Gus Van Sant produce Laurence Anyways otro de los platos fuertes del Out Film CT, avalado por el premio a la mejor actriz en la sección Un Certain Regard de la pasada edición del Festival de Cannes.
Una valiente propuesta
Ahora queda ver si la bizarra propuesta del polifacético Xavier Dolan consigue alzarse con algún premio dentro de este certamen. Dura es la pugna, porque ha sido acogida con suma frialdad por el público a pesar de que en la secuencia del café rompió en un estruendoso aplauso espontáneo. Personalmente, creo que merece ganar este festival por lo arriesgada que es la propuesta y su brillante resolución.
Este nuevo trabajo del realizador canadiense nos cuenta como Laurance, un prestigioso profesor de instituto, siente la necesidad de que tiene que cambiar de sexo. No está cómodo siendo hombre, y para sorpresa de su familia, amigos, pareja y alumnado decide convertirse en mujer. Es justo en ese momento cuando descubrirá lo duro y largo que será el camino, a pesar de que cuente con el apoyo y el amor incondicional de Fred Belair, su pareja. Lo que ella no sabe es a dónde la llevará el viaje iniciático de Laurance, y si está dispuesta a llegar tan lejos. ¿Podrá su profundo amor sobrevivir a esta gran transformación?
Asombroso el trabajo de Suzanne Clément
Esa es la premisa argumental de un trabajo valiente, difícil, realista, honesto y sobre todo, muy lírico en bastantes momentos. Impacta mucho este soberbio trabajo de Dolan por diversos motivos. Desde el acertada selección de temas musicales que arropan determinados momentos psicológicos de los personajes creados por el cineasta de Quebec, pasando por un acertado diseño de producción, de vestuario o el montaje. Aunque, destaca sobre todos estos aspectos la enorme labor de su actriz fetiche, Suzanne Clément, que con su mirada y gestualidad es capaz de transmitir al público todo un abanico de sentimientos, dando a la audiencia toda la información precisa para que entiendas la motivación que le lleva a realizar cada cosa.
Pero además, ella es capaz de marcar perfectamente cada instante de ese arco que recorrerá de la mano de su compañero de reparto, Melvil Poupaud, al que acabará por fagocitar a pesar de que sea el personaje principal, y esto es así porque al aceptar Fred el compartir ese proceso de transformación de Laurance, ella se verá sometida a una serie de presiones con las que no contaba, y es en esos duros momentos donde Clément se crece y brilla especialmente en este largometraje. Y que conste que Poupaud está tremendo dando vida a este poeta con alma de mujer.
Laurence Anyways: brillante propuesta audiovisual
En contra de la gran fuerza visual y narrativa de este joven cineasta (atención que este hombre orquesta tiene tan sólo 23 años) está la duración que le ha otorgado al filme, puede que sea un tanto excesiva, pero personalmente se lo perdoné, porque posee momentos de tal pasión cinematográfica que acaba dándote igual y acabas dejándote llevar por esta historia de un amor fou. Lo que está claro es que L’enfant terrible de Quebec es una mezcla inusitada entre el surrealismo más poderoso de Julio Medem y la fuerza narrativa de Stanley Kubrick, lo que le da poder para generar metáforas visuales de gran impacto, y de las que uno andaba falto, porque últimamente la cosa está flojilla, salvo casos excepcionales como el de Leos Carax.
¡Peliculón! De lo mejor que he visto últimamente. Si bien un poco larga, es una delicia para los sentidos, cine auténtico, mimo en la fotografía y en la música y unas actuaciones brutales, especialmente la del personaje de Fred, pero sin desmerecer en absoluto la labor de los demás, incluída la protagonista.
Totalmente de acuerdo que es un peliculón, y cierto es que el personaje de Fred se come al de Laurance. Es una gran actriz.