Final de la Muestra SyFy que ha tenido finalmente un muy buen nivel.
Cuando llega este momento, siempre da la sensación de que la Muestra ha pasado demasiado rápido, a pesar de las numerosas sesiones de las que consta. Pero es un evento que se disfruta tanto que podría ser más largo sin problema y aún tendría ahí a fieles seguidores aguantando. Para cerrar hubo cine japonés, una cinematografía que siempre es de agradecer ver en el evento, una inclasificable comedia y una secuela un tanto mediocre. Y siguiendo con la tónica anterior, perros con destino fatal. Todo esto con la polémica de fondo por los insultos que hubo el día anterior en la sala 3 del Palacio de la Prensa contra Leticia Dolera por sus comentarios acerca del día de la mujer y su reivindicación del feminismo (ella se encontraba en la sala 1 mientras que en las demás salas se ls ve en el vídeo). Resulta lamentable pensar que puede haber gente así de retrógrada en un evento como este, aunque por suerte solo sean unos pocos cobardes increpando a una pantalla.
Human Lost, sci-fi nipona
Tal vez fuese la hora o el cansancio acumulado tras los días anteriores, pero la verdad es que desde el principio la gente no pareció dispuesta a entrar en el anime “Human Lost” (2019, Fuminori Kizaki). En realidad la película puede ser algo enrevesada en su propuesta pero nada difícil de seguir en cuanto uno haya visto alguna cinta de animación nipona en su vida. La película propone un mundo interesante y visualmente es espectacular, aunque cae en un dramatismo excesivo y en un exceso de diálogos que, para cuando llega al típico clímax final de gran batalla, uno se encuentra ya algo exhausto. Aún así, buena propuesta de animación que queda abierta para secuela.
Le daim, se lleva el ante
La siguiente proyección era sin duda una propuesta que nos llenaba de curiosidad por como sería y como encajaría en la muestra pues era lo último del muy especial director francés Quentin Dupieux, “Le daim” (2019). Protagonizada por unos espléndidos Jean Dujardin y Adele Haenel, esta extremadamente absurda comedia se fue ganando poco a poco a los espectadores con una propuesta absurda pero tremendamente divertida, tan consciente de sí misma y carente de grandes pretensiones que solo queda aplaudir que puedan verse películas así. Además, su apenas hora y cuarto de metraje transcurre como una exhalación. Sin duda una de las mejores películas que vimos este año.
First Love, amor y mafias
Mientras en las calles ya podía verse a toda aquella gente que se manifestaba en el 8M, nosotros nos metimos a ver el último trabajo de prolífico Takashi Miike, “First Love” (2019). La película nos cuenta como una pareja formada por un boxeador con un tumor cerebral y una prostituta se ve envuelta en una batalla entre la yakuza, la mafia china, policías infiltrados… Miike nunca se toma demasiado en serio la película que tiene la dosis necesaria de matanza para hacer las delicias del público de la muestra. Tal vez sea algo larga y nunca termines de empatizar con su dúo protagonista, pero su carismático plantel de secundarios y sus juegos mafiosos cumplieron más que de sobra, incluso cuando en algunos momentos se ve que es una película algo barata. Un Miike más automático pero con su talento presente.
The Boy: La maldición de Brahms, muñeco diabólico
El cierre de este año vino con problemas y retrasos. Tras anunciar que veríamos una escena exclusiva nunca antes vista de “Un lugar tranquilo 2” (2020, John Krasinsky), tuvimos que esperar casi una hora por problemas técnicos y finalmente hubo que cambiarse de sala y no pudimos ver finalmente el prometido avance (aunque nos compensaron con cereales Lion, lo que nunca está de más). Lo que no nos perdimos, a pesar del retraso, fue “The Boy: La maldición de Brahms” (2020, William Brent Bell). La gente venía ya encendida tras los problemas técnicos y el visionado fue todo un jolgorio, pero lo cierto es que la película es una absoluta anodina muestra de terror. No es especialmente estúpida o cutre, pero tampoco tiene ningún elemento que sea moderadamente interesante. Algo que también ya le pasaba a la primera parte del mismo director, “The Boy” (2016) aunque aquella tenía un giro de guion curioso que aquí se contradice. Por momentos está cinta (diseñada para poder verse de manera independiente) puede resultar ligeramente más interesante que la anterior, pero por lo demás, un ejercicio muy ramplón.
Y así, de nuevo y con gran pesar, decimos adiós un año más a la Muestra SyFy en un año que, aunque pudiese no parecerlo al principio, se ha destapado como una gran edición en la que hemos podido ver un montón de estimables propuestas que no caerán en el olvido. Ahora solo queda esperar a que el año que viene mantengan este nivel. Nosotros estaremos allí para comprobarlo.