilloso entorno natural, que le ayuda a esconder o revelar líricamente los verdaderos sentimientos de los personajes, remarcar su soledad e inclusive a generar mucha tensión, como por ejemplo en la secuencia cuando están cogiendo huevos de aves en el acantilado. En definitiva, “Heartstone” es una película tan bella como llena de sensibilidad, donde destaca la gran química que hay entre los jóvenes actores Baldur Einarsson y Blær Hinriksson.

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“24 weeks”: Es el destino

Esta es la última película que vemos en el marco de la sección «International Feature Competition». Es una película que ha generado ríos de lágrimas entre los espectadores. Segundo largometraje de Anne Zohra Berrached que nos cuenta la historia de Astrid, una  popular comediante televisiva, que posee una visión muy positiva de la vida. En sus monólogos cuenta su experiencia desde una óptica cómica sus primeros meses de embarazo. Tras realizarle la amniocentesis de rigor, el resultado es que el bebe viene con Síndrome de Down. La humorista, su marido y su hija, reúnen a toda la familia y les cuentan que van a seguir adelante. Todo sigue su curso hasta que en una ecografía detectan que el bebe además, vienen con una malformación cardiaca severa. Todo ello hará que Astrid y su marido tengan que tomar una decisión, si seguir con el embarazo o no. Intenso e inteligente drama, que posee un desarrollo coherente, donde el público tendrá finalmente una parte activa, porque los guionistas del filme no entran en ningún momento a juzgar las decisiones y las consecuencias de las mismas. Intentan abarcar este poliédrico problema desde todos los ángulos, porque el matrimonio tendrá que ir decidiendo en función de su educación y su escala de valores. Eso sin dejar de lado, la influencia de la religión en estos asuntos tan delicados. Desde el primer momento hace que el bebé no nacido tenga un papel relevante, al mostrarnos imágenes intrauterinas de la gestación. La directora es muy hábil mostrándonos la soledad de la mujer, que al final de cuentas será ella quien decida qué hace con su cuerpo y con su hijo. Es un filme valiente por la forma de abordar un tema tan complejo, que obviamente hasta que no te ves en esa tesitura realmente, lo único que puedes decir son tonterías diversas, y sumamente conmovedor, donde la sinceridad y neutralidad de sus guionistas es muy de elogiar.

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“Lost in Paris”: Siempre quise subir a la Torre Eiffel

La pareja Dominique Abel y Fiona Gordon escriben, dirigen y protagonizan esta comedia francesa bienintencionada que hemos podido ver dentro de la sección «World Cinema». La película se ha ganado el favor del público, cuya media de edad no bajaba de los cincuenta años. Martha es la tía de Fiona, que harta de vivir en Canada decide mudarse a París. Pasado unos años, recibe una carta donde le pide que vaya porque no quiere ingresar en una residencia de ancianos. Cuando llega a la ciudad de la luz con la misión de ayudar a su tía acaba perdiéndose por un pequeño percance. Abel y Gordon nos plantean una comedia ligera con aire de cuento de hadas, remarcado con una estética de colores saturados. El filme se inspira en cómicos de la talla de Jaques Tati, Charles Chaplin o Buster Keaton. Las situaciones cómicas nacen de un humor blanco que encuentra en la comedia física, el mimo y los malentendidos su principal fuente de inspiración. Sus directores saben darle el ritmo adecuado y saben concluir a tiempo el filme.

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“The Handmaiden”: Las señoras somos las muñecas de las criadas

Park Chan Wook cuelga el cartel de no hay entradas por segunda vez en el certamen. Todo el patio de butacas entregado por completo al realizador coreano que ha comenzado aplaudiendo al maestro y ha acabado con un sonoro aplauso. Había muchas ganas sobre todo tras alzarse con el gran Premio del Público en la pasada edición del Festival de Sitges, su paso por Cannes, y que visto lo visto, puede que aquí tenga la misma fortuna. Tras los coqueteos con la industria hollywoodiense regresa a su país natal para hacernos un trabajo cautivador, tierno, lleno de sensibilidad, sensualidad, y cargado de tensión psicológica y sexual. Para ello cuenta tan sólo con tres personajes. El Conde Fujiwara contrata a una ladronzuela para que se convierta en la criada de Hideko, una mujer adinerada. El objetivo es hacerse con la fortuna de la familia y encerrar a millonaria en un manicomio. Pero, más allá de ganarse su confianza, se convierte en objeto de deseo tanto por el conde como por la noble. “The Handmaiden” es todo un ejercicio de estilo, que le devuelve a la primera línea. Una vez más nos demuestra su gran profesionalidad con unos movimientos de cámara precisos, con unos encuadres que rentabilizan la belleza de Kim Tae-ri y Min-hee Kim, que dan vida respectivamente a Sook-Hee y la señora Hideko. Nada es simple en este nuevo filme. Chan Wook adapta la novela de Sarah Waters titulada “Fingersmith” para hacer un relato de clara vocación feminista. El triunfo de la mujer sobre el hombre queda palpable, por ejemplo, en la destrucción de ese club privado de lectura, donde se somete a las mujeres desde jovencitas. Es un brutal thriller, porque el coreano es sumamente hábil gradando la información, y estableciendo los giros de guion. Para ello estructura el relato en tres partes. En cada una nos ofrece un punto de vista, de tal forma que el espectador podrá ver la misma escena desde las tres ópticas, una por cada personaje, y al final del metraje tenemos una visión completa de todos los hechos, descubriendo las motivaciones que hay detrás de cada traición o alianza. Por este motivo podríamos decir que la influencia del movimiento de la Nueva Ola francesa es palpable. A su vez, cada parte tienen como tema central la traición, el sexo y la tortura respectivamente. Elementos usados para la obtención de información. Por todos estos motivos “The Handmaiden” está llamada a ser una de las películas del año, y que dará mucho que hablar.

Como podéis apreciar hemos llegado sin querer a la última jornada, que nos guarda una sorpresa, que la organización mantiene en el más estricto secreto, y que por más que hemos intentado averiguar, ni siquiera los programadores lo saben. Ya os contaremos.

Por Alfredo Manteca

Periodismo UCM. Cinéfilo y cinefago compulsivo. Crecí con Kubrick, Hitchcock y Cronenberg.

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