Mar. Mar 19th, 2024
Vista en la 15 Muestra Syfy

La calidad de los largometrajes visionados en la tercera jornada fue in crescendo, llegando a encontrar títulos muy destacables.

Tras un día que nos había dejado un buen sabor de boca en líneas generales, la jornada que tuvo lugar ayer en el Palacio de la Prensa también prometía algunas propuestas estimulantes y no defraudó. Además, por suerte la lluvia supo dar tregua y volvimos a tener los cereales Lion, ya ansiados desde que los distribuyeron el año pasado. Este día comenzó con la proyección matinal para los más pequeños de “Peter Rabbit” (2018, Will Gluck), para ya dar paso desde primera hora de la tarde a las sesiones generales.

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«Have a Nice Day»: WTF!

La única proyección de este año en toda la muestra de animación era la china “Have a Nice Day” (2017, Liu Jian). Siempre se agradece que entre algún título animado, y más si es asiático, pero es difícil poner en palabras la experiencia que se vivió en la sala 1 durante su proyección. Una nefasta calidad en un dibujo involuntariamente ridículo, una trama ininteligible y un intento de profundidad que se queda en triste pedantería provocó una de las reacciones más airadas que un servidor recuerda haber vivido en la muestra. Durante la eterna hora y cuarto que duró el largometraje no pararon los comentarios, las bromas y las risas ante la pasmosa vacuidad que se exhibía en pantalla. Solo esto convirtió la experiencia en algo llevadero. Hay un par de momentos antológicos que seguramente muchos no podremos olvidar, aunque su exhibición en una muestra de este género resulta incomprensible. El día de ayer comenzaba directamente en el fondo del pozo.

«The Cured»: Una vez curados

La segunda proyección de la tarde era la irlandesa “The Cured” (2017, David Freyne). Esta cinta está protagonizada y producida por Ellen Page, que intenta dar una vuelta de tuerca interesante sobre el género zombi. La idea de gente que ha sido curada, aunque mantienen sus recuerdos mientras se encontraba infectado resulta interesante, y el filme es un buen producto en general, de factura interesante, aunque de ritmo pausado, dejándose llevar demasiado por el drama para en su tramo final, abusar de molestos tópicos como los típicos jump scares sin ningún sentido. Una subida inmensa de calidad respecto a lo visto anteriormente, pero aun así no es una propuesta que quedará en la memoria del espectador.

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«Salyut-7»: «Gravity» a la rusa

Uno de los títulos más destacados durante la publicidad de la Muestra Syfy de este año es la rusa “Salyut-7” (2017, Klim Shipenko), una película que adapta una de las hazañas más importantes de la cosmonáutica, cuando en 1985 se procedió al rescate de un satélite con el que habían perdido la comunicación. Así, la cinta se aleja de fantasías para ceñirse a un argumento realista que recuerda en muchos sentidos, incluido visualmente, a “Gravity” (2013, Alfonso Cuarón). Como largometraje espacial de aventuras esta propuesta resulta competente, con unos efectos especiales destacables y algún momento que deja la tensión a flor de piel. Por desgracia tampoco hay ningún esfuerzo por caer en los tópicos patrióticos y sensibleros, y llevando en unas cuantas ocasiones la supuesta veracidad al límite de la credibilidad. Aun así, “Salyut-7” es muy digna y encantará a todos aquellos que disfruten de una ciencia ficción espacial realista.

Vista en la 15 Muestra Syfy

«How to Talk to Girls at Parties»: Punk’s Not Dead

A pesar de ya haber hablado de títulos que podían servir de reclamo, sin duda la película más interesante del día ha sido “How to Talk to Girls at Parties” (2017, John Cameron Mitchell) por dos motivos: se basa en un relato del imaginativo Neil Gaiman, y Cameron Mitchell es un magnífico artista, con obras de culto como “Hedwig and the Angry Inch” (2001) y “El secreto del corazón” (2010). El absoluto y respetuoso silencio que reinó en la sala 1 durante casi toda la proyección salvo por algunas excepciones pertinentes pueden dar una idea de que nos encontramos ante la mejor película que hemos visto en este año en el evento, al menos hasta el momento. La historia se sitúa en Inglaterra a finales de la década de los setenta en plena explosión del movimiento punk, estilo que inunda la obra y del que se apropia para dotar de un espíritu de rebeldía general. Es una clara obra metafórica sobre la rebelión y el amor adolescentes. Es un filme sincero, realizado con mucho corazón, que además posee grandes dosis de humor, un ritmo trepidante y muchísima imaginación. Una joya más de un director que por desgracia se prodiga mucho menos de los que nos gustaría.

 

«Victor Crowley»: A machetazos

Y así, en plena vorágine ascendente, el día no pudo terminar mejor con la proyección en la madrugada de “Victor Crowley” (2017, Adam Green). Se trata de la cuarta entrega de la saga Hatchet que comenzó en 2006 con la película homónima y que ayudó en parte a revitalizar el slasher en el siglo actual. Este nuevo trabajo cumple con todo lo que ha hecho querida a la saga entre los fans de la sangre: un sentido del humor autoconsciente y muchísima e imaginativa casquería en los pantanos de Luisiana, así como el retorno de personajes y armas clásicas, que obviamente todos los fans de este subgénero agradecen. Además, poco a poco la saga va aumentando en calidad visual y narrativa sin perder su espíritu de producto cutre. Un remate perfecto para un día que nos dejó más que satisfechos a expensas de las últimas proyecciones.

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