Las sesiones de ayer nos dieron cine de una grandísima calidad, pero también de lo peor que hemos visto por aquí.
Justo nos encontrábamos ante la mitad de este siempre tan corto evento, listos para otra buena ración de cine de género. El día de ayer tenía nombres muy importantes como para ilusionarnos y aunque no todo cumplió, vimos muy buen cine. Eso sí, este año la organización no está mimando a su público como otros años, ya que hasta el momento no hemos tenido ningún detalle alimenticio como si ha habido otros años. Cierto es, todo hay que decirlo, que ayer una parte del público en concreto no se lo ganó.
Compulsión, anticine
La verdad es que las sesiones de ayer no pudieron empezar de peor modo, con la programación de“Compulsión”(Ángel L. González Martínez, 2017). Y es que nos encontramos ante uno de esos productos del todo indefendibles. Desde su argumento, que a duras penas sería un corto slasher interesante pero que como largometraje es insufrible, hasta su bajísimo nivel técnico, que ni siquiera podría ser considerado amateur, con un desconocimiento inusitado del enfoque o del encuadre que terminan por desesperar. Eso sí, en la Muestra todo esto significa cachondeo asegurado durante los larguísimos 75 minutos, lo que sin duda ayudó a hacer más llevadera la experiencia de estar viendo una de las películas más infames que han pasado por este marco.
Prospect, western espacial
Por suerte, para la siguiente sesión la cosa empezaría a remontar, puesto que nos encontramos directamente con este western de ciencia ficción que, si bien empieza demasiado lento, se va poniendo cada vez mejor según va desvelando sus aspectos del género de cowboys pero traducido al espacio, con unos astronautas enfrascados en una especie de fiebre del oro. Un buen reparto encabezado por Pedro Pascal y Sophie Thatcher y una factura impecable dentro de ser una película totalmente independiente son otros dos de los puntos fuertes de esta cinta que confirma el género sci-fi como el más interesante que parece que vayamos a ver este año.
Dragged Across Concrete, un mundo muy jodido
Si alguna película va a levantar polémica este año en el evento sin duda esa será el nuevo trabajo de S. Craig Zahler como realizador, presente por partida doble este año en la muestra. Todos sus anteriores trabajos los habíamos podido ver en anteriores ediciones de la muestra, y eso ha sido un motivo más que suficiente para que nos traigan una película que realmente no entra dentro de los cánones de género. Nos encontramos ante un monumental thriller que es, no solo la mejor película que pondrán este año y que no es probable que superen en el día de hoy, si no una de las mejores que hemos podido visionar en estos 16 años que la Muestra SyFy lleva en pie. Como es habitual en el cine de Zahler, un ritmo cocinado a fuego lento va destapando una narración con una complejidad mucho más propia de una novela que de una película para realizar, en un espacio y un tiempo delimitado, un fresco de una parte de la sociedad actual que, aunque parezca que se está quedando obsoleta, sigue presente y con fuerza. Racismo, machismo, delincuencia, corrupción… todo enmarcado sin perder un ápice de realismo y de humanidad con un reparto en magnífico estado encabezado por Mel Gibson y Vince Vaughn.
Eso sí, este no era el lugar donde proyectar una película como esta, que ni siquiera cuenta con una explosión espectacular de violencia final como si tenían los otros trabajos del director. Cierta parte del público no supo apreciar esta larga propuesta (160 minutos aproximadamente), y mostraba su descontento con comentarios jocosos algo molestos. Obviamente estamos en la sala 1, la de “la mandanga”, y no hay queja, pero las bromas sobre el racismo de Gibson resultan tan rancias como alguna que se hizo el primer día sobre discapacitados en “Upgrade”(Leigh Whannell, 2018), y mientras que ayudan a hacer llevaderas las películas de peor calidad en la que el ambiente se contagia, en casos como estos solo resultan anodinos, forzados y dificultan la experiencia de quienes quieren disfrutar de una grandísima obra
Nación Salvaje, todo vale por los LOL
Acto seguido, y con cierto nombre y ya fecha de estreno en nuestro país, acudimos a la proyección de “Nación Salvaje”(Sam Levinson, 2018). Por desgracia, lo que prometía ser una frenética diversión llena de sangre se quedó en una propuesta bastante mediocre. Y es que en la cinta hay buenas y reivindicables ideas, que se pierden en un mar de discursos prefabricados en busca del aplauso fácil. A pesar de intentar ser moderna, dinámica y cool, la película es plomiza, con un mensaje retrógrado que se entrega sin miedo al tremendismo y al vacío nihilista que va en contra del propio mensaje que pretende dar. Aún así hay algunos momentos divertidos y de realización interesante. Antes pudimos visionar el cortometraje “El escarabajo al final de la calle”(Joan Vives, 2018), que parte de una idea interesante y resulta divertido, aunque tal vez demasiado costumbrista.
One Cut of the Dead, ¡acción!
Y así, tras esta ración que nos había dado un poco de todo, no dudamos en quedarnos a la sesión golfa (ya era la una de la madrugada) para ver una de las películas más esperadas este año, “One Cut of the Dead”(Shin’ichirô Ueda, 2017). La película japonesa venía con el prestigio que le había dado tener un plano secuencia inicial de casi 40 minutos. Sin embargo poco o nada más sabíamos de esta comedia desternillante, una propuesta muy diferente dentro del género zombi, al que apenas se adscribe al mismo tiempo que es casi una carta de amor. A estás horas suele programarse cine más gore y extremo para los ávidos espectadores, pero fue una sorpresa que está grandísima obra en la que uno no puede parar de reír se proyectara en una sesión que se puede preciar a la cabezada. Además, es también una maravillosa representación de la experiencia de hacer cine.
Así, con una sonrisa en la boca y más alegrías que decepciones, nos fuimos a descansar para afrontar un último día que esperamos siga la buena tónica de los anteriores.