La primera jornada de la edición número 17 no destacó precisamente por su calidad cinematográfica.
Tras la inauguración, ya tocaba el primer día en el que disfrutar de hasta cinco películas de cine fantástico en el céntrico Palacio de la Prensa. El día presentaba algunas propuestas a priori curiosas y autorales, ya que todas estaban escritas y dirigidas por la misma persona, pero aunque hubo sesiones bastante decentes, la tónica general fueron propuestas de dudoso nivel, algo que no tiene porque ser malo en este contexto.
The Pool, cocodrilos contra el aborto
Empezamos el día recién comidos con “The Pool” (2018, Ping Lumpraploeng), película tailandesa de supervivencia con criatura, en este caso un hombre atrapado en una piscina vacía junto a un cocodrilo. Películas como está siempre suenan interesante, el problema es que al final la mayoría suelen ser subproductos de serie Z, y está no iba a ser una excepción. Un cúmulo de decisiones estúpidas y deus ex machina exagerados (hay algunos momentos impagables), mezclado con un imposible mensaje antiabortista, convirtieron el visionado en una fiesta muy disfrutable. El tipo de película que sería insoportable de ver en cualquier otra situación pero que aquí incluso se agradece.
Blood Quantum, aburrimiento de muerto
El caso contrario sería el de “Blood Quantum” (2019, Jeff Barnaby), una película de zombis en un mundo post-apocalíptico, que si bien no resulta tan infame, se toma mucho más en serio a sí misma resultando bastante aburrida. El argumento es escueto, siendo benevolentes, los personajes poco interesantes e interpretados por actores bastante nefastos, y aunque parece que va a aportar algo al género debido a su premisa original de que la gente de raza india no puede contagiarse, al final esto se queda en nada y no hay ningún tipo de lectura. De esas cintas que olvidaremos haber visto enseguida.
Synchronic, menudo viaje (temporal)
Aaron Moorhead y Justin Benson ya son fijos en la Muestra. Ya pudimos ver aquí tanto “Spring” (2014) como “The Endless” (2017), películas con premisas interesantes que no terminaban de funcionar del todo, y este año llegaban con “Synchronic” (2019). Y, a pesar de un problema con los subtítulos que no estaban optimizados para el nuevo remontaje que los directores han hecho después de la presentación de la cinta en Sitges, resulta un trabajo bastante estimable y su mejor obra hasta la fecha. Y es que, aunque no termina de aprovechar del todo la propuesta de una droga capaz de hacerte viajar en el tiempo y de resultar más convencional de lo que se pretende, la película es interesante, tiene una buena factura y unas buenas interpretaciones a cargo de los famosos Anthony Mackie y Jaime Dorman. Sin duda mejoraba el nivel la jornada y más con la “traducción” de Leticia Dolera en aquellos momentos en los que no había subtítulos. Desde aquí un reconocimiento a su magnífica labor en la Muestra siempre.
Bacurau, el pueblo unido jamás será vencido
“Bacurau” (2019, Kleber Mendonça Filho, Juliano Dornelles) seguramente era lo más llamativo del día, en parte por el premio del jurado ganado en Cannes. Y la verdad es que se alzó con facilidad como la mejor de la jornada con una original y curiosa propuesta en ese futuro pueblo brasileño de ambiente absolutamente costumbrista que degenerará en una ola de violencia ante unos invasores inesperados. Una película tremendamente divertida, sin miedo a ser original o a meter humor y con un curioso mensaje sobre la invasión del capitalismo, la insensibilidad y como el gobierno brasileño se ofrece a esa supremacía norteamericana. Es cierto que la película resulta más interesante cuando se centra en los residentes del pueblo antes que en los americanos, pero aún así nunca deja de ser una película especial.
Shed of the Dead, vergüenza ajena
La sesión de la una de la madrugada siempre es complicada, aunque si lo que se programa es a priori una comedia de zombies británica como se supone que era “Shed of the Dead” (2019, Drew Cullingham), pues uno se queda con ganas. Pero si lo que te encuentras es un intento de “Zombies Party” (2004, Edgar Wright) pero con un “humor” grosero, rancio y por supuesto sin la más mínima gracia, unos personajes sexistas y repulsivos, y una realización nada dinámica, que probablemente una de las películas más desagradables vistas en la muestra y no precisamente desde el lado gore. Lo más cercano a ver una película pornográfica a la que le han quitado todas las escenas de sexo. Dificilmente veremos algo más desagradable este año en la muestra, y eso que ya solo en esta jornada no se lo habían puesto fácil.
Y así, tras perder de manera dolorosa unas cuantas horas de sueño, nos retiramos a descansar y a prepararnos para un segundo día que debería ser más prometedor aunque solo fuese por la mera presencia de Nicolas Cage (¡al fin!) en una película de la programación.