La historia de la mayor película jamás realizada.
Quise ver este documental en Cannes, pero la incompatibilidad de sesiones me privó de ello. En esta ocasión los planetas se han alineado y me han permitido ver el documental realizado por Frank Pavich y menos mal porque es sin duda una de las piezas más divertidas que veré en el festival.
Para empezar digamos que donde gana el documental no es en su puesta en escena. Tiene muy buen grafismo y factura, lógicamente, pero no es el mejor documental del universo. Es simple y sencillo porque es la mejor forma que tiene de contar la historia de Alejandro Jodorowsky. ¿Y qué historia es está? Pues la de nada más y nada menos que el fallido intento del realizador chileno de crear la titánica película de Dune (una versión que nada tiene que ver apenas con la posterior de David Lynch).
Y es que el artista habla durante noventa minutos (al igual que productores y otros miembros del equipo) de cómo levantó y desarrollo este loco proyecto durante más de dos años y medio. De la forma más sincera (y absolutamente graciosa) Jodorowsky cuenta su visión de una película que casi nada tenía que ver con la versión literaria (de hecho, eligió su proyecto, él porque quiso, sin haber leído siquiera el antes) admitiendo la grandilocuencia del proyecto. Durante este proceso tuvo ideas locas: Pink Floyd como banda sonora, su hijo como protagonista (al que durante dos años tuvo aprendiendo artes marciales durante seis días a la semana); Orson Welles, Mick Jagger y Dalí en el reparto… todos estos eran sus «guerreros espirituales» (junto al equipo de arte y estética) para crear una película que aquellos que la conocen admiten casi imposible de hacer en 1975. Se llega a decir que lo que Lucas peleó por hacer Star Wars dos años más tarde fue para hacer una tercera parte de lo que Alejandro planteaba.
Todo esto mezclado con un punto de vista muy filosófico y metafórico. Quería crear, según él, una película que fuese un mesías que abriese la mente de las jóvenes generaciones. Quería que la gente que en la época tomaba LSD pudiese sentir esos mismos efectos viendo la película, sin necesidad de la droga. Era, según él mismo menciona constantemente, la mayor película del mundo, una película histórica que lo iba a cambiar todo.
Y presentaron un gran libro al respecto a los estudios. Más de tres mil imágenes de storyboard presentando cada plano de la película. Diseños de arte, diseño de vestuarios… pero no era una película comercial. A los estudios les gustaba lo que veían… menos el director. Conociendo El topo y La montaña sagrada era evidente que Dune no iba a ser una película para el gran público. Así que no pudieron levantarla. Estaba presupuestada en 15M$ (una barbaridad en la época) y les faltaban 5M$ para poder hacerla, pero resultó imposible.
Y aunque da pena, a día de hoy se disfruta enormemente gracias a este documental de muchos de los diseños (con las explicaciones de sus creadores), se cuenta parte de la historia y, sobre todo, hace reír con cada una de las anécdotas que el director chileno cuenta sobre cómo fue uniendo al extraño equipo que iba a crear la película.
Como le pasaba a Paul, el protagonista de la cinta, al final de la historia cuando moría degollado, pero seguía vivo en el resto de personajes quienes tenían su voz y algo del personaje; Dune murió antes de nacer, sin embargo la historia del cine hubiese sido completamente distinta sin el proyecto. Existen infinitud de películas que a día de hoy toman aún recursos visuales del libro con más de tres mil ilustraciones que Jorodoswky presentó en los estudios. Pero de forma más directa aún, podríamos decir que sin este proyecto, Alien no hubiese existido, pues fuero el equipo de «guerreros» que Alejandro había unido los que crearon el Alien que conocemos todos. Y sin Alien no existiría Blade Runner y así, una a una, podríamos ir nombrando películas que de forma directa o indirecta fueron tocadas por la cinta.
Puede que no tengas el Dune de Jodorowsky, pero sin duda tenemos su legado. Puede que no sea el Mesias que él esperaba crear, pero sin duda cambió el mundo.
En resumen, se trata de un documental muy divertido que hará soltar muchas carcajadas. Y no penséis que porque os haya contado cosas a grandes rasgos os estáis perdiendo lo mejor, no. A mi me habían contado Cannes mucho de lo que ocurría, pero lo he disfrutado igual o más. No creo que hubiese visto su versión (estoy seguro de que no me hubiese gustado), ahora, cuando la cuenta el director y de la forma que lo hace, si algo sé es que no he podido gastar mejor la hora y media de mi vida en la que he estado escuchándole hablar al respecto.